Casetas en las paradas de buses
Las autoridades gobernantes de nuestro país por fin han abierto sus ojos ante el evidente caos que por largos años han venido sufriendo a diario más de 800,0000 nicaragüenses, que utilizan todos los días el transporte público en nuestra querida ciudad capital.
Aprovechando esta oportunidad quiero exhortar a la funcionaria pública que está dirigiendo la iniciativa de construcción inicial de doscientas cómodas y funcionales paradas de buses techadas que vendrán a proteger del sol y de la lluvia a los usuario, para que además de las pequeñas cabinas para ubicar a los vendedores espontáneos que ofrecen sus productos en las paradas más tradicionales, anexen en cada terminal una pequeña batería sanitaria.
Esta batería estaría compuesta con servicios sanitarios separados para hombres y mujeres, ubicados en los extremos laterales de las doscientas paradas de autobuses colectivos, los cuales se pondrían a disposición de la población usuaria a un precio simbólico mínimo para su mantenimiento y aseo, de tan solo 5 córdobas por usuario.
Los servicios podrían ser manejados —lo digo a manera de recomendación técnica— por adultos mayores jubilados, lo cual les facilitaría algunos ingresos adicionales a sus pensiones.
Por otro lado, comenzaríamos a combatir el bochornoso y espantoso espectáculo que se observa a diario en todas las calles y avenidas de la ciudad, de los hombres que sin ningún respecto a los demás y sin importar que mujeres y niños circulen por las calles, simplemente se arriman a cualquier pared y proceden a orinar ante la vista y paciencia de toda la comunidad.
Este es un mal hábito arraigado en el modo de ser del hombre nicaragüense que hay que erradicar y la implementación de estas doscientas paradas nos facilitaría el momento de empezar a combatir esta antihigiénica e inmoral mala costumbre que está tan arraigada en nuestra cultura, y a la que muchos ven como parte de su vida común.
Con la incorporación de servicios sanitarios públicos como parte de la estructura de las 200 modernas cabinas de paradas que han diseñado los funcionarios, habremos dado un paso inicial importante en el largo camino por recorrer para cambiar positivamente la imagen de nuestra amada Nicaragua.
Por otro lado esto sería la base para reproducir el modelo a todo el territorio nacional, si es que queremos verdaderamente posicionar nuestro país como destino turístico competitivo a nivel internacional.
Una vez implementada esta observación y sugerencia ciudadana, hay que crear los mecanismos de orden público para sancionar a los infractores que persistan en violentar la higiene y salud pública y continúen exhibiéndose en las calles y avenidas haciendo sus necesidades fisiológicas en la vía pública.
No debemos dejar que se escape esta oportunidad, que se nos presenta socialmente, para que a través de esta pequeña pero necesaria obra pública comencemos a corregir este mal hábito del hombre nicaragüense, un comportamiento dañino para la nación y por tanto para él mismo como persona.
Todos seremos beneficiarios y ganadores si comenzamos con esta medida a revertir tan malsana costumbre.
René Sabas Gómez
Medio siglo haciendo radio
Honor a quien honor se lo merece. Augusto Conrado Pineda Aguilar, más conocido como Conrado, no tiene parangón en radio como periodista, programador musical, creativo en las viñetas, locutor y presentador de programas en la televisión.
Cuando ingresé a La Voz de Nicaragua, el 1 de febrero de 1987, se utilizaba una viñeta pegajosa que decía ¡La Voz…. la Radio Ya! Paradójicamente así se llama la sandinista Radio Ya.
Al mando de la subdirección de La Voz, Conrado ya había hilvanado el primer lugar de audiencia a esa estación, pese a ser la voz oficial del Estado.
Conrado acaricia esos preciados cincuenta años de vida en radio y adicionalmente se conserva en su muro un diploma que lo acredita como Auditor Privado, carrera que no ejerció por dedicarse a la radiodifusión.
Conrado Pineda debe ser declarado miembro del salón de la fama. ¡Maestro!, le exclaman sus más cercanos colaboradores por la humildad demostrada, porque además de la trayectoria de radio es dueño de la Orden Independencia Rubén Darío.
