El presidente chino, Xi Jinping, auguró en su último discurso del año, una “extensa y profunda revolución” en las prácticas de gobierno de China, en aras del declarado objetivo de instaurar un estado plenamente de derecho en el gigante asiático.
Xi, citado por la agencia oficial Xinhua, prometió profundizar las reformas, poner en práctica el imperio de la ley, ser estricto en la gestión del Partido Comunista, aumentar la innovación y mejorar la vida de las personas, en un acto para despedir el año 2014 donde también participaron otros máximos líderes chinos.
El presidente chino tuvo un recuerdo especial para Hong Kong, en un año marcado por las protestas democráticas en la excolonia británica, y aseguró que el régimen comunista “debe salvaguardar sin descanso la larga prosperidad y estabilidad” de ese territorio y la vecina Macao.
Al hacer un repaso de los logros del año, Xi destacó especialmente los avances en la lucha contra la corrupción, la principal bandera de su política interior, aunque también subrayó las mejoras en el estilo de gobierno del Partido Comunista, donde se luchó contra “el formalismo, la burocracia, el hedonismo y la extravagancia”.
En política exterior, Xi recordó las iniciativas lanzadas por su Gobierno para recuperar y adaptar al siglo XXI la antigua y desusada Ruta de la Seda, antaño vía comercial de China con Occidente, mediante inversiones en infraestructuras de transporte en el sureste y el centro de Asia que China financiará en gran parte.
El año 2014 ha marcado una importante consolidación de China como gran potencia económica internacional, ayudada por grandes proyectos de inversión en todo el mundo como el inicio de las obras del Canal de Nicaragua.
También ha avanzado el Ejecutivo de Xi en política multilateral, lo que se ha cristalizado en la cumbre Asia-Pacífico que la ciudad de Pekín acogió en noviembre.