Emiliano Chamorro Mendieta
La Iglesia católica está evangelizando casa a casa para llegar a los hogares y de esa forma evangelizar a la familia de una forma integral y basada en los valores del Evangelio.
Monseñor Abelardo Mata, obispo de Estelí, asegura que su Diócesis a través de células formadas en todas las parroquias, que comprende su gobierno eclesial, tiene la tarea de llevar el Evangelio casa a casa.
“El proceso de evangelizar tiene como objetivo la conversión a través de la Buena Nueva. Pero es en casa donde los padres de familia están llamados a moralizar a sus hijos con principios y valores”, afirmó el obispo.
“No podemos quedarnos solamente con ritos y tradiciones. Tenemos que evangelizar. Para lograr ese cometido tenemos que salir de las cuatro paredes e ir casa a casa para anunciarle el Evangelio a nuestra población, a nuestras familias”, sostiene Mata Guevara.
Según el jerarca católico, el objetivo de la evangelización es promover los valores morales y del Evangelio, sin embargo, asegura que realizar ese trabajo pastoral se debe hacer con la fuerza del Espíritu Santo.
“Si no hay fuertes dotes del Espíritu Santo todo queda en técnica, en papel. Es el Espíritu Santo que suscita la conversión y la fraternidad y también a una mayor humanidad y responsabilidad, pero eso requiere de la fuerza del Espíritu Santo”, exhorta el guía espiritual.
Mata sostiene que en la evangelización se le informa a la persona que debe tener una condición de dignidad “pero además se le forma naturalmente a respetar la dignidad y los derechos humanos del otro, porque solo así podremos construir una sociedad justa, equitativa y con valores”, comentó el pastor.
El obispo de Estelí explicó que una de las metas de su Diócesis es convertir a cada parroquia en una comunidad de comunidades.
“Ese concepto de comunidad es para fortalecer a la familia, porque la familia pertenece a Dios y nuestro anhelo es que todas las familias de Nicaragua tengan una conversión. Una familia de Dios naturalmente es creadora y promotora de principios cristianos y de buenas costumbres. Esa es la sociedad que necesitamos”, planteó el obispo.
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