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Ivana Rivera Palacios

Una amenaza que se puede tratar a tiempo

Como un sinónimo de su nombre, el rostro de Paz Maribel Calderón Delgadillo refleja tranquilidad. Originaria de La Paz Centro, municipio del departamento de León, desde hace dos años viaja a Managua para tratar la enfermedad que afectaba su salud: cáncer de mama en el seno derecho.

14JunBREVE COMBUSTIBLE

Como un sinónimo de su nombre, el rostro de Paz Maribel Calderón Delgadillo refleja tranquilidad. Originaria de La Paz Centro, municipio del departamento de León, desde hace dos años viaja a Managua para tratar la enfermedad que afectaba su salud: cáncer de mama en el seno derecho.

*Si notas alguno de los siguientes síntomas en tus senos acude de inmediato al médico:

*Abultamiento, nudos o endurecimiento.

*Inflamación, oscurecimiento o irritación.

*Cambio en el tamaño o forma del seno.

*Picazón, ampollas o comezón en los pezones.

*Hundimiento del pezón o de otras partes del seno.

*Secreción de líquido en el pezón.

*Dolor en un lugar específico.

En la noche de un viernes de octubre de 2012, cuando Paz se disponía a dormir, su mano derecha, casi sin querer, rozó su seno derecho revelando con el simple contacto la presencia de una pelotita.

“Cuando me sentí la pelotita me puse a llorar, lo primero que pensé es que era cáncer”. Su presentimiento fue acertado.

En busca de la confirmación de su sospecha, Paz acudió donde un doctor que le orientó realizarse un ultrasonido de mama. Con ayuda de los hermanos de la comunidad religiosa a la que pertenece, ella logró recaudar el dinero necesario para realizarse el examen en la ciudad de León.

La doctora que la atendió le recomendó realizarse primero un examen de mama (mamografía); no obstante, a pesar de saber que era necesario realizarlo, el costo de este nuevo examen preocupó a Paz. “La mano de Dios siempre ha estado en mi camino, tal vez antes no lo había entendido. La doctora me dijo que me haría los dos exámenes en 800 córdobas, y le dije que sí”, recuerda.

Una vez que le entregaron los resultados, sus hermanos de comunidad los enviaron donde otro doctor de La Paz Centro, quien remitió a Paz a la Fundación Ortiz Gurdián.

Desde entonces, viajar a Managua se convirtió en una prioridad para salvar su vida, a pesar de no contar con los recursos económicos suficientes. En la capital se reunía con su hermana, quien la acompañaba a cada una de sus citas en la clínica de la fundación.

El 12 de diciembre de ese mismo año Paz ingresó a cirugía, donde le quitaron todo su seno derecho.

“Me quitaron toda la mama. El doctor me dijo que yo podía escoger, pero ya el Señor me había puesto a mí la decisión que iba a tomar: quitármela toda por mi salud. Al poco tiempo de la cirugía comencé a recibir la quimioterapia por aproximadamente seis meses”, comparte Paz.

Cada 22 días tenía que venir a la capital para recibir su tratamiento. Una vez que lo concluía regresaba a su casa en La Paz Centro.

Luego de la cirugía estuvo durante 16 días en casa de su hermana, ubicada en Managua, para mientras le quitaban un dreno. Luego regresó a su casa, donde vive sola.

Tratamiento

De acuerdo con el doctor Roberto Ortega Path, gineco-oncólogo y director médico de la clínica de la Fundación Ortiz Gurdián, en nuestros días el cáncer de mama es un problema que afecta tanto a los países desarrollados como a aquellos en vías de desarrollo, categoría en la que se encuentra Nicaragua, donde una de cada diez mujeres puede ser diagnosticada con cáncer en cualquier momento.

En los países en vías de desarrollo esta enfermedad suele diagnosticarse en etapas avanzadas, por lo que el especialista reconoce la necesidad de educar a la población y hablar sobre la detección oportuna del cáncer de mama.

Para un diagnóstico temprano es preciso realizar el autoexamen de mama todos los meses, una semana después de concluida la menstruación, un ultrasonido de mama si eres menor de 35 años (este permite un diagnóstico más específico, sobre todo en el caso de las mamas densas), y una mamografía anual después de los 40 años.

El doctor Ortega explica que el cáncer de mama es una enfermedad sistémica, es decir que para su control se incluye la cirugía, la quimioterapia, la radioterapia y el tratamiento hormonal.

Sin embargo, el tipo de tratamiento se determina según la etapa en que se encuentre el cáncer.

