En la colección otoño-invierno para la casa John Galliano, el británico Bill Gaytten defendió ayer la tendencia “maxi-mini”, que une prendas de longitudes y volúmenes opuestos, horas después de que Kenzo recubriera el cuerpo con patrones de ángulos rectos, en la Semana de la Moda de París.
“Partimos del Art Déco, fijándonos en los estampados y en los materiales típicos de aquel periodo”, explicó Gaytten después del espectáculo, entre foto y foto con quienes se acercaban a felicitarle.
El trabajo creativo consistió en trasladar aquellos motivos a unas prendas que deben llegar a las tiendas de la compañía durante la próxima temporada de frío y, lo que es más importante, conseguir el beneplácito de la clientela.
Gaytten, quien durante más de veinte años había sido el más estrecho colaborador de la aguja-estrella en busca de redención, firmó una colección con ricos materiales, como el jacquard o las pieles, que desprendieron ilusión con sus luminosos violeta y rojo.
El color negro fue el fondo ideal para unos estampados y bordados —y para estampados bordados, también— que recrearon vegetación apagada, así como peces y burbujas.
Las minifaldas de trapecio, compuestas en algunos casos por varios paneles, encontraron su contrapunto en abrigos largos y construidos y cazadoras con grandes solapas.
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