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Cartas al Director

Don Emilio Bruce, columnista del periódico costarricense La República, escribió el mes pasado un artículo magistral, lo tituló “Maldita prensa”.

Imitemos la libertad nunca al totalitarismo

Don Emilio Bruce, columnista del periódico costarricense La República, escribió el mes pasado un artículo magistral, lo tituló “Maldita prensa”. El escrito fue publicado el 06-03-15, allí de una manera muy fina advierte y señala un mal que ha ido proliferando como mala hierba en nuestra región (Venezuela). Se trata del cuestionamiento que hacen algunos presidentes a la prensa en general, recordamos por supuesto al finado Hugo Chávez, Rafael Correa y por supuesto a Nicolás Maduro, jefes de Estado que hablan pestes de la prensa y que han tomado medidas drásticas en sus países.

Bruce nos dice entre otras cosas que “no escuchemos los cantos de sirena de aquellos países que han buscado silenciar a quienes desean hacer públicas sus censuras. Sobre el desarrollo de la libertad cabalga la democracia y el progreso de los pueblos. Sobre la supresión de las opiniones, sentimientos y preferencias de las sociedades, se cierne la noche de una era de degradación y totalitarismo”.

Y es que como sabemos, don Emilio al escribir esto se estaba dirigiendo al presidente de Costa Rica, Luis Guillermo Solís, quien hace solo unas semanas se quejó del acoso mediático, el presidente escribió un artículo y se presentó en cadena de la radio y televisión.

En el texto el profesor se pregunta: “¿Qué es ese lamento de que me tratan mal en la prensa? ¡Sea hombre y trabe los dientes! ¡No afloje!, nos habrían dicho los mayores. Las críticas son indispensables para el gobernante. Los elogios generan conformidad y autocomplacencia. La crítica de hoy no es diferente a la de los pasados 12 años”.

Bruce añade: “Creo que los gobernantes, a semejanza de don José María Castro Madriz, deberían, lejos de criticar y de sumergirse en las teorías de la conspiración de la prensa, servirse de ella y estimular la misma. Imitemos la libertad nunca al totalitarismo. Más adelante don Emilio continúa y dice: “Sobre el desarrollo de la libertad cabalga la democracia y el progreso de los pueblos. Sobre la supresión de las opiniones, sentimientos y preferencias de las sociedades, se cierne la noche de una era de degradación y totalitarismo”.

Lleva razón don Emilio cuando dice imitemos la libertad nunca al totalitarismo, rechacemos las ideas estatistas, autoritarias o totalitarias, emulemos los modelos que han sido exitosos en otros países como Nueva Zelanda, Australia, Suiza o Suecia, no copiemos sistemas fracasados como lo han hecho en Cuba o Venezuela, ya sabemos cómo terminan.

Carlos Vílchez Navamuel

Crucifixión de empresarios

A Santa María de Ostuma, bello hotel de montaña a 10 kilómetros de la ciudad de Matagalpa, su propietario Jorge Salazar Argüello le daba un celestial mantenimiento. Era el tiempo de la década perdida o primera dictadura de Daniel Ortega, cuando las confiscaciones eran al gusto y antojo del jefe de la plaza. Desde la dirigencia del Cosep Jorge les decía: “Ni nos vamos a Miami ni nos sometemos, si nos vamos es a la montaña a producir divisas para este país”. Reconocidos sicarios lo mataron a sangre fría en un lugar público de Las Nubes en El Crucero, el hotel fue confiscado y demolido desde sus cimientos para borrar toda huella de visionarios proyectos turísticos y a sus carismáticos dirigentes.

Nicaragua es un país especial, existe libertad de expresión pero el ilegal e inconstitucional presidente ha comprado para su partido con fondos del Estado la mayoría de los medios de comunicación y los canales orteguistas son los únicos de cobertura nacional por lo que debimos soportar los demagógicos mensajes de Rosario Murillo “compañera” del dictador si queríamos ver las películas bíblicas. El Viernes Santo vi al faraón Ramsés mandando a matar a todos los recién nacidos hijos de los esclavos hebreos, para que no existiera Moisés y liberara al pueblo de Dios. Luego vi al gobernador Herodes ordenando la muerte de todos los niños de Nazaret para que no existiera Jesucristo, limpiara los pecados del mundo y nos apartara de las tentaciones del diablo.

