Dax Meneses espera con ansias llegar a casa para ver a su pequeño Dax Jr. de tres años, pero no se conforma con darle besos y abrazos. Para él, las atenciones como prepararle su comida favorita, bañarlo, jugar con él, contarle un cuento e incluso estar pendiente de sus tareas son la mejor forma de demostrarle su amor y hacerle sentir a su hijo que es parte prioritaria en su vida.
“Todo padre puede sentir que no está preparado, sin embargo por mi hijo he estado dispuesto hacer todo tipo de tareas y es algo que genuinamente disfruto al máximo todos los días”, nos dice.
“El conocimiento de la paternidad cambia a un hombre. Puede ser una fuente de orgullo y madurez. El vínculo que creamos con un niño desde bebé define la base para toda la vida”.
Para Héctor Sánchez, dar amor a los hijos es importante para que más adelante ellos también puedan dar cariño a los suyos.
“Crecí rodeado del amor de mi mamá y de mis hermanas. Para mí no hay nada más valioso que la familia y cada padre tiene un rol y algo diferente que transmitir a los hijos, de tal forma que se complementen en la crianza” nos dice.
Ambos luchan para que el trabajo les deje el tiempo suficiente para disfrutar a sus hijos, tienen una consciencia diferente. “Los niños cuyos padres les hacen saber que vale la pena el tiempo que pasan juntos y merecen la atención que les brindan, son niños que crecen fuertes y saludables. Seamos un modelo de masculinidad adulta, es muy importante que los padres estén comprometidos con sus hijos y se relacionen con ellos a lo largo del tiempo”, nos dice Max.
Para Héctor la premisa es la misma. Dice tampoco sentir vergüenza de atender a su hijo, de prepararle sus biberones, cargarlo en público y consentirlo. Él cree que el amor debe alejarse de los prejuicios. “Pena me daría no disfrutar a mi hijo, eso sí sería demasiado vergonzoso para mí. No darle el tiempo, el cariño y las atenciones que merece. Respeto las razones de quienes se mantienen alejados de sus hijos, pero yo prefiero disfrutarlo al máximo”, asegura.
“Esta nueva ola de papás está entre los 20 y 30 años y son hombres de mente más abierta y dispuestos a crear vínculos fuertes con sus hijos. No es una regla, pero los más jóvenes parecen ser los menos encasillados en los estilos de crianza del pasado”. Dra. Ledia Gutiérrez, psicóloga.
UNA NUEVA OLA DE PAPÁS
Aunque el machismo ha atribuido a la mujer la exclusividad de algunas tareas, entre ellas la crianza de los hijos, para la psicóloga Ledia Gutiérrez, el hecho que la mujer ahora trabaja y estudia ha obligado a una nueva dinámica familiar, en la que los roles se reparten de manera equitativa.
Para la experta, las campañas antimachismo y las redes sociales también han hecho lo suyo. Estas últimas han permitido la transculturización, pues se comparte contenido que refleja las culturas de otros países, incluyendo muchos en donde estos tabúes, como la asignación de tareas en el hogar para el hombre, ya son cosa del pasado.
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