El Código de la Familia
Nimia Serena Pérez Bermúdez
Todos los seres humanos conocemos al menos dos planos de nuestra existencia. Sabemos de un mundo material o real que es todo lo tangible y visible y un mundo ideal, interno, espiritual. Este último nos permite intuir, percibir y sentir y es lo que comúnmente llamamos conciencia. La conciencia es una especie de dispositivo o GPS que se nos instaló cuando fuimos perfectamente creados y junto con el libre albedrío, estamos dotados de un conocimiento especial que nos indica cuándo hacemos o no lo correcto, independientemente del nivel cultural o posición social que se pueda tener dentro de una sociedad. Tan es así que cuando actuamos mal se dice comúnmente que tenemos remordimiento de conciencia.
De tal manera que dentro de una sociedad nos comportamos de conformidad con el orden establecido por las leyes, pero hay otros tipos de comportamientos que están fuera de toda norma creada por el hombre y es sobre el amor, sobre la conciencia. La conciencia al igual que el amor no se puede ni debe de ser sometida a disposiciones legales. Porque es precisamente nuestra conciencia la que nos guía e impulsa a ser mejores padres, mejores hijos, mejores hermanos, mejores esposos, mejores ciudadanos… Es sumamente vergonzoso y peligroso que una ley obligue a una persona a cumplir con un deber que es natural, moral y de amor, un deber que es instintivo, que hasta el más fiero de los animales posee, la protección de su familia. Es peligroso porque en la medida que un gobierno tenga que intervenir, entrar en nuestros hogares y decidir sobre cuestiones que deberían ser atendidas y resueltas dentro del seno familiar, iremos perdiendo autonomía en nuestros propios hogares, libertad de decidir en base a nuestra propia conciencia, so pena de cometer delito y ser objeto de juicio legal.
Porque este nuevo código que ya entró en vigencia, otorga autoridad a comités y personas que estarán atentos a nuestra conducta dentro de nuestras propias casas y aunque quizás no tengan autoridad moral alguna tendrán la autoridad legal para hacerlo y de seguro esto traerá más conflictos que soluciones. Sin embargo, no todo está perdido porque aún podemos rescatar lo más preciado que tenemos como seres humanos, nuestra dignidad, nuestro respeto y nuestra conciencia.
Países que invierten en I+D
Carlos Vílchez Navamuel
El país que más invierte en el mundo en investigación y desarrollo es Estados Unidos, así lo ha hecho por mucho tiempo y así lo confirma el último informe 2014 Global R&D Funding Forecast.
De los 1,200 billones de dólares que se invierten al año en Investigación y Desarrollo (I+D), Estados Unidos (EE. UU.) de Norteamérica invirtió 465 billones de dólares, es decir cerca del 38 por ciento de la inversión total que se hace en el mundo, China ha dado un salto espectacular y se reporta que invirtió 284 billones de dólares y desplazó del segundo lugar a Japón que invirtió $165 billones quedándose en el tercer puesto, Rusia invirtió solo 40 billones de dólares y España 18 billones de dólares.
En el 2013 el número de patentes que tenía EE. UU. eran 1,872,872, le seguían Japón 1,270,367, China con 828,054, Corea del Sur aparece en el cuarto lugar con 624,419 y en nuestra región solo México aparece con 73,076 patentes.
Según el Banco Mundial, China está en camino de superar a los EE. UU. en el gasto para la investigación y desarrollo, se calcula que lo hará en el 2020, mientras que otros piensan que tal vez lo pueda hacer para el año 2030.
En lo que se refiere a nuestra región, América Latina está rezagada en investigación y desarrollo y sin esperanzas de que esto cambie por ahora, en diciembre pasado el vicepresidente del Banco Mundial para la región, el mexicano Jorge Familia, afirmó en Veracruz, México que “tenemos un bajo número de patentes por habitante” en la región respecto a otra zonas del mundo, con solo una por millón de habitantes, lo que “contrasta con la creatividad que caracteriza los pueblos latinoamericanos”. Más adelante dijo: “El país que más invierte en América Latina en I+D es Brasil, el 1 por ciento de su PIB, y ‘eso es una tercera parte de lo que invierte China’; el promedio de la región es de apenas el 0.5 por ciento del producto interno bruto”.
