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Grandes peloteritos

Les han llamado “peloteritos” y son grandes jugadores de apenas 11 y 12 años. Ganadores de la única medalla de oro que existe en la historia del beisbol de Nicaragua. Unos son un poco inquietos y risueños. Otros son serios y tímidos. Y algunos son muy centrados, pero alegres.

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Por Mónica García Peralta

Les han llamado “peloteritos” y son grandes jugadores de apenas 11 y 12 años. Ganadores de la única medalla de oro que existe en la historia del beisbol de Nicaragua. Unos son un poco inquietos y risueños. Otros son serios y tímidos. Y algunos son muy centrados, pero alegres.

Estos beisbolistas, al igual que muchos otros niños van al colegio, ven televisión y hacen sus quehaceres. La mayoría cursa el primer año de secundaria y enfrentan los problemas cotidianos de ser preadolescentes.

Eduardo Chávez es uno de ellos. Morenito y delgado, de carácter bromista e inquieto. Es rivense y tiene 12 años. Él fue el jugador que anotó la carrera que les dio “el gane”, en la final del Campeonato Panamericano de Beisbol Infantil AA, el pasado 20 de julio en Mazatlán, México.

En ese juego derrotaron a Estados Unidos. Lo hicieron por segunda vez durante esa serie. Fue la final más emocionante de sus cortas vidas que resultó de un marcador final 5-4, que convirtió a los niños en héroes.

Eduardo entró este año a la Selección Nacional de Beisbol Infantil AA. Aprendió a jugar desde muy pequeño, herencia de su abuelo. Estuvo en dos distintos equipos de Rivas y se desempeña como pícher y jardinero central. En el último inning, el séptimo, él tuvo su oportunidad de brillar.

Fue después del turno en el que Estados Unidos se había puesto en ventaja 4-3. Saúl Suárez había empatado el juego 4-4 en una jugada anterior. Le tocaba el turno a Jossti Santos, pero al producir un foul, el mánager Asiel Morales decidió cambiar de jugador y puso a batear a Eduardo.

La jugada fue rápida y certera. Un batazo de nuevo por tercera base y los peloteritos norteamericanos perdieron el control. Eduardo primero dudó, pero luego se tiró con todo y se barrió de tercera hacia home. Así le puso nombre a la victoria.

Equipo único

De los diez días que duró el campeonato, los nicas descansaron solamente uno. Vencieron a siete equipos contra niños que casi doblaban su tamaño. Conquistaron ocho victorias. Y fueron derrotados en un solo juego.

Estos 18 peloteros fueron guiados y escogidos por el mánager costeño Asiel Morales. Algunos tuvieron que recorrer grandes distancias y pasar por diversos trámites para coincidir en un equipo que probablemente nunca se vuelva a juntar.

“Sí. Yo tuve un problema familiar. Hubo mucha traba para sacar el pasaporte. Róger Herrera, él es el entrenador, él tiene todas las cosas mías”, dice Lenín Antonio Urbina, algo cohibido. Él es pícher y tiene solo un año de jugar beisbol en ligas oficiales.

Anteriormente solo lo hacía en la calle. El jovencito habita en Siuna y describe la experiencia como “muy buena, porque obtuvimos el campeonato”.

A Lenín no le gusta hablar de las causas que lo llevaron a entrar en serio al beisbol, pero según Jorge Luis Avellán, coordinador técnico de las selecciones menores, la razón por la que un entrenador se encargó de los papeles de este niño, deriva de una tragedia. “Su papá lo abandonó, a la mamá la asesinaron hace dos años, fue un crimen a media cuadra de su casa. Espantoso”, detalla Avellán.

Samuel Mendoza,
Carazo

Alejandro Chavarría,
Chinandega

Jonathan Dormes,
Chinandega

Juan Rodríguez,
Granada

Julio Hurtado,
León

Livinton Urroz,
León

Norvin Olivas,
Madriz

Anthony Bassett,
Managua

Alejandro Jaime,
Managua

Léster Medrano,
Managua

Elián Rayo,
Matagalpa

Lenín Urbina,
Siuna-RAAN

Ronie Perera,
RAAN

Saúl Suárez,
Puerto Cabezas-RAAN

Jossti Santos,
RAAN

Wesley Lavonte,
RAAN

José Aráuz,
RAAN

Eduardo Chávez,
Rivas

Assiel Morales,
Mánager
RAAN

Wilfredo Tercero,
José Luis Quiroz y Everth Delgadillo. Coach

El jovencito tenía problemas hasta por quien lo iba a traer y a dejar tanto de los entrenamientos, como después del torneo en México, pero aún así tiene sus esperanzas puestas en este deporte. “Pienso que esto me va a ayudar a seguir adelante en el juego y seguir estudiando. Quiero llegar a la Primera División o a Grandes Ligas si puedo. Me gusta el beisbol sobre todas las otras cosas, solo el beisbol me gusta”, sostiene Lenín.

El pequeño pícher, aún con todos esos problemas, se concentró en el campeonato. Salvó tres juegos en este torneo. Avellán, los otros entrenadores e incluso Nemesio Porras, presidente de la Federación Nicaragüense de Beisbol Asociado (Feniba), concuerdan en que este muchacho tiene mucho futuro.

la clave

Jugar solo como un niño puede, a veces es la única garantía para ganar en cualquier deporte. Porque cuando se es pequeño se juega con pasión y alegría. Se juega con todo. Sin embargo hacer que ese juego de niños sea una victoria fue cuestión de técnica. “Nosotros contrarrestamos la diferencia física de los equipos adversarios, con técnica, disciplina, coraje y por supuesto la experiencia”, explica Porras.

