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“La impunidad estimula los femicidios”

Martha Munguía ha visto historias terribles. Su lucha contra la violencia hacia la mujer comenzó hace más de treinta años y en dos décadas más de 16 mil mujeres han pasado por los albergues que fundó en Estelí y Managua. Para esta socióloga, el incremento de los femicidios que actualmente vive Nicaragua es en gran parte resultado de la violación de derechos humanos que comete el propio Estado. Además, analiza la cultura machista que inicia en la educación y se manifiesta hasta en la música y los chistes. Una cultura que, según ella, nos lleva inconscientemente a aceptar que un hombre tiene derecho a quitarle la vida a una mujer. Esta ola de crímenes podría seguir en aumento si no se toman medidas severas, advierte.

Martha Munguía ha visto historias terribles. Su lucha contra la violencia hacia la mujer comenzó hace más de treinta años y en dos décadas más de 16 mil mujeres han pasado por los albergues que fundó en Estelí y Managua. Para esta socióloga, el incremento de los femicidios que actualmente vive Nicaragua es en gran parte resultado de la violación de derechos humanos que comete el propio Estado. Además, analiza la cultura machista que inicia en la educación y se manifiesta hasta en la música y los chistes. Una cultura que, según ella, nos lleva inconscientemente a aceptar que un hombre tiene derecho a quitarle la vida a una mujer. Esta ola de crímenes podría seguir en aumento si no se toman medidas severas, advierte.

::: ¿A qué se debe este brote de femicidios que estamos viendo?

Es por acumulación de la violencia, por un ambiente de mayor violencia en general en el mundo, porque hay falta de castigo para los agresores y porque hay un debilitamiento de la ley misma (la 779). Todo ese debate que se dio el año pasado, para la reforma, le restó valor y fuerza a la ley y permitió los discursos machistas.

::: ¿Qué otra causa mira?

Que hay violación de los derechos humanos en el país y en particular se violan todos los días los derechos humanos de las mujeres a causa de la impunidad, la retardación de justicia.

::: ¿La violencia usada para apagar la protesta social tiene alguna incidencia?

Claro que sí, porque es impunidad que genera impunidad. Como ciudadana nicaragüense yo siento que si voy por la calle y me ocurren estos hechos puedo terminar presa yo y no el agresor, porque están vulnerados los derechos de los nicaragüenses. El derecho a la protesta, el derecho a la movilización pública, a la investigación pública, a la investigación periodística. Las reformas nos quitaron derechos a todos los nicaragüenses, pero no nos apropiamos de que hay una maquinaria de violación de derechos que está permanentemente contra nosotras. Si no hay un Estado que vaya a pedirle cuentas a un femicida, el que sigue lo hace con tranquilidad. No hay un Estado que cumpla con las normas internacionales contra la violencia, entonces estimula el abuso de otros agresores. No hay un Estado que vele porque aquí se erradique la conciencia machista y al no hacerlo genera una violación de derechos humanos mucho mayor.

::: ¿Puede crecer el número de femicidios?

Los casos que suceden y quedan impunes estimulan a otros. La curva ascendente que llevan los casos de femicidio probablemente va a continuar subiendo si no hay sanciones severas, visibles para la sociedad.

::: ¿Cómo se explica que en estos casi dos años que tiene la Ley 779 se hayan incrementado los casos de femicidio?

Bueno, no necesariamente tiene que haber una relación entre la aprobación y el incremento de los femicidios. Más bien tiene que ver con la mala aplicación de la ley o lo insuficiente que la ley es todavía, porque no se sienten los efectos. Solamente el 40 por ciento de casos de violencia son los que se van a denunciar y entran en cobertura de la ley. El 60 por ciento de las mujeres que viven violencia no lo ha denunciado. Entonces ese 60 por ciento está en altísimo riesgo y las que lo denunciaron y no obtuvieron justicia, están doblemente en riesgo.

::: Pareciera que hay toda una cultura que fomenta la violencia, y hasta presiona al hombre para que actúe como lo hace.

Es que toda la sociedad está dispuesta para privilegiar al hombre, desde el momento en que privilegiás al hombre sobre la mujer estás fomentando la desigualdad y para que exista violencia tienen que existir relaciones de desigualdad. En relaciones igualitarias no hay violencia.

::: Me refiero a si hay o no una presión social para que un hombre vaya y mate a una mujer.

No hay una presión social, hay una complacencia social, una falta de sanción y de repudio social. Falta de rechazo y de acción social para detener a los abusadores. En los barrios donde la violencia es visible, los hombres no dicen nada, las mujeres son las que salen a gritar y a tratar de detener. Aquí no hay campañas fuertes desde los hombres, diciéndole a los otros hombres que no hagan eso.

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::: ¿Por qué un hombre actúa con violencia cuando una mujer lo va a “abandonar”?

