EMILIANO CHAMORRO MENDIETA
Pese a que la situación de la juventud “es crítica en Nicaragua”, dijo el sacerdote Lester Zelaya, muchos jóvenes trabajan para la Iglesia católica desde las diversas pastorales juveniles de sus diócesis y parroquias del país.
“Nuestras pastorales juveniles de la Arquidiócesis están vivas y dinámicas. Los jóvenes realizan catequesis, realizan obras sociales, participan en horas santas. Sí hay presencia de los jóvenes en las parroquias”, destacó el sacerdote.
Sostiene que en todas las parroquias está la participación de la juventud.
El padre Lester Zelaya, coordinador general de la Pastoral Juvenil de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), aseguró que la Iglesia católica realiza una opción preferencial por los jóvenes. Destacó que el trabajo con la juventud está vinculado al trabajo de la pastoral familiar, y resaltó la importancia que ambas pastorales tienen para la sana convivencia de la sociedad.
“Sabemos el valor que tiene la familia para la sociedad y no podemos separar a la pastoral juvenil con la pastoral familiar, ambos son motores de valores y principios para la sociedad”, reflexiona.
Expresó que a nivel nacional, la pastoral juvenil apunta a esa realidad “a unirse con pastoral familiar y sacar adelante la evangelización de los hogares y que los jóvenes sean protagonistas del bienestar espiritual y familiar en sus hogares”.
Comentó que la Iglesia trabaja por la promoción de los valores de la juventud y la familia. “Ahorita en Nicaragua es lamentable que se esté violentando la paz y la tranquilidad de los hogares, se está viviendo en el hogar de espalda a los valores cristianos y los valores del evangelio y allí queremos que nuestra pastoral juvenil juegue un papel preponderante”, sostiene el guía espiritual de la juventud católica.
ITINERARIO FORMATIVO
La comisión de pastoral juvenil también prepara a los jóvenes en distintos aspectos. Por eso elaboró el libro Itinerario formativo , el cual es un catecismo para los jóvenes para que se formen en las distintas áreas, como espiritual, familiar, liturgia, política, temas bíblicos, entre otros.
“Queremos formar la conciencia de los jóvenes, llenarles, ayudarles y fortalecer su espiritualidad. El muchacho busca cómo arraigarse en una realidad y qué mejor realidad que Cristo”, reflexionó Zelaya.
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