MONSEñOR SILVIO FONSECA
Antes de desarrollar este tema y los próximos, conviene identificar el título del documento En búsqueda de nuevos horizontes para una Nicaragua mejor, con las siglas ENH.
ENH puntualiza algunas disposiciones legales concernientes a la familia: El matrimonio; el Código de la Familia; la Ley 779; la Constitución de la República; los gabinetes de la familia; la reproducción humana; y la ideología de género. (nos. 4-7). Estos temas han generado debates y son del conocimiento de la opinión pública.
Sin embargo, la imposición de los mismos ha estado en manos de los legisladores y las pocas consultas que se han hecho han sido con grupos afines al partido gobernante u organizaciones que responden a intereses foráneos que pretenden imponer un nuevo modelo familiar distinto u opuesto a la familia tradicional fundadas en principios cristianos.
Un proyecto de ley debe ser consultado y validado por los sectores aludidos; en lo que respecta a las leyes de la familia requiere sumo cuidado ya que la familia es la célula de la sociedad y está en juego el futuro de un país. Actualmente el Código de la Familia sigue siendo un secretismo y preocupa a la nación tal hermetismo. El conocimiento de cualquier ley en todo su proceso es un derecho constitucional de todos los ciudadanos. Los legisladores teóricamente representan la voluntad popular y deben rendir cuentas de su gestión que les fue confiado en el sufragio, lo cual es una responsabilidad moral y jurídica.
Otra tormenta ha sido la Ley 779, que en poco tiempo generó violentas reacciones por no fundarse en la Constitución; por violar el principio de igualdad; por inspirarse en la ideología de género y no en el derecho en sí mismo; y en el peor de los casos porque ha sido devastador para la estabilidad familiar.
No le corresponde a la Iglesia la legislación civil, pero tiene todo el derecho de formar la conciencia cristiana en lo que le pueda beneficiar o perjudicar. La Iglesia contribuye a la sociedad acompañando a las familias en la realización de sus fines; a cultivar los valores morales y cristianos, y formando cristianos que sirvan a la patria con honestidad y eficiencia. Es un derecho de la Iglesia, como madre y maestra, criticar cualquier ley que perjudique el matrimonio y la familia, y animar a sus fieles a reaccionar ante una ley que ponga en peligro la familia.
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