Lo hace porque quiere ejercer el control, porque en su imaginario y el de la sociedad, la mujer es de su propiedad y él puede dar cuenta de su vida.

::: Y aparentemente cree que si no lo hace “es menos hombre”.

Para la sociedad machista, sí. Él es menos hombre, entonces quiere imponerse como que él es el poderoso.

::: En ese sentido, ¿no hay entonces una presión social?

Existe. No es tácita. No está anunciado: los hombres sean de tal manera. Pero los hombres se sancionan unos a otros. Es decir, si el hombre es buen marido, si hace cosas que se supone son tareas de mujeres, lo critican. Entonces el hombre que no le pone control a las mujeres, que es lo que la sociedad machista espera, es criticado por los otros hombres. Hay sectores que han avanzado. Pero hay sectores donde hombres y mujeres continúan pensando que el hombres tiene el control sobre la mujer y que va a limpiar su honor matándola, como pasa en la costa Caribe.

Martha Munguía tiene 65 años de edad. Nació en León, hija de un médico y una maestra de educación superior, pero se crió en Estelí. Es socióloga y desde los 30 años anda en las “lides de la lucha por los derechos de la mujer”. Ha rescatado a miles de mujeres como directora del Centro Acción Ya.

Es hermana del comisionado Christian Munguía, jefe policial asesinado en mayo de 2002. Y fue diputada por el Frente Sandinista de 1984 a 1987. Ahora que en este “diseño dictatorial” no hay “libertad para opinar o disentir” no podría ser diputada, asegura.

En la Navidad de 2012 recibió uno de los golpes más duros de su vida. En Estados Unidos, su nieta fue asesinada por su propio padre, en un acto de venganza contra la madre. En ese momento, Munguía pensó que era una cruel “ironía” de la vida, ahora considera que fue todo lo contrario: la vida la preparó para entender lo que había pasado.

::: ¿Eso es producto de qué?

De la cultura, pero es mundial, porque la discriminación de la mujer ha sido en el mundo entero. Nicaragua no está como en el Islam, donde es la comunidad la que hace la lapidación a la mujer. En Nicaragua no es así, pero el hombre común y corriente nicaragüense piensa que tiene derecho sobre la mujer.

::: ¿Qué tanto promueve la propia mujer ese tipo de pensamiento?

No lo promueve, lo transmite, porque ella es parte de la misma sociedad. A ella también se le educó al revés, se le educó para obedecer. Y cuando la mujer se rebela a esa subordinación, entra en una contradicción entre el pasado y el presente. El hombre, quien no ha evolucionado igual que la mujer en relación a eso, no acepta los cambios actuales. Cuando la mujer intenta una medida para su desarrollo, el hombre trata de controlarla para volver a esa situación que le daba seguridad.

::: ¿Y esta cultura machista está creciendo o no?

Yo no diría que está creciendo, diría que en algunos sectores está intacta y en otros ha variado para mejor. Pero la conducta machista está en los operadores de justicia, en los gobernantes, en los líderes políticos.

::: Hay canciones, chistes, películas que dicen que hay que matar a la mujer, que hay que pegarle. ¿Inciden en la violencia contra las mujeres?

Son los mecanismos que ha usado el patriarcado para acentuar la desigualdad entre hombres y mujeres. Eso mismo deberíamos usar, pero hay muy poca música que te hable de lo contrario, poquísima música. Pero los juegos, la música, los chistes que están dirigidos a fomentar la desigualdad deberían ser prohibidos, porque aquí hay una ley que impide la discriminación contra la mujer.

::: ¿Censurar?

Censurarla. Porque además no hay contrapeso. Los juegos infantiles, los cuentos, se utilizaron antes para enseñar las desigualdades y los podríamos utilizar ahora, si los pudiéramos poner al revés, para enseñar la igualdad.

::: ¿Cuáles juegos machistas?

Han cambiado. Ya no son los mismos cuentos machistas horrorosos, como aquel de: “Chico Perico mató a su mujer, la hizo pedazos y la puso a vender y nadie la quiso comprar porque era mujer”. Eso era extremo, incita al asesinato. Ya no se juega, pero en la era moderna los que no tienen acceso al internet, que son la mayoría de los niños y niñas del área rural y los sectores populares, juegan separados. Las niñas esto, los niños esto. Eso fomenta la desigualdad. Pero ves algunos rasgos incipientes de cambio.

::: ¿Esa aparentemente inocente separación de roles, podría traducirse en un futuro en comportamientos violentos?

Claro, porque fomenta la discriminación, porque el hecho de que los juguetes de niños se relacionan con la fuerza y los de las niñas con la subordinación. Esa separación de roles es el principio de lo que después van a ser relaciones violentas.

::: ¿De qué manera una canción puede afectar el subconsciente?

