REDACCIÓN/EFE
El delantero uruguayo Luis Suárez volvió a mostrar su cara más polémica, al propinar un mordisco en el hombro izquierdo al defensa italiano Giorgio Chiellini a los 80 minutos del encuentro que enfrentó ayer en Natal al conjunto charrúa con Italia.
Una “suerte” que no es ajena en el repertorio del atacante, que ya se enfrentó a dos duras sanciones en el año 2010, cuando militaba en Ajax holandés, y en 2013, ya en las filas del Liverpool inglés, por morder a un rival.
El primero en “probar” la dentadura de Luis Suárez fue el centrocampista Otman Bakkal, que en noviembre de 2010 comprobó incrédulo cómo el uruguayo le clavaba los dientes en un hombro en un duelo de la Liga holandesa entre el Ajax, equipo entonces del jugador sudamericano, y el PSV Eindhoven.
Esa acción le costó una sanción de siete partidos por parte de la federación holandesa, a los que sumó los dos encuentros con los que le castigó su propio club, que además le impuso una multa económica.
Un partido menos de suspensión de los que le costó a Suárez el mordisco que dio en abril de 2013 al defensa serbio del Chelsea Branislav Ivanovic y por el que fue castigado con diez partidos por la federación inglesa.
Ahora la FIFA ha dicho que va a analizar toda la información de los oficiales del partido, para determinar la sanción a aplicar.
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