Muchas canciones se vuelven toda una tradición para esta temporada, canciones que ya comenzamos a escuchar por doquier y que incluso cantamos o tarareamos sin importar la edad que tengamos.
¿Recuerdas: Ven a mi casa esta Navidad y Yo no olvido al año viejo ? Sí, sus coros perduran a través del tiempo, nos retroceden a nuestra niñez o época de juventud. Sus coros nos saben a familia, reuniones, juegos entre hermanos, primos, amigos, vecinos… Nos saben a la delicia de esas cenas especiales y entrañables. Nos saben a Navidad y Año Nuevo.
“Yo no olvido al año viejo porque me ha dejado cosas muy buenas: me dejó una chiva, una burra negra, una yegua blanca y una buena suegra”.
Canto el coro y me pregunto: ¿qué me ha dejado este año? Bien, no me deja una chiva, ni una burra negra ni una yegua blanca, tampoco una suegra, pero me deja grandes lecciones de vida entre conquistas y pérdidas.
Generalmente para Año Nuevo nos proponemos metas que deseamos cumplir. Es la magia que permite que iniciemos con entusiasmo un año más y que podamos concluirlo con la familia completa, así no siempre sea posible.
En el transcurso de ese año que recibimos con alegría también podemos vivir la partida de un ser amado, alguien que está en un lugar mucho mejor que el nuestro y que vivirá por siempre en nuestros corazones. Es parte del ciclo de la vida y por acontecimientos así también se nos hace imposible olvidar al año viejo.
Este 2014 se llevó a dos seres muy amados para mí, entre otras personas que tuve el privilegio de conocer, pero me deja la alegría y satisfacción de haber compartido con ellos momentos muy lindos y amenos que hoy soy recuerdos maravillosos. Me deja como lección que tenemos que vivir cada segundo con mucho amor, un sentimiento que deberíamos de expresar siempre a todos los que nos rodean. Vivir en paz, vivir gozosos, con metas y propósitos. Un nuevo año con muchas nuevas oportunidades para vivir con mayor intensidad y regocijo.
Celebremos la vida. Abraza a tus seres queridos, diles cuán importantes son, viaja, recorre tu país y el mundo, respira con entusiasmo, procura hacer realidad tus sueños, pero ante todo y sobre todo, ama.
La vida la conforman pequeños detalles que la hacen valiosa e inigualable. Invita a tu casa en esta Navidad, comparte lo que tienes con los demás, obsequia sonrisas, llena tu mesa de exquisitos y dulces momentos, brinda por este año y por el venidero para que traiga consigo solo cosas buenas, cosas muy bonitas.
Sigo cantando la canción y me pregunto: ¿qué te ha dejado este año?
¡Qué Dios te conceda una feliz Navidad y un hermoso Año Nuevo!
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