Revolucionar la democracia
Alejandro Calero Dávila
Los liberales tradicionalmente se han opuesto al comunismo y a los conservadores. Pero ahora liberales y conservadores se enfrentan a un movimiento que se denomina socialismo del siglo XXI, que no es otra cosa que el populismo agrupado en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (Alba), cuyo énfasis, dicen, es la lucha contra la pobreza, el enriquecimiento ilícito para ellos, el derrumbe de la institucionalidad del país y por otro lado la exclusión total de los que no comparten sus ideas y los tratan de eliminar físicamente de cualquier manera.
¿Por qué se les permitió a los populistas participar en elecciones? Porque no haberlos dejado participar era una acción antidemocrática, pero si llegan al poder se constituyen como partido político único y no permiten la participación a los otros políticos o preparan el camino para hacerlos perder. De manera que se puede advertir que cualquier partido populista que es oposición representa un peligro para la nación
Los gobiernos demócratas todavía en el poder tienen la obligación de denunciar a los gobiernos populistas de haber llevado al fracaso total a sus países, al haber abolido la institucionalidad con el falso argumento de que es por los pobres. Deben solidarizarse con los pueblos a como es el caso de Venezuela.
¿Qué debe hacer la democracia liberal ante este fenómeno populista? Incidir en los gobiernos democráticos para hacer una reingeniería en sus gobiernos y seguir en una campaña permanente a como lo hace el populismo. La Internacional Liberal no puede quedarse observando como los liberales van perdiendo terreno por haber gobernado para la corrupción, olvidándose del país al que no pudieron llevar a un desarrollo social y económico. Se debe buscar la unidad con aquellos partidos políticos que tradicionalmente han sido contrarios, sin embargo la libertad de la nación se antepone a cualquier principio.
¿Cómo evitar que el populismo llegue al poder? Los liberales, conservadores, etc, deben anteponer principios antes de llegar a ser historia, si bien los populistas solo benefician a sus seguidores (los liberales ni eso hace con los suyos), una coalición o unidad de partidos políticos deben gobernar para todos los ciudadanos sin exclusión.
Es obligación de la democracia garantizar a la nación que el populismo sea solamente oposición, se deben desarticular sus bases y todo lo que es su organización política y no permitirles que reciban dinero sucio para su campaña electoral.
Se debe trabajar en un plan de nación con la debida anticipación que permita hacerle los ajustes que sean necesarios y denunciar que un nuevo triunfo populista significa la desaparición total del libre mercado provocando con ello la escasez de los productos básicos para el hogar.
Se debe arrebatar la juventud al populista antes que ellos le continúen envenenando la mente, se les debe decir que en lugar de ser enviado a agredir a un hermano serán enviados a estudiar, a prepararse para que tengan una carrera o bien un oficio. Se debe proponer a la juventud que se acerque sin miedo, porque no le investigaremos su pasado, pero el trabajo no debe recaer únicamente en el partido que encabeza la alianza que con seguridad será el Partido Liberal Independiente (PLI). Debe ser de todos los aliados.
La gasolina más cara de CA
Maxwell Altamirano
Es terrible saber que Nicaragua tenga la gasolina más cara de Centroamérica y una de la más caras de Latinoamérica. Y lo peor aún es no encontrar respuesta lógica del porqué se encuentra a ese precio. Un día escuché la explicación de un padre de la patria (diputado) quien dijo: “Que hayan bajado los precios del petróleo no tiene por que bajar los precios de la gasolina o sus derivados”
Con tan célebre aseveración podríamos decir que si el precio del maíz baja no tiene que bajar el precio de la tortilla y sus derivados o si baja el precio de la leche no tiene porque bajar el precio de la cuajada o cualquiera de los derivados de la leche. ¿Considera esa una respuesta lógica e inteligente?
