El país nuevamente está estremecido por hechos sangrientos con aparentes motivaciones políticas.
El sábado por la noche, en el kilómetro 76 de la carretera Managua-Matagalpa, un grupo armado atacó a balazos a una caravana de buses que transportaba a simpatizantes sandinistas que regresaban de la celebración del 35 aniversario de la revolución. El resultado fue trágico: cuatro personas muertas y 18 heridas.
Siempre en Matagalpa, pero entre el municipio de San Ramón y la comunidad El Jobo, otro grupo de sandinistas fue agredido a balazos, resultando muerto un joven y otro herido.
En conferencia de prensa, ayer por la tarde, la jefa de la Policía, primera comisionada Aminta Granera, aseguró que tienen a cuatro sospechosos detenidos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), pero no los identificó.
“Esta institución está asumiendo hoy un compromiso público ante ustedes y no vamos a escatimar ni tiempo, ni sudor ni sangre para a la mayor brevedad posible, descubrir y aprender y poner a la orden de los tribunales de justicia a los responsables de esa masacre que ha puesto en zozobra y dolor a la mayoría de nuestro pueblo”, dijo Granera.
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Los fallecidos en la carretera Managua-Matagalpa fueron identificados como Vilma Gómez Martínez, de 45 años; Esther Lidia Barreda Vásquez, de 28; Yáder Francisco Sáenz Potoy, de 22 y Hernán Adrián Martínez Méndez, de 24. Mientras que entre San Ramón y El Jobo falleció Yeltzin Talavera Galeano, de 20 y se desconoce la identidad del herido.
- “Una de las cosas que hemos hablado nosotros, en estos grupos (armados) que están descontentos (con el actual Gobierno), lo cortés no quita lo valiente, pues hay que platicar y ver cuáles son sus inquietudes” Cardenal Leopoldo Brenes.
“¡Repudiable!”
Monseñor Rolando Álvarez dijo que el hecho sangriento debe hacer pensar a los nicaragüenses en la necesidad de dialogar.
El obispo Abelardo Mata lamentó el derramamiento de sangre inocente a manos de gente que cree que con la violencia puede cambiar la situación de Nicaragua.
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“¿Qué pasó con la seguridad a las caravanas de parte de la Policía?”, se preguntó Pablo Cuevas, de la Comisión Permanente de Derechos Humanos (CPDH).
“A las personas no se les puede matar por sus ideas. Este hecho sangriento es condenable venga de donde venga y espero que la Policía aclare el caso”, dijo Gonzalo Carrión, del Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
La primera dama Rosario Murillo dijo que el país está de “duelo” por la “masacre”.
Toda la sociedad nicaragüense está preocupada con estas muertes. El cardenal Leopoldo Brenes; los obispos Silvio Báez, Abelardo Mata y Rolando Álvarez, los partidos de oposición PLI y MRS; el Consejo Superior de la Empresa Privada (Cosep); la vocera gubernamental Rosario Murillo; organismos de derechos humanos como la CPDH y el Cenidh, entre otros sectores de la sociedad civil, condenaron los asesinatos.
La tarde de este domingo, peritos policiales estaban reconstruyendo el atentado en el sector conocido como El Carmen, en el kilómetro 76 de la carretera Panamericana norte, donde también había soldados del Ejército.
“Estamos trabajando en coordinación con la Policía para esclarecer el hecho”, aseguró el coronel Alcides Garmendia, jefe del Sexto Comando Militar Regional del Ejército, quien calificó el suceso como “una acción terrorista”.
Garmendia negó que el Ejército haya desplegado medios aéreos para buscar a los sospechosos y que haya habido más atentados contra la caravana orteguista en otros puntos de los departamentos de Jinotega y Matagalpa.
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A través de la red social Facebook, un grupo autodenominado Fuerzas Armadas de Salvación Nacional Ejército del Pueblo (FASN-EP) se adjudicó la autoría de la masacre.
Sin embargo, el coronel Garmendia señaló que: “hasta ahora escucho el nombre de esos grupos. Acordate que en este país hay mucha gente cabeza caliente que por cuestiones ideológicas pueden cometer cualquier barbaridad y más bien lo atribuiría a eso esta acción es una acción vandálica, totalmente criminal”, dijo.
La primera comisionada Granera explicó que las personas detenidas fueron localizadas y capturadas en los alrededores del lugar de los hechos, sin especificar detalles, según ella, para no estropear las investigaciones que aún siguen abiertas.
La jefa policial afirmó que los ataques no fueron realizados por grupos armados, sino por dos grupos delincuenciales diferentes, es decir, no pertenecen a una misma banda, pero no explicó cómo dos grupos diferentes pueden perpetuar un acto parecido a la misma caravana, del mismo modo y sin motivo aparente, pues no robaron.
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“Ya tenemos ubicado a un grupo delincuencial que fue responsable de la masacre de San Ramón, por razones obvias no diremos sus nombres, estamos en su persecución, se trata de un grupo de asesinos, estamos en la labor de identificar y capturar a unos cuantos, no pasan de cuatro que fueron responsables de la masacre en el sector de Puertas Viejas (kilómetro 76 de la panamericana)”, dijo Granera.
LOS HECHOS
En el ataque ocurrido en El Carmen, por el kilómetro 76, cerca de las 10:00 p.m. del sábado, personas desconocidas abrieron fuego contra la caravana. Algunas balas impactaron en el bus con placa ES 248 en el que viajaba Martha Elena Barreda Calderón. Pero, la peor parte la llevaron los pasajeros de la unidad con placa ES 245 que iba adelante.
Barreda dijo que su sobrina Esther Lidia Barreda Vásquez, originaria de San Juan de Limay, Estelí, viajaba en ese bus y murió en el atentado. Era enfermera del centro de salud de ese municipio.
Hernán Adrián Martínez Méndez y Vilma Gómez Martínez, de 45 años (mamá de la delegada de Enacal de San Juan de Limay) también de San Juan de Limay; así como Yader Francisco Sáenz, originario de San Ramón, Matagalpa, murieron en la balacera.
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“Nos tomó de sorpresa” la balacera, comentó Santos Daniel Matute, quien iba como ayudante en el bus con placa ES 245. Señaló que bajo el tiroteo los conductores de los buses siguieron la marcha hasta llegar al centro de salud de Darío.
Mientras tanto, a la media noche, otros vehículos con simpatizantes orteguistas fueron baleados por desconocidos en Wabule, San Ramón.
“En la bajada para la presa de Wabule salieron y nos dispararon”, comentó Francisco Javier Flores Orozco, quien iba como ayudante del bus con placa MT 10223. Bismark Arteta Mena, el conductor de la unidad de transporte, fue herido en un pie.
Mientras que en el bus de Transportes Guillén, con placa MT 283, viajaba Yeltzin Talavera Galeano, quien fue alcanzado por las balas y murió de inmediato.
En la ciudad de Ocotal también hubo buses rafagueados. El bus conducido por Carlos Alberto Meza recibió nueve balazos, resultando herida de gravedad una muchacha.
(Con la colaboración de Leonor Álvarez, Roberto Mora, Alina Lorío y Noel Amílcar Gallegos).