Por Elida Rodríguez
Con una combinación de colores y aromas recibe la ciudad de Karlsruhe a sus visitantes durante el verano. Está ubicada al sur de Alemania y es conocida popularmente como la Ciudad Abanico.
Nació a orillas de un palacio que fue construido en 1715 para ser el aposento del marqués Carlos Guillermo de Baden Durlach. Sus principales calles surgen alineadas desde la torre del palacio formando un elegante abanico de mano. Tras múltiples renovaciones, luego de la Segunda Guerra Mundial, hoy el Palacio de Karlsruher deslumbra a los turistas y universitarios que emprenden una aventura en tierras germánicas.
Si tiene la oportunidad de visitar Alemania, Karlsruhe les ofrece una variedad de museos, restaurantes y dos jardines botánicos: uno de ellos administrado por la Universidad de Karlsruhe Institute Technology (KIT), donde se puede ingresar gratis y apreciar la gran diversidad de flora que conserva este espacio natural.
El verdor y el colorido de las más de 5,700 especies de plantas convierten este sitio en el ideal para disfrutar de un día soleado y refrescante.
De acuerdo con datos del jardín botánico las plantas son utilizadas en estudios científicos universitarios y se conservan al menos 1,930 especies que se encuentran en peligro de desaparecer.
Tras la visita al jardín puede recorrer los alrededores del palacio, observar la belleza de los parques y parar en un lago artificial adornado con hermosas rosas. Para hacer más memorable este recorrido le recomendamos abordar un pequeño tren con aspecto antiguo, cuyo costo no excede los tres euros (99 córdobas) y que sale desde el corazón de la ciudad.
Y si le apetece algo delicioso y económico puede comprar por menos de cinco euros los famosos döner kebab, la comida rápida de origen turco, que consiste en carne a la parrilla y ensalada. Pero si desean algo más típico de Alemania no pueden dejar de probar el currywurst (salchicha con papas fritas). Mmm… ¡riquísimo!
Karlsruhe está ubicada a 140 kilómetros de distancia de la ciudad de Frankfurt y desde ahí se puede abordar un tren, cuyo costo oscila entre los 31 y 40 euros ( 1,023 y 1,320 córdobas ). Ya estando en la Ciudad Abanico puede comprar una tarjeta para el transporte público que cuesta seis euros ( 198 córdobas ) y que le servirá todo el día sin importar cuántos viajes realicen. Hay una variedad de hoteles y hostales que pueden ajustarse a cualquier bolsillo. Una noche en un cómodo hotel y en una habitación doble podría costarle entre 80 y 95 euros ( 2,640 y 3,135 córdobas ). Pero dormir en un hostal no será menos reconfortable y el costo se reduce hasta a la mitad.
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