Canal perjudica a Nicaragua
La Ley 840, o Ley del Canal Wang Jing-Ortega, fue diseñada para despojar a miles de campesinos de sus tierras y provocará un gran daño irreversible en el ecosistema la cuenca del Lago de Nicaragua.
Nuestra Constitución Política proscribe la confiscación como forma de extinguir el derecho de propiedad y en su lugar dejó establecida la figura jurídica de la expropiación. Pero esta tiene entre sus elementos principales que sea un acto administrativo coactivo, que exista utilidad pública o interés social, y que además, previo a la apropiación por parte del Estado se pague una justa indemnización. De tal forma que expropiar para una corporación privada, para el interés particular de los inversionistas del canal de engrosar sus cuentas bancarias no tiene ninguna relación con la utilidad pública o el interés social. Asimismo pagar valores catastrales o antojadizos unilateralmente no coincide con lo establecido en la Constitución de pagar una indemnización justa. En pocas palabras, dicha expropiación debe darse bajo determinados procedimientos y garantías. Por lo que si no se ajusta a la norma constitucional se equipara a una confiscación camuflada.
Debemos rechazar el despojo que mediante el flamante proyecto del canal se pretende hacer de la tercera parte del territorio nacional, es decir más de cuarenta mil kilómetros cuadrados de tierra sólida y aguas del lago Cocibolca. La propiedad de humildes campesinos, será arrebatada pagándoles conforme valor catastral y no conforme el precio del mercado. Definitivamente esta es la tercera Piñata sandinista, solo que en esta ocasión es para favorecer los intereses colonialistas de la segunda potencia mundial: La República China o en el peor de los casos a un William Walker asiático del siglo veintiuno
La Ley 840 viola definitivamente el derecho constitucional a la propiedad privada y además amenaza con lanzar al hambre y la miseria a una gran masa de campesinos, a quienes se les desarraigará de sus tierras.
Wang Jing tendrá el control de la tercera parte del país. Y esa zona se convertirá en un enclave colonialista donde las leyes de Nicaragua, la soberanía nacional y los derechos del pueblo nicaragüense serán pisoteados por los colonialistas asiáticos. No estoy contra el desarrollo del país, pero ninguna cantidad de dinero justifica echar a perder una joya tan preciosa como el Lago de Nicaragua. Ninguna ganancia equivale o repara la destrucción que se le causará a la fauna y flora de este lago.
El lago es pesca, turismo, agricultura, reserva de agua para calmar la sed de la población nicaragüense, es flora y fauna, es un elemento indispensable para la regulación del clima del país, en fin el lago es vida. No permitamos su destrucción, y no permitamos el despojo que se pretende hacer a quienes con mucho esfuerzo han adquirido y forjado sus fincas para la sobrevivencia de sus familias.
Danilo A. Martínez R. Presidente de la Asociación Democrática de Abogados de Nicaragua
50 años de Radio Corporación
Medio siglo de lucha de la emisora mártir, la que habla el lenguaje de su pueblo. Su mensaje es como oxígeno para la población que sufre entre dictadura y dictadura que odian la libertad de expresión. Su variada programación en cultura, deportes, política y noticias sin faltar la palabra de Dios, nos anima a diario y nos orienta hacia dónde dirigir nuestra mirada para descubrir la pequeña luz de esperanza al final del largo túnel.
Un 15 de marzo de 1965 se ilumina la calle Candelaria de la vieja Managua, cuando Fabio Gadea Mantilla y José Castillo Osejo fundan Radio Corporación con una débil señal radiofónica. Tres años después ya tiene cobertura nacional y puedo escucharla en Matagalpa, capital provincial del pueblo El Galope, residencia oficial de Pancho Madrigal. Los noticieros de la radio dicen la verdad, lo que molesta al dictador Anastasio Somoza quien en reiteradas ocasiones manda a sus turbas a atacar la radio. Tres meses antes de caer la dictadura, la Guardia somocista clausura la radio, después del triunfo de la revolución sale nuevamente al aire siempre en 540 de amplitud modulada.