Con esta información a la mano podemos afirmar que la clave para llegar a ser un país desarrollado estará en la inversión que se haga en desarrollo e investigación, no en lo rico que el país sea, el mejor ejemplo es Venezuela, un país con las reservas más grandes del mundo en petróleo, pero con mucha pobreza y sin nada de inversión en I+D.
Retos de la oposición
Arnoldo Toruño C.
En entrevista a un programa televisivo, la licenciada María Eugenia Sequeira se refería al proceso interno de organización como la principal prioridad de su partido, de cara a los comicios electorales del 2016. Está bien, pero no deben perder de vista que en el corto plazo la principal tarea de todos los sectores opositores pasa por exigir cambios profundos en el sistema electoral que devuelvan la credibilidad y confianza al ciudadano para ejercer libremente su sagrado derecho al sufragio con la seguridad que su voto decide y cuenta.
Pretender participar en las condiciones actuales es seguir jugando el juego del adversario en su propio terreno, con sus propias reglas y sus propios árbitros. Como convencer a la inmensa barra de electores sin partido e independientes, de que te respalden de forma activa y masiva. Ese es el gran dilema que enfrenta la oposición y en particular el PLI, que pretende liderar una gran alianza electoral opositora.
Pero los liderazgos no se ganan con proclamas, discursos o buenas intenciones, se ganan en la calle, junto al pueblo, exigiendo elecciones libres y transparentes; también se ganan con humildad reconociendo que en un equipo todos los jugadores son igual de importantes y que no es saludable para los esfuerzos de unidad anteponer banderas o signos partidarios, a los objetivos e intereses comunes de la alianza. No debemos caer en el error de ideologizar las alianzas, ni de categorizar los vagones del tren, ya que en esta locomotora llamada unidad no hay vagones especiales ni colas de vagón. La oposición tiene además el reto histórico de iniciar cuanto antes un proceso de relevo generacional, que permita que diputados con varios períodos de reelección sean reemplazados por rostros frescos y nuevos, para ser más creíbles y coherentes ante sus electores.
Abuso aéreo
Roberto Argüello Noguera
Desde hace dos o tres años, las compañías aéreas empezaron a subir los precios de sus boletos, justificándolo con el aumento del precio del petróleo. Cobraron por maleta, redujeron el peso permitido de estas, llegando algunas, hasta cobrar por bolsos de mano, suprimieron o redujeron las comidas y bebidas, las sirvieron en plástico, redujeron las millas entre destinos, para efectos de premiar a los viajeros frecuentes (antes entre Miami y Managua se acumulaban 1,250 millas, ahora solo 550). Las fechas de vuelo son inamovibles, y multan, al pasajero con saña y sin rubor, por algún cambio de fecha. Algunas, aún cobran “impuesto de combustible”. En fin han venido abusando del usuario de una forma descarada y sinvergüenza.
En el caso de Nicaragua un pasaje Miami-Lima puede costar seiscientos y pico de dólares. Miami/Managua setecientos y pico actualmente. Ha de haber alguna razón oculta que solo las líneas aéreas conocen para tal abuso (la distancia entre Miami y Lima es casi el doble que entre Miami y Managua). Lo que el usuario ve y siente es abuso y descaro: robo en el aire.
Ahora bien, desde hace un año el precio del petróleo ha venido bajando, hasta más de la mitad pero las compañías aéreas, en el afán de esquilmar al usuario, “no se han dado cuenta” de la baja del petróleo. No han notado que sus ganancias se han, al menos, duplicado en un poco más de un año.
Si ellos no tienen la entereza de ajustar y bajar el precio de sus boletos, al igual que los “ajustaron” al subir el precio del petróleo, y se nota a la legua que no tienen dicha entereza y ni honradez, ¿quién los puede controlar? ¿Aeronáutica Civil, el Gobierno “del pueblo presidente”?
Mientras no haya quién los baje de las alturas en que se quedaron, seguirán haciendo “su agosto” todo el año, ya sea en temporada alta o temporada baja.