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Amores peligrosos

Es posible que en más de alguna ocasión hayamos conocido, o conozcamos, a una persona que en nombre del “amor” invade la vida de sus hijos, los vuelven inseguros y dependientes u oprimen a su pareja hasta el punto de prohibirles las visitas y salidas con amigos y familiares.

María Melba Calero

Es posible que en más de alguna ocasión hayamos conocido, o conozcamos, a una persona que en nombre del “amor” invade la vida de sus hijos, los vuelven inseguros y dependientes u oprimen a su pareja hasta el punto de prohibirles las visitas y salidas con amigos y familiares.

Estas personas tienen tendencias posesivas y generalmente sienten miedo de perder a alguien amado ante la aparición de un rival, real o imaginario.

Según la psicóloga Hanniell Rivas, las mujeres posesivas tienen un sinnúmero de vacíos emocionales que buscan la forma de solventar de manera inadecuadas y una de estas es actuar de manera controladora con absolutamente todo, desde la pareja, hijos, compañeros de trabajo, estudiantes, etc.

En pocas palabras, se trata de personas que se sienten vulnerables y harán lo que fuese necesario con tal de asegurarse de no ser heridos por la pareja.

Una de las causas por las cuales las mujeres se vuelven posesivas es la inseguridad, ya que dudan de la dedicación y atención que les brinda su pareja, por eso intentan mantener un control absoluto.

Tal inseguridad, afirma la especialista, generalmente se origina por situaciones como el abandono de su padre durante su infancia o la infidelidad de una pareja en el pasado.

Un círculo vicioso

Mientras más posesiva se vuelva una persona, más luchará su pareja para ser libre, logrando con este comportamiento que desarrollen una necesidad de controlar la situación.

Ser una persona posesiva conlleva a caer en un círculo vicioso y enfermizo, ya que no solo afecta a quien oprime, sino también al opresor.

“Ser posesivo no es nada bueno, mucho menos sano. De cierta forma se vuelve una necesidad insatisfecha que no tiene límite alguno. Este proceder posesivo siempre va a ocasionar conflictos entre las personas involucradas”, afirma Rivas.

Además, el exceso de control en una relación de pareja puede desencadenar en muchos casos en violencia, que puede ser de índole psicológica o física.

Por otro lado, los hijos de madres posesivas, tienden como consecuencia a ser intolerantes, depresivos, carecen de identidad y en algunos casos suelen ser rebeldes.

Señales de alerta

Detectar a una persona posesiva no es una tarea fácil, ya que la mayoría parecen ser personas tranquilas a simple vista.

Entre los comportamientos que suelen tener estas personas se se encuentran:

-Celos obsesivos hacia las personas que rodean a su pareja e hijos.

-Actitud controladora. Necesitan saber a dónde van, con quién, a qué hora volverán, etc. Asimismo, las personas posesivas tienden a molestarse cuando sus parejas realizan planes con amigos en los que ellas no están incluidas, hecho que les puede llevar a detestar a las amistades del otro.

-Tender a revisar constantemente los teléfonos móviles de su pareja, redes sociales si las tienen, en busca de algún indicio de posible infidelidad o conocer cada uno de sus movimientos.

Un cambio para bien

Dejar de ser posesivo, no se logra de un día para otro, pero de acuerdo con Rivas, existen consejos generales para lidiar con este mal:

*Identificar las razones por las cuales se ha desarrollado ese sentimiento de posesión: es muy probable que se trate de un temor al abandono que hace que la persona se vuelva posesiva y no se relacione en lo absoluto con la pareja como tal.

*Se debe dejar a un lado el temor y la inseguridad, permitiéndoles que salgan de nuestras vidas.

*Si notamos tendencias posesivas, es necesario aprender a elevar nuestra autoestima e impedir que los sentimientos negativos respecto de nosotros mismos nos llenen de temores sobre una posible infidelidad.

*Si nuestra pareja es excesivamente posesiva, no dejemos de hacer aquellas cosas que amamos solamente por darle gusto.

*Es recomendable hablar con las personas posesivas sobre el tema, pero bajo ninguna circunstancia se debe dejar de lado los intereses propios.

*Hay que dejarle saber su deseo de seguir adelante o de alejarse, ya que parte del ciclo que mantiene la persona posesiva dentro de una relación es que uno de los dos se aferra y el otro trata de alejarse cada vez más. Si ambos deciden dejar a un lado esa necesidad de control o ese deseo de alejarse, la relación será mejor.

*Recordar que tan solo sentimientos. Mientas más nos enfoquemos en dejar que los sentimientos negativos se alejen de la relación, más fácil será volver a sentir seguridad en la persona amada sin necesidad de controlarla.

Reafirmando el amor

En algunos casos todo lo que una persona necesita para dejar de ser posesiva o celosa es un “reaseguramiento” de que es amada.

“Darse el tiempo necesario para revivir la llama del amor en la relación incrementará la felicidad compartida y les dará a ambos tranquilidad y mucha paz”, aconseja Rivas.

De igual forma es fundamental la autoestima, que se puede fomentar haciendo cosas que le den satisfacción, que lo hagan sentirse mejor, realizando actividades donde se obtengan logros.

También es necesario que la persona posesiva tenga autocontrol y aprenda a confiar en los demás.

Otra recomendación es buscar ayuda espiritual, leer libros de autoayuda y si tiene las posibilidades, también consultar a un psicólogo.

“Lo esencial es entender que ser posesivo no es sano, es problemático y daña a quien lo siente y a los que lo rodean”, afirma Rivas.

Nosotras amor peligro

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