CARLA FJELD
PHD EN NUTRICIÓN HUMANA
La falta de sueño y la diabetes van de la mano. La diabetes puede causar la pérdida de sueño, y hay evidencia de que al no dormir bien se aumenta el riesgo de desarrollar diabetes.
Las personas que están cansadas tienden a comer más porque quieren obtener energía. Eso puede significar consumir azúcar u otros alimentos que pueden aumentar los niveles de azúcar en la sangre.
Varios estudios indican una relación entre la duración del sueño y el desarrollo de la intolerancia a la glucosa. Se sabe que la gente que duerme menos de siete horas diario tiene la tendencia de sobrepeso. Se supone que el deterioro en la tolerancia a la glucosa después de la restricción del sueño está causado principalmente por una reducción en la sensibilidad a la insulina.
También hay un vínculo entre la diabetes y la apnea del sueño, un trastorno del sueño caracterizado por ronquidos fuertes y pausas en la respiración durante el sueño.
El culpable puede ser el exceso de peso, que puede causar depósitos de grasa alrededor de la vía aérea superior que obstruye la respiración. Así que el sobrepeso o la obesidad es un factor de riesgo para la apnea del sueño, así como la diabetes.
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