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Cartas al Director

En tiempo de Cuaresma y Semana Santa la palabra de Dios escrita en la Biblia nos enseña más que en otra época del año a encontrarnos con la piedad y el perdón que Él nos ofrece para reconciliarnos ante su Divina Providencia y vivir con esperanza el presente y el mañana.

La palabra de Dios en Semana Santa

En tiempo de Cuaresma y Semana Santa la palabra de Dios escrita en la Biblia nos enseña más que en otra época del año a encontrarnos con la piedad y el perdón que Él nos ofrece para reconciliarnos ante su Divina Providencia y vivir con esperanza el presente y el mañana.

Por otro lado, nosotros siempre preferimos a modo de resistencia buscar el camino contrario que nos señala la Biblia del compromiso de la fe y nos vamos por la indiferencia, la evasión, la superficialidad, la insensibilidad al dolor ajeno y ansiosos de saborear bienes y placeres sin límites, sin darnos cuenta que todo esto nos impide caminar a la luz de la palabra de Dios.

Haciendo mal uso de las sagradas escrituras, muchos que se hacen llamar pastores, profetas o apóstoles son manipuladores de la misma, sin haber estudiado nunca, la acomodan a su conveniencia o ambiciones personales sirviéndose de ella para hacerse ricos con las limosnas de sus feligreses a quienes convierten en fieles fanáticos y por las que a cambio les prometen una grandiosa prosperidad financiera, como premio por darle al pastor todo lo que poseen. Peor aún es cuando afirman que Dios les habló en sueños para decirles cosas que jamás diría y que inducen al miedo y la histeria colectiva.

Más grave todavía pareciera que todos sus esfuerzos y empeño en campañas proselitistas religiosas están cuidadosamente muy enfocadas para destruir y desaparecer al catolicismo.

La santa madre Iglesia católica, la única y verdadera Iglesia por voluntad de Jesús, nos enseña que el sacrificio, la penitencia, la oración, la piedad, la humildad, perdón y el silencio son el tipo de culto que agrada al Señor y no es el escándalo, los gritos desenfrenados, los brincos y el vacío de un mensaje torcido y desviado por conveniencia el que nos acerca a su presencia.

Que a la hora de estar bajo el ardiente sol del desierto de la prueba y cuando parezca que todo se hunde a nuestro alrededor, es decir a la hora de la cruz, nuestro corazón cristiano no dude ni desfallezca en mantener su confianza en la sangre preciosa de Cristo derramada por todos nosotros y nos ha redimido abriéndonos las puertas de la vida eterna.

Marlon José Navarrete Espinoza

¿Quién tiene la razón?

La manera en que vemos el mundo no tiene conclusión. Esto es por lo que todos vemos, creemos, pensamos, escuchamos, entendemos e interpretamos lo que queremos. Muchas personas podrían negar esto y quién sabe quizás yo esté equivocada, pero responde algo, ¿estás seguro de lo que crees? Si lo estás, pues qué bien, pero si no, tranquilo. El mundo está lleno de preguntas, hay cosmovisión. Pero, no hay una respuesta correcta en este mundo, ni Stephen Hawking, ni un presidente, ni el mejor estudiante del mundo tiene la razón. Lo que sí hay son teorías, existen entendimientos e incluso el cerebro para pensar y analizar bien, pero no existe la razón.

El mundo entre sí, se contradice. Si tienes una pregunta, digamos que en macroeconomía. Y un economista experto logra responder correctamente, dirás, bueno, tiene razón, es experto. Pero de repente viene otro economista experto y contradice al otro experto. ¿Qué harías? No sabrías qué hacer ni a quién creer, los dos son expertos. ¿Y qué pasa? Que salimos mal en macroeconomía por no saber cuál es la respuesta correcta.

Digamos que en la misma situación, se te ocurre preguntarle a tu profesor cuál de los dos expertos tendrá la razón. El profesor te responde: “El primer experto tiene la razón”. Pero investigaste con alguien más y dijo: “No, no el segundo experto tiene la razón”. En este caso, ¿qué harías? Esto también surge, cuando se llegan a hacer lo que son las decisiones. Si tú dices, que consumir el alcohol es perjudicial porque puedes enfermarte, y una persona interrumpe tu explicación y dice: “No, está científicamente comprobado que es bueno para la salud”, ¿qué creerías?