En 1980 se cumple mi sueño de estar en los programas deportivos de Sucre y El Porteño, pero no conocí a Pancho Madrigal. La nueva dictadura no puede someter a la radio y comienzan los ataques y censura; José Castillo es citado a la oficina del temido Tomás Borge, ministro del Interior que atacó a puñetazos a Castillo y le rompió los labios. El plan de la tenebrosa Seguridad del Estado era que Castillo respondiera a golpes y así justificar los balazos que le meterían los sicarios que rodeaban y cuidaban a Borge. El mismo plan con que mataron a sangre fría al presidente del Cosep, Jorge Salazar Argüello.
Durante la primera dictadura de Daniel Ortega la radio además de la censura sufre ocho ataques terroristas cometidos por guardias orteguistas vestidos de civil. Fabio Gadea se va al exilio, a Costa Rica. En 1989 era jefe de divulgación y prensa de la Resistencia Nicaragüense, sufre un atentado y muere su chofer. Desde el exilio comienza a escribir “Cartas de amor a Nicaragua” y completa un total de 12 mil libretos de los cuentos de Pancho Madrigal.
En octubre del 2011 el salón de actos de la iglesia Molagüina de Matagalpa está lleno de personas muy entusiasmadas. Fabio Gadea se dirige a los asistentes, muchos tenemos que escucharlo en los parlantes de la calle porque no alcanza una persona más. Fabio dijo que si en el público estaba Leopoldo Villalta el que soñaba con conocer a Pancho Madrigal, que subiera donde él estaba para darle un fuerte abrazo. En un solo abrazo abarqué: La Corporación, Pancho, Fabio y a un presidente electo que le roba las elecciones el ilegal e inconstitucional presidente Ortega que con su diabólica capacidad destructiva nos coloca como una de las naciones más pobres y corruptas de América.
Aún es tiempo de salvar la República, mientras exista Radio Corporación vivirá la esperanza de la libertad y la democracia en los hogares nicaragüenses.
Leopoldo Villalta López
Homenaje a “don Josecito”
El 21 de febrero del 1914 nació el poeta José Cuadra Vega, “don Josecito” (q.e.p.d.). Invito a sus familiares y amigos para que promovamos que uno de los festivales de poesía de Granada se celebre en su honor.
Es justo y merecido reconocer su legado como el máximo representante de la poesía conyugal nicaragüense. Esto lo saben los bardos nicaragüenses que han leído su libro “Poemas para Doña Julia”, a través del cual inmortalizó a la “mujer de su vida y de sus sueños”, su “Musa”, con quien convivió matrimonialmente durante 77 años. Dicha obra es el mejor testimonio del verdadero, puro y gran amor que se tuvieron “Don Josecito” y “Doña Julia”; y refleja también el amor del poeta hacia Dios, al que “invita a compartir su lecho conyugal para formar la Trinidad”. De igual manera, tienen valor lírico sus libros: “Canto a la Virgen Pájara María”, “Poemas de Hospital” y “Otros poemas”, en los que es evidente el amor que siente por la Madre de Dios y la humanidad doliente.
Otra característica de la poesía de “Don Josecito” es el humor del que está impregnada, al menos en su mayoría; ese humor blanco que era inherente a él y, por supuesto, muy contagioso. Por eso, me parece muy acertada la apreciación que escribiera en su momento la ahora Primera Dama de la República, Rosario Murillo, refiriéndose a “Canto a la Virgen Pájara María”, y que, yo agregaría, debe ser extensiva a toda la producción lírica suya: “ Es un libro para ser leído, cantando, o para cantar leyéndolo o para ponerse alegre o triste volando, poema y corazón en la mano”.
“Don Josecito” debe ser exaltado en uno de los festivales de poesía en Granada. Es tiempo de que la nueva generación de bardos nicaragüenses y extranjeros adultos aprecien su legado.
Henry Peralta Argeñal
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A