Otro día escuché de otro ilustre en inicio de clases de cierta universidad, que Nicaragua necesita más técnicos porque hay muchos profesionales (que mal chiste haber dicho esto en inicio de clases de una universidad). En Nicaragua el 70 por ciento termina la primaria, el 50 por ciento la secundaria y un 60 por ciento la universidad. Si realiza la operación correcta que por cierto este ilustre necesita urgentemente aprenderla nos da que de cada 100 personas que inician primaria solo 17 terminan su profesión. Algunos países desarrollados tienen de 55 por ciento a 65 por ciento de profesionales. El problema no está en la cantidad de profesionales que haya, sino en las políticas que existan y las gestiones que se realicen para generar empleos de manera sistemática y continua.
Nicaragua no tiene dificultades económicas por sus sistemas, gobiernos o sus gobernantes. El problema está en cómo aceptamos lo que nos dicen. Y tienen más de 100 años diciéndonos que no podemos avanzar y saben que no lo hemos creído. Todos los gobiernos nos han dicho que han sido lo mejor y nos lo hemos creído. La desesperanza del nica tiene mucha esperanza y su cautiverio un toque de libertad.
Reflexionemos, no digo que desconfiemos pero sí que dejemos de ser estáticos. Que si nos mienten al menos ocupen unas cuantas neuronas para elaborar una buena mentira es decir el minino de sinapsis para premiar creyendo o aceptando lo que dijeron por el esfuerzo que hicieron.
Al rescate del CSE
Fulvio Tijerino Pérez
Conforme el Arto. 77 de la Ley Electoral, el próximo 6 de noviembre es la fecha tope para presentar candidatos a las próximas elecciones nacionales; quedan seis meses y once días para poder cumplir con dicho requisito, dado el caso que vayan a utilizar alguna de las casillas de los partidos que tienen autorizada personería jurídica.
Según las últimas informaciones presentadas en los diarios nacionales, los partidos tradicionales aun no logran consolidarse internamente y continúan en confrontaciones estériles para arrogarse el liderazgo de la posible alianza electoral que representaría la nueva UNO contra el orteguismo. Ya comienzan a perfilarse posibles candidatos, es como agregar ingredientes al “pastel”, que luego habrán de negociar para ver quienes se quedan con el mayor trozo. Son los tropeles y tropelías de los politicastros que se preparan para la próxima función de circo que organizará el orteguismo; son los bufones y marionetas que están haciendo sus ensayos. El pueblo, como siempre, acudirá como invitado para disfrutar del espectáculo esperanzado de recibir regalías.
En tanto, “en la acera del frente”, el orteguismo continua campante utilizando los recursos del Estado para hacer proselitismo partidario; mientras con una mano otorga satisfacciones al pueblo hambriento y pordiosero, con la otra: reprime, violenta la Constitución, coarta las libertades, institucionaliza su dictadura para entronizarse en el poder; la pobreza, el hambre y el desempleo son instrumentalizados maquiavélicamente por el orteguismo para consolidar su poder partidario.
El tiempo avanza inexorablemente, los politicastros de vieja cuña siguen en su ególatras posiciones disputándose un liderazgo que ya el pueblo no acredita y la generación de relevo, que debería estar propugnando por asumir el nuevo liderazgo partidario, brilla por su ausencia.
Jóvenes, aun es tiempo de actuar cívicamente utilizando los dos únicos recursos constitucionales que aun no han sido conculcados: el referéndum y el plebiscito. Si actuamos diligentemente, robándole tiempo al tiempo, podríamos pasar de monigotes a sujetos activos promoviendo un Referéndum para que los actuales Magistrados del Consejo Supremo Electoral (CSE) sean reemplazados por personas honorables de probada ética e imparcialidad. Sabemos que el orteguismo tiene mayoría parlamentaria pero, aun tenemos a la comunidad internacional como testigos y fiadores de nuestros derechos constitucionales. Recuperar la independencia del CSE debe ser el primer objetivo para rescatar nuestra constitucionalidad.
Los partidos políticos y la sociedad civil organizada tienen ese reto. Aun es tiempo de reivindicaciones.
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