Y si una persona ve el color rojo y tú miras el color morado ¿qué pensarías? Es más, esto se lleva a cabo en debates porque ni los jueces ni la audiencia y ni los que están debatiendo tienen razón, solo están convenciendo. Llegamos al punto de convencimiento, el convencer es lo que pelea con la razón, prácticamente son como el bolso y la mochila.

Se confunden y no se interpreta bien la real definición. Pongamos un ejemplo interpretativo. Si yo estoy enfrente de una audiencia de ambos sexos, hablando de lo que estoy desarrollando ahorita, y pregunto lo siguiente, si un hombre le dice a su novia, esposa o lo que sea “no te estoy mintiendo”. ¿Qué piensa usted? La mayoría de los hombres diría: “No miente”. Y la mayoría de las mujeres dirían: “Sí miente”.

¿Entonces quién tiene la razón? Es una pregunta inconclusa y contradictoria para ambos sexos. Pero quién sabe, y lo repetiré, quizás yo tampoco tenga la razón, y el otro lado del mundo me contradiga. Entonces allí, aplico el título, no existe la razón.

Andrea Cruz

Violinista virtuoso

Hace 52 años el violinista Amando Quinto Jirón, mi padre, murió consumido por un cáncer, un 3 de abril del año 1963.

Este virtuoso del violín ingresó a la Orquesta Vega Matus cuando solo tenía 13 años de edad, y quien le enseñó los primeros pasos fue el tío de Alejandro Vega Matus, don Carmen Vega, otro violinista de renombre en la historia musical masayés.

Cinco días antes de fallecer, Quinto Jirón fue al único en la historia de la Orquesta Vega Matus que le fue impuesta la condecoración “La Lira del Mérito Vega Matus en Oro” por el hijo del célebre compositor Alejandro Vega Matus, Ramiro Vega, por todos sus aportes a cada una de las obras y por sus brillantes ejecuciones con su violín mágico y su arco que hería las cuerdas para hacer vibrar el pensamiento del oyente.

Aquel violín que tantas veces disfrutó la población masayés y otras personas, ejecutado por el maestro del pentagrama Amando Quinto Jirón dejó de oírse un 3 de abril de 1963, y que tantas veces ese violín había sido ejecutado por su antiguo dueño el maestro Tucho Montealegre, quien le obsequió el violín mágico a su gran amigo mi padre Amando Quinto Jirón, y también fue gran amigo Tucho Montealegre de mi tío Carlos Quinto Jirón, otro notable violinista.

La Orquesta Vega Matus tuvo largas trayectorias de conciertos, y conciertos sinfónicos en esas giras artísticas mi padre Quinto Jirón y todos los músicos integrantes de la afamada Orquesta Vega Matus se cubrieron de mucha gloria en su época, y a la señorita Lolita Soriano, a quien se le nombraba madrina de la orquesta en una ocasión, fue dedicado en Managua un concierto de estos.

Este recuerdo, como un requiem post mortem lo dedico especialmente a mi padre Amando Quinto Jirón y a los mencionados músicos, compositores de la época que integraron la Orquesta Vega Matus. Se lo merecen y que no creo sean igualados ni remedados, fueron ciudadanos de intachable, de una limpia trayectoria, sin sombras y cuando se les vio desaparecer del mundo de los vivos para ir a gozar de la visión beatífica del Señor de las Misericordias como recompensa a sus nobles atributos y aportes al arte musical y a sus virtudes excelsas, Masaya lo lamentaba.

Han dejado buen legado de composiciones y ejecuciones magistrales y es parte de nuestra historia y patrimonio nacional.

Bayardo Quinto Núñez

Error en obituario

Por este medio aclaramos que el nombre de la empresa del obituario que fue publicado en la página 6B de este Diario, el día 27 de marzo, es Merck Serono, no Meck Serono, como erróneamente se escribió.

Lamentamos el error y ofrecemos disculpas a quienes corresponda.

El editor

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