Vuelve natural la violencia. Una canción tal vez no, pero sí un sistema que discrimina a la mujer, es la mujer fatal, la mujer perdida, yo te abandono, yo te dejo, por qué me engañaste.

::: ¿Qué dice de las canciones que presentan sexualmente a la mujer?

Es peligrosísimo. Hay distintas maneras de ver a la mujer como objeto sexual. Ahora los concursos de belleza han cambiado muchísimo, por suerte, pero cuando iniciaron fue por privilegiar el cuerpo de la mujer para satisfacción de los hombres. No había otra razón.

::: ¿Y ahora sí?

Ahora tampoco, pero está más ligado con la cultura, con el desarrollo turístico. Pero al fin y al cabo estás utilizando el cuerpo de la mujer.

::: ¿Usted está en desacuerdo con los concursos de belleza?

No. Estoy en desacuerdo con que se utilice a las mujeres como objeto sexual, sea a través del concurso de belleza, a través del desfile de no sé qué cosa o a través de la publicidad. Vender a través del cuerpo de la mujer. Eso no ha variado porque hay intereses económicos que se privilegian por encima de los derechos de las mujeres.

::: Esta ley, la 779, está enfocada en el castigo, pero cuando un hombre mata a una mujer, en muchas ocasiones se mata él también. ¿Entonces?

Cuando hay un asesinato y el hombre se mata, se mata para reiterar su impunidad. Se mata para decir: “Yo me mato y no me vas a poder hacer nada. Yo tengo derecho a quitarle la vida porque es mi mujer”. La mayoría de los femicidas andan prófugos, validando lo que hicieron.

::: Pero mi pregunta es ¿para qué sirve esta ley si los agresores se matan?

El que se mata ahí termina, pero no es que ya se mató y ya no hay nadie a quién castigar. Es que el delito no es individual, es un delito que se comete como sociedad, porque es una sociedad machista que mata a las mujeres. Lo que pasa en estos casos es que la Ley 779 es para sancionar y también para prevenir. Lo que nosotros leemos siempre es el lado del castigo y no el de la prevención, porque aún no han sido implementadas las políticas de prevención.

::: ¿Y a quién castigar si el agresor se mata?

No, al hombre que se mató no, ya se mató. Pero tenés que hacer el repudio social, porque son delitos públicos que además dañan la conciencia de la comunidad. Hay que explicarle a la ciudadanía que ese hombre que se mata lo hace por mayor impunidad: “La mato y me mato para no rendir cuentas ante la justicia”. ¡Peor todavía!

::: ¿Cuánto tiempo se necesita para crear una generación donde haya igualdad?

No está dicho cuánto tiempo, tiene que ser una labor de siempre y las generaciones van a ir cambiando. De los ochenta para acá las mujeres jóvenes ni se percatan de que hace treinta y tantos años la mujer no era reconocida como trabajadora en el campo.

::: ¿De qué sirve la 779 si la mentalidad sigue siendo la misma?

La misma ley podría servir de instrumento para ir cambiando poco a poco la mentalidad.

::: Para eso se necesita la cooperación de un Estado que usted dice viola los derechos humanos.

Se necesita que se respeten los derechos humanos en general, porque el caldo de cultivo de la violencia contra las mujeres es la violencia en general, la violación de los derechos en general. Si esta fuera una sociedad igualitaria, donde se respetaran los derechos de todo el mundo, también disminuiría la violencia contra las mujeres.

::: ¿Es cierto que el hombre puede ser víctima de su propio machismo?

Generalmente lo es. Porque vive queriendo controlar e imponer el poder y cuando no lo logra debe tener una enorme frustración que lo lleva incluso a matar y si lo logra no se debe sentir en ninguna medida complacido. Se limita en su desarrollo, por estar en esa vigilancia de la casa y siendo personas autoritarias. Termina afectado por su propia conducta. La violencia se mantiene porque se mantiene en la cultura de la gente. No hay otra forma. Sube o baja de acuerdo con el ambiente, a los escenarios.

::: Muchos se preguntan por qué ha habido más bulla con el caso de los perros asesinados por flecheros que en los casos de femicidio. ¿Qué dice usted?

Se le ha dado una gran relevancia al caso de los perros. Lo que siempre se ha dicho es que la sociedad machista duda de si la mujer merecía o no merecía el castigo. Es más fácil decir que el perro no merecía el castigo. Como no se le presta a la mujer el reconocimiento a su verdadero valor como ciudadana con derechos humanos y civiles, entonces es como si la sociedad inconscientemente supiera que el agresor está autorizado para matarla. Quizás a los niños y las niñas que ahorita tienen 7 o 10 años les horroriza lo que está pasando, pero de aquí a un tiempo, si no seguimos trabajando con ellos, también lo van a ver como normal.

Sección Domingo Femicidios

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COMENTARIOS

  1. frank
    Hace 10 años

    Esto paso desde que la ignorancia tomo poder, los sandiistas.

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