El talento de uno de los jugadores en particular fue imprescindible, Ronie Perera, también de 12 años, fue el jugador más valioso de este campeonato. Es el capitán del equipo y tuvo su actuación más importante en la semifinal contra México. Ellos venían de perder un juego con los mexicanos, el único en el que no se impusieron. Perera desde el primer inning en ese juego bateó un triple (llegó a tercera con un solo batazo) y la ventaja de los nicas fue de 2-0. La semifinal se ganó luego 4-1. El juego que les dio la oportunidad de luchar por el oro.

Lo especial en este jugador, de acuerdo con Avellán, son las habilidades naturales, algo que ya se trae y que normalmente a esa edad cuesta mucho encontrar. “Nosotros decimos que tiene juego en la cabeza. Está pendiente de todo. Los niños por lo general son distraídos, pero él está concentrado. Sabe jugar beisbol”, analiza el técnico.

El equipo está claramente conformado por una perfecta mezcla de talento y proyección. Y además, beisbol en la sangre. Elián Rayo, matagalpino, es un ejemplo. Juega beisbol desde los 5 años, como siguiendo los pasos de su padre, Francisco, conocido como “Chico Rayo”, quien estuvo firmado por la organización de los Dodgers y aún juega con el equipo de su departamento.

Elián ya ha sido observado por scouts que llegan a los departamentos a cazar nuevos talentos de este deporte. Su papá, sin embargo, aún no se atreve a prometérselo a nadie. Este pequeño es uno de los cuatro peloteros de esta selección que aún tiene 11 años, y por ende parte de los que podrán ir al Mundial que se realizará en Taiwán el próximo año.

El día de la victoria el juego se estaba perdiendo en ese último y agonizante inning. Pero antes que el equipo de Norteamérica metiera jonrón, uno de los jugadores asegura que lo presintió. Es Lester Medrano, el más alto del equipo. “Vi que estaban dos en las bases, ya tenía lista el agua en mis manos para tirarla de la emoción, pensé ‘ala, se nos fueron arriba’. Y así fue”, recuerda el muchacho, quien observaba las jugadas desde la banca.

En ese momento, según detalla Avellán, muchos niños se entristecieron, algunos incluso se podían ver llorando, pero Asiel Morales, el mánager, les inculcó con confianza que no debían darse por vencidos. Les habló con firmeza y salieron en la parte baja del inning a ganar.

“Con el jonrón del cácher norteamericano, solo con una bateada pensé: ‘otra vez los sueños se nos fueron’”, dijo casi sin poder sostener las lágrimas Nemesio Porras en un reciente evento que sostuvieron los peloteros con el presidente Daniel Ortega.

Durante la reunión, Porras reconoció ante los medios oficiales ese trabajo de los que tienen más experiencia para guiar a los niños “Creo que también los técnicos pensaron eso. Pero salió el coraje y los dejamos tendidos. Esta es la historia de este equipo campeón”, finalizó el presidente de Feniba.

Amor de padres

Los primeros juguetes de Samuel Mendoza, caraceño de 12 años, fueron un guante, una pelota y un bate. Sus padres siempre lo motivaron en ese deporte, aunque ninguno en la familia lo practique con tanto esmero. Todo ese esfuerzo valió la pena, porque esta es la segunda vez que el muchacho entra en la selección nacional.

Samuel es el menor de los tres hijos de Eveling Zapata. La señora ya ha tenido que separarse dos veces del pequeño, pues en 2012 destacó como pícher en Guatemala, con la selección infantil de ese año en otro torneo panamericano. “Fueron duros esos días, no es fácil desprenderse así de un hijo. Más él que está pequeño”, dice la madre.

Ella es la que lo acompaña a todos los torneos, tanto los de la liga municipal que juega en Jinotepe como a los encuentros nacionales. El juego de la final también fue sufrido desde lejos por esta mamá, quien dedica su tiempo libre a lavar los uniformes de su hijo y el resto de niños que juegan en su departamento. A veces se le acaba el sol en los campos de beisbol donde va a apoyar a su hijo.

La hora del jonrón fue emocionante y agonizante. Zapata sentía desde lejos lo que sufriría su hijo, por llegar a una final y que esta les fuera arrebatada. “Todos creíamos que hasta ahí no más llegaba, pero la verdad es que Dios estuvo con ellos y les dio esa victoria. Estos niños y Nicaragua se lo merecían”. Desde que empezó el juego hasta que finalizó la mamá no dejó de llorar. Lo único que recordó fue su devoción por la Virgen de Guadalupe a quien aclamó: “Morenita linda, vos le diste la oportunidad de ir a conocer sus tierras, así dales esa victoria”, recuerda.

“Para nosotros todos son héroes. Esta medalla de oro no es casualidad. Es una evolución de lo que se ha hecho en años anteriores”. Presidente de la Federación Nicaragüense de Beisbol Asociado (Feniba)

Sección Domingo campeonato peloteritos Último

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COMENTARIOS

  1. Gleydis
    Hace 10 años

    Me llena de orgullo ver que los niños han realizado un gran trabajo y que los incentiven a seguir con esa disciplina que sean un ejemplo para los mayores y que tanto sus padres como el gobierno los apoye

  2. elviejo
    Hace 10 años

    ojala no los abandonen es bonito hablar pero despues se olvidan y hay que estimularlos es un equipito de niños que nos lleno de orgullo por fuera y que la seleccion grande jamas lo ha hecho

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