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En su homilía, el obispo Rolando Álvarez llamó a la familia a seguir siendo fiel al Evangelio, a la defensa de la naturaleza y su dignidad. LA PRENSA/ M. VALENZUELA

Familia transmisora de valores cristianos

Con el cielo azul y blanco y con el desborde y la devoción del pueblo católico de Rancho Grande, en Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, fue recibido el pasado 12 de mayo, con expresiones de cariño y cantos católicos.

Emiliano Chamorro Mendieta

Durante la peregrinación los fieles expresaron su respaldo y fidelidad a la Iglesia y a sus pastores en el trabajo misionero.

“Como católicos estamos siempre en sintonía con nuestros sacerdotes y obispos. La Iglesia quiere gente fiel que trabaje para la unidad, la evangelización y sobre todo por los valores cristianos en la familia”, expresó María de Jesús Baquedano, quien llegó desde Waslala para participar en la peregrinación.

La joven Erika Rocha dijo que la población de Rancho Grande “es fiel a Cristo y a la Iglesia” y exhortó a los jóvenes a que lleguen a la Iglesia “porque es aquí en la casa de Dios donde está la esperanza y es donde podemos servir a nuestra Iglesia y nuestros pastores”.

Es un municipio donde la mayoría de la población es católica. Su principal fuente productiva es la agricultura y la ganadería.

“Acá en Rancho Grande las familias están consagradas a Jesús de Nazaret. En nuestros trabajos pastorales les inculcamos el amor por el Evangelio, el amor en la familia y la unidad”, afirmó el padre Pablo Espinoza, párroco del municipio de Rancho Grande.

El sacerdote explicó que en el año de la Familia “la misión de la Iglesia es el fortalecimiento de la familia en Nicaragua y eso se hace en unidad con Cristo y la Iglesia”, aseguró.

Con el cielo azul y blanco y con el desborde y la devoción del pueblo católico de Rancho Grande, en Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, fue recibido el pasado 12 de mayo, con expresiones de cariño y cantos católicos.

La alegría y las expresiones de cariño por la llegada de su pastor eran inmensas. Llegaron centenares de montados a caballo, otros en moto, en vehículos, otros a pie, mientras los miembros de pastorales juveniles y familiares le cantaban a su obispo, quien mantiene una cercanía con sus fieles católicos.

Los católicos celebraban la advocación de la Virgen de Fátima.

“Nosotros queremos a nuestros obispos y la visita de monseñor Rolando a Rancho Grande es para nosotros una gran alegría y bendición de Dios. Nosotros trabajamos ciento por ciento para la Iglesia católica”, dijo Luis Felipe Tórrez, originario de Rancho Grande.

“Somos en la tierra semilla de otro reino, somos testimonio de amor y somos la Iglesia peregrina de Dios”, expresaban cánticos de los fieles al recibir a su pastor en la entrada del pueblo.

“Una Iglesia sin cruz no es Iglesia de Jesús”, gritaban contentos los peregrinos.

Álvarez dijo que miraba en los pobladores de Rancho Grande tres signos de los tiempos muy importantes. Uno  el amor de la población por la evangelización, el amor por la ecología y tres el amor por la dignidad de la persona. “Este pueblo fiel ha expresado su amor por la evangelización, la ecología y la dignidad por el ser humano”, destacó el obispo.

Asimismo recordó a las familias católicas que es desde el núcleo de la familia donde se transmiten los valores humanos, morales, cívicos y cristianos que sostienen a toda sociedad.

“La familia católica de Nicaragua debe seguir transmitiendo de generación en generación la fe cristiana. La fe es un don que se vive en la Iglesia, que es la familia de Dios, pero que se transmite en el seno del hogar”, expresó Álvarez, durante la homilía.

Como parte de la actividad, en celebración a las fiestas de la Virgen de Fátima, monseñor Rolando Álvarez consagró a la familia católica de Rancho Grande, a quienes exhortó a vivir la fe cristiana y promoverlos en la familia y a la vez los instó a permanecer en constante oración.

“Me ha alegrado una vez más el cariño de ustedes que me han expresado tan emotivamente y acercarse a este servidor durante la peregrinación con la imagen de la Virgen de Fátima y decirme al oído ‘monseñor yo oro todos los días por usted, monseñor yo rezo el rosario todos los días por usted’. Todo eso que ustedes me han dicho hoy por los caminos, las quebradas y montañas me ha llenado de mucha alegría, de paz y de esperanza”, dijo a los fieles monseñor Álvarez.

Religión y Fe familia Valores

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