Ese día, después de la crucifixión de Jesús comenzó el calvario del empresario turístico de puertos y barcos Milton Arcia; cuatro centuriones con el uniforme de la Policía orteguista lo arrastraban desnudo para montarlo en una patrulla y encadenarlo como el más vil de todos los delincuentes, su gran pecado es no ser empresario borrego del binomio Ortega-Murillo. Ya encadenado vio la maquinaria pesada que destruía su sueño, un hotel en la isla de Ometepe que comenzó a construir hace siete años y pensaba inaugurar en el mes de junio. Mientras estas desgracias pasan en nuestra nación los empresarios arrimados al sistema callan y su silencio cómplice les dice que pronto les llegará su turno para que los testaferros de la cruel dictadura no se atrasen construyendo hoteles y centros turísticos en todo el país, pensando como Ramsés y Herodes que la dictadura orteguista será eterna. Dios dice: cuando prospera el impío prospera el pecado, proverbios 29:16 y sentencia ¡mía es la venganza!

Leopoldo Villalta López

Protesta de embajadora ecuatoriana

Hemos recibido una carta de la señora embajadora de Ecuador en Nicaragua, Aminta Bueñano, que por su gran extensión (1,294 palabras) es materialmente imposible que podamos publicarla en su totalidad.

La señora embajadora se refiere al editorial de LA PRENSA titulado La censura en Ecuador del 24 de marzo pasado, el cual, según ella “contiene informaciones falsas, no contrastadas y mal intencionadas, con el evidente fin de desprestigiar y confundir a la opinión pública, haciendo creer que en nuestro país vivimos bajo un régimen ‘autoritario’ en donde supuestamente no se respeta la libertad de expresión”.

Reconoce la señora embajadora que nuestro editorial se basó en un documento del organismo no gubernamental ecuatoriano Fundamedios (Ecuador: la censura cabalga sobre una ley), que fue distribuido en la asamblea general de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) celebrada a principios de marzo en Panamá. Según la embajadora se trata de “un folleto publicado por el periodista César Ricaurte conocido en nuestro país por su vinculación desde Fundamedios como informante de la Embajada norteamericana según lo denunciara oportunamente los documentos de WikiLeaks y de recibir dineros de USAID con el objetivo de desestabilizar a los gobiernos progresistas de América Latina”.

Dice la señora embajadora: “Ciertos medios de comunicación en Ecuador se han constituido en actores políticos para llenar el vacío de una oposición debilitada. Frente a esta realidad, el poder mediático ha buscado nuevos canales para ejercer su influencia y convertirse en los portavoces de los ataques hacia el Gobierno central. En efecto, las acusaciones infundadas en todos los géneros periodísticos y sus mentiras constantes, reflejan la cara intención de los medios: usurpar los espacios públicos para oponerse abiertamente a la política gubernamental y ganar adeptos en base a la difusión de información tergiversada y manipulada”.

Sostiene la embajadora, en contrario a las denuncias internacionales de la prensa independiente y las fuerzas democráticas de su país, que “en el Ecuador no hay limitaciones para el ejercicio periodístico: no hay ni un solo periodista detenido por sus opiniones, ni se ha cerrado ni un solo medio como consecuencia de su línea editorial, como malintencionadamente manifiesta el editorial. En el Ecuador, existe y se garantiza la libertad de expresión. A pesar de la cantidad de falacias e injurias publicadas, a ningún medio se le ha impuesto una supuesta censura previa”.

Opina la embajadora que “asegurar que en la actualidad nuestro gobierno es ‘el peor enemigo de la libertad de expresión en América, después de la dictadura comunista de Cuba’, es no solo el ejercicio discursivo de una vieja práctica retórica que polariza las opiniones desde la confusión y la evidente mala fe, sino que además es una absoluta falta de respeto al pueblo del Ecuador y a su gobierno democráticamente elegido”.

Dice muchas cosas más la embajadora de Ecuador en su carta que, lamentablemente, por su desmedida extensión no hemos podido publicar íntegramente como hubiésemos querido.

El Editor

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