“Cuando el cáncer de mama está avanzado su tratamiento inicial va a ser quimioterapia, porque el tumor es bien grande y se van células malignas a la axila que luego circulan por todo el organismo. En ese caso, la prioridad con la quimioterapia es eliminar esas células malignas y después se hace la cirugía. Si está en etapa temprana quiere decir que el cáncer está localizado en su mama (encapsulado), por lo tanto, no está en contacto con la axila y el tratamiento inicia con la cirugía”, explica el gineco-oncólogo.

Las pacientes que requieren tratamiento hormonal deben tomar una pastilla diario por cinco años.

Un riesgo para todas

“Yo no soy de las personas que dicen ‘a mí nunca me va a pasar esto’, pero tampoco pensé que algún día iba a tener cáncer de mama”, expresa Ivana Rivera Palacios, una jinotegana de 35 años, quien hace dos meses fue diagnosticada con cáncer en etapa uno.

Ivana relata que se sintió una pelota grande y dura en el seno izquierdo cuando se estaba bañando, por lo que decidió acudir al médico para averiguar de qué se trataba, pues asegura que en su familia se han registrado varios casos de distintos tipos de cáncer, incluido el cáncer de mama.

“El radiólogo me hizo un ultrasonido y me dijo que no le gustaba lo que veía y por eso era mejor realizar una biopsia. Me la hice y me dijo que tenía que ver a un oncólogo o mastólogo, porque dio positivo para células malignas, tenía un carcinoma ductal infiltrante”, cuenta Ivana.

Al enterarse del resultado, Ivana le comentó a una amiga. Ella le hizo el contacto con la Fundación Ortiz Gurdián, donde le repitieron los exámenes y confirmaron el diagnóstico, explicándole que el cáncer estaba en etapa uno.

“Cuando el doctor me dijo que tenía cáncer yo vi mi vida en cuestión de segundos. Me vi de niña, adolescente, adulta, ya casada, y lo que pensé es que mi niña de 2 años se iba a quedar solita”, recuerda.

Un mes después, el 17 de septiembre de este año, le practicaron la cirugía para retirarle la mitad del seno donde se encontraba el tumor, pues al estar encapsulado no era necesario quitar todo el seno.

En la misma cirugía se realizó la reconstrucción del seno, el cual quedó con menor tamaño del que tenía anteriormente.

A las citas previas a la cirugía Ivana asistía generalmente con su mamá, aunque su esposo y padre también la acompañaron en algunas ocasiones.

Por el tipo de cáncer que Ivania tenía no requerirá el tratamiento hormonal, pero sí radioterapia.

Según el gineco-oncólogo, la idea que se tenía antes, de que el cáncer solo afectaba mayormente a las mujeres mayores, ha cambiado, pues en la actualidad son cada vez más frecuentes los casos de cáncer de mama en mujeres de menor edad, registrando incluso pacientes de hasta 19 años.

El especialista considera que ciertos comportamientos y características de la vida actual de los jóvenes pueden tener influencia en el desarrollo de esta enfermedad, y forman parte de los factores de riesgo modificables.

“Los jóvenes van a fiestas, se desvelan, no hacen ejercicio, fuman, consumen alcohol y todos esos son factores de riesgos, además de la misma condición genética de la mujer. Actualmente ingerimos alimentos enlatados, hay una tendencia a usar tratamiento hormonal para el engorde de pollo y res, se utiliza mucho insecticida sobre legumbres y verduras y hay una mayor contaminación ambiental. Todos esos factores se van sumando para que una persona con predisposición a un cáncer de mama lo desarrolle”, exhorta el doctor Ortega.

Atención integral

Al igual que Paz, Ivana también recibió apoyo psicológico por parte de la fundación que las acompaña desde el momento en que son diagnosticadas. La terapia psicológica involucra también a la familia.

“Sin la atención psicológica yo hubiera entrado en depresión fuerte, porque en ese tiempo tenía un problema con mi hijo menor y la psicóloga me ayudó bastante. Mi hijo ahora ve las cosas de otra manera. En varias ocasiones tuve cita con ella, mis hijos también, porque esa es una enfermedad que afecta a toda la familia”, comparte Paz.

Ambas guerreras de la vida aseguran que la mayor fortaleza para enfrentar la enfermedad la encontraron en Dios, quien les brindó la energía para luchar por ellas mismas y por sus familias.

Paz Maribel Calderón FOTOS: LA PRENSA/ ALFREDO ZÚNIGA
Paz Maribel Calderón
FOTOS: LA PRENSA/ ALFREDO ZÚNIGA

Nosotras cáncer de mama La Paz Centro Managua

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