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Correr o morir

La ola de películas basadas en novelas para “jóvenes adultos” trae un nuevo náufrago. El melodrama médico de “Bajo la Misma Estrella” es la excepción en un grupo dominado por distopías futuristas y fantasías de empoderamiento para adolescentes. Aún con libros etiquetados como “best-sellers”, es difícil reproducir en taquilla la magia de la biblioteca. Entre la reciente Divergente y la inminente Juegos del Hambre: Sinsajo – Parte 1 , nos llega Maze Runner: Correr o Morir , otra película de la misma calaña, pero que juega con la fórmula de maneras inesperadas.

La ola de películas basadas en novelas para “jóvenes adultos” trae un nuevo náufrago. El melodrama médico de “Bajo la Misma Estrella” es la excepción en un grupo dominado por distopías futuristas y fantasías de empoderamiento para adolescentes. Aún con libros etiquetados como “best-sellers”, es difícil reproducir en taquilla la magia de la biblioteca. Entre la reciente Divergente y la inminente Juegos del Hambre: Sinsajo – Parte 1 , nos llega Maze Runner: Correr o Morir , otra película de la misma calaña, pero que juega con la fórmula de maneras inesperadas.

Un muchacho inconsciente (Dylan O’Brien) recupera el conocimiento en un ascensor de carga. No recuerda nada, ni siquiera su nombre. La compuerta se abre en un descampado rodeado de monumentales paredes. Un grupo de muchachos de diferentes edades lo observan. Todos ellos viven en esta curiosa prisión al aire libre. Una vez al mes, reciben víveres y un nuevo miembro para la comunidad. Todos varones, todos sin memoria. Con el tiempo, han desarrollado una especie de sociedad agraria, con castas definidas por habilidades. El imponente Alby (Aml Ameen) es el líder, avalado por su condición de ser el primero en llegar, dos años atrás.

Newt (Thomas Brodie-Sangster) es el segundo al mando, maneja la administración y producción de alimentos. El brusco Gally (Will Poulter) dirige a los constructores, y se muestra hostil hacia el recién llegado. Minho (Ki Hong Lee) es el líder de los corredores. Temprano cada mañana, dos de las paredes que bordean el terreno se abren, es la entrada de un laberinto que los corredores exploran día a día, buscando infructuosamente una salida. Al caer la noche, las paredes vuelven a cerrarse.

El novato eventualmente recuerda llamarse Thomas, y experimenta destellos de revelaciones: un laboratorio, adultos anónimos vistiendo gabachas blancas y una muchacha. La primera parte de la película es densa en exposición, pero esto se justifica porque el punto de vista pertenece a Thomas, quien aprende juntos a nosotros las reglas de este extraño mundo. Se distinguen claramente las características del género: la juventud se presenta como un estado de gracia sometido a la voluntad tiránica de adultos. El micro-cosmos de la película es una especie de reflejo de la sociedad. Todo funciona como una alegoría sobre la existencia, ensalzando el impulso juvenil por encontrar el sentido de la vida y tomar las riendas del destino propio.

Es casi conmovedor, como a medida que Thomas empuja a sus compañeros a buscar la salida a pesar de los riesgos, su antagonista se aferra cada vez más a la sociedad que han construido —Poulter es excelente—. Esta es la mejor parte de la película. Funciona como una versión moderna de El Amo de las Moscas. Divergente y Los Juegos del Hambre que le dan protagonismo a una mujer, esta es la otra cara de la moneda, concentrada en personajes masculinos. Surge una oportunidad de meter diferencias de género en la ecuación, pero la película desactiva la posibilidad y se empuja a terrenos menos interesantes.  

Maze Runner sorprende con su tratamiento de la violencia. Cuando la acción domina la narrativa, la franqueza en el retrato de sus efectos de la violencia hacen que funcione como filme de horror. Es franca y descarnada. Lástima que igual que en otras franquicias, los sospechosos de siempre se materializan para arruinar la fiesta. Como en Juegos del Hambre , tenemos traicioneras figuras de autoridad adulta. Como en Divergente , queda el sabor ácido de la vilificación de la ciencia. No espere una conclusión satisfactoria. Como toda “historia de origen”, esta es una apelación al público. Danos tu dinero, y te contaremos más. El autor James Dashner desarrolló su saga en cuatro novelas. ¿Quiere saber qué pasa después? Vote en la taquilla.

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