Acabo de leer en su currículum sobre sus vivencias y no tiene ruina moral ni espiritual. En fin, la mejor frase que se puede decir de él es la de que es un apóstol de la comunicación. Su lado humano es de una persona jovial, sobria y sobre todo sabia. Por eso le tomo la palabra al escritor italiano Valentino Bompiani quien dijo que un hombre que lee vale por dos.
Conrado dio clases de locución y laboratorio de radio a estudiantes de periodismo en la UNAN y lo sigue haciendo en la actualidad a miembros de la red de jóvenes comunicadores de la Juventud Sandinista.
Conrado también es licenciado en periodismo egresado de la UNAN.
Ha trabajado en 12 estaciones de radio, entre ellas 590 Punto, Estación X, La Voz de Nicaragua. En la década de los noventa con humildad y sencillez me expresó que con Carlos Guadamuz (q.e.p.d.) hicieron de Radio Ya la del primer lugar.
Conrado, quien sin duda alguna ha dejado huellas imborrables en la radio, cumple en este mes de marzo cincuenta años de vida en radio.
Conrado se une a los más grandes de la radio difusión, como Rodolfo Tapia Molina, Joaquín Absalón Pastora, Guillermo Treminio, don Fabio Gadea Mantilla, Donald Schiffmann y Eduardo López Meza, entre otros.
Sinceras felicitaciones al maestro
Pedro David González Pérez
Malinchismo
Malinalli, doña Marina o La Malinche, fue la india mexicana que traicionó a su pueblo por amor a Hernán Cortés. De ahí se deriva la palabra malinchismo: la preferencia por lo extranjero con menosprecio de lo propio.
Lamentablemente esta actitud malinchista la vemos reflejada en la vida cotidiana de nuestro país.
En estos tiempos ya no encontramos una barbería, ahora todas son “Barber Shop”. Ya nadie hace una entrega a domicilio, ahora se hacen “delivery”. Las personas van de “chopin”, aunque no escriban ni pronuncien bien la palabrita.
A todos los jóvenes les gustan mucho las gorras, los jeans, los zapatos deportivos, las camisetas y otras prendas de vestir muy de moda.
Lo divertido del asunto es que deben ser de marca y si esta es norteamericana mejor es la cosa.
Si vamos a buscar zapatos “made in Nicaragua” no encontramos, en las tiendas los tienen escondidos y con etiquetas de marcas extranjeras. Como me dijo una vendedora: “Estos son. Pero si digo que son de Granada no me los compran”.
Lo más grave del asunto es que hablamos en castellano, pero queremos hablar inglés a la fuerza. Es lamentable ver a las gentes “cantando” (imitando los sonidos a la brava) canciones en inglés dentro de los buses.
¡Qué tristeza! Si apenas hablamos nuestro idioma, lo maltratamos, lo pisoteamos, lo escribimos peor y pretendemos cantar en otro.
Si doña Marina viviera estaría feliz de ver un país que sigue al pie de la letra su mal ejemplo.
¿Hasta dónde vamos a llegar? ¿Dónde están las autoridades educativas del país? ¿Qué hacen para preservar nuestra cultura?
Aníbal José Martínez Somarriba
La Garita
La comarca de La Garita, del municipio de San Ramón, en el departamento de Matagalpa, se ha convertido en un gran destino turístico para nacionales y extranjeros.
En La Garita han abierto sus puertas diferentes establecimientos relacionados con la llamada industria sin chimenea, en los cuales se puede pernoctar muy cómodamente y consumir alimentos naturales de gran calidad.
Así también los amigos turistas y visitantes muy bien pueden bañarse en las frescas aguas del Río Grande de Matagalpa, o hacer un interesante recorrido a caballo por los diferentes caminos que pasan por haciendas de café y ganado, en las que serán muy bien recibidos y atendidos por los propietarios y trabajadores de las mismas, como parte de la hospitalidad que le caracteriza a la gente de esta productiva región de Nicaragua.
Salvador Pérez González
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