Cuando tienes en tus manos un álbum con fotos familiares, es fácil darte cuenta que hace cuatro décadas las mujeres empezaban a tener hijos desde los 19 años y seguían procreando hasta que alcanzaban la menopausia.
Hoy en día las cosas han cambiado para las mujeres, pero no para sus familiares, amigos y círculos cercanos que ejercen presiones cuando, pasados los 25 años no tienen planes de ampliar la familia.
Auxiliadora Castro, psicóloga del Instituto de Climaterio y Menopausia, explica que los comentarios negativos de que se les va el tren y las presiones, pueden dañar psicológicamente a la mujer, afectando su autoestima y haciéndolas sentir menos, respecto a las demás mujeres, como sus hermanas, primas y amigas que sí han contraído matrimonio y tienen hijos.
La integración de las mujeres en el mundo laboral es un hecho significativo que ha cambiado toda la estructura de la sociedad. El número de mujeres que trabajan fuera de casa ha aumentado considerablemente, lo que repercute en que se prolongue el tiempo para contraer matrimonio y, en consecuencia, también el de la maternidad.
Por otro lado, existe una gran dificultad respecto al acceso a una vivienda, el pago de servicios básicos y la canasta alimenticia; necesitándose así el sueldo de dos personas, para tener una buena calidad de vida.
Responsabilidad compartida
Para Castro, no basta con amar a los niños para tomar la decisión de ser madre, se deben tomar en cuenta diversos aspectos por muy pequeños que sean.
“Es necesario y muy fundamental que elijan a un buen hombre que quiera tomar esa responsabilidad. Tener un hijo es un trabajo de dos y claro que hay madres que han salido adelante solas, pero lo ideal es que sea un trabajo en conjunto”, asegura Castro.
Algunas parejas, no saben si están listas para ser padres, por lo que la especialista nos da un listado de las cosas que se deben tomar en cuenta antes de dar el siguiente paso.
- Es necesario un consenso entre la pareja, los dos deben estar de acuerdo.
- Tener las condiciones económicas básicas, como un trabajo y una casa.
- Hacer un presupuesto para saber si disponen de dinero suficiente para ampliar la familia.
- Deben preguntarse ¿Seré capaz de criarlo, de hacerlo un hombre o mujer de bien?
- Ambos deben poseer madurez y estabilidad emocional.
Ninguna mujer nace preparada para ser madre y Castro afirma que se puede ser feliz siéndolo o no, porque quien determina la felicidad es la misma mujer y nadie más.
¿Qué dice la ciencia médica?
Después de los 35 años los médicos consideran un embarazo como riesgoso, pues aumenta la posibilidad de desórdenes cromosomáticos que pueden generar malformaciones congénitas. Pero los doctores dicen que en la mayoría de los casos esto no sucede y que la clave es someterse previamente a pruebas diagnósticas para detectar posibles enfermedades y llevar un control adecuado del embarazo.
De los 40 años en adelante, la fertilidad disminuye y enfermedades como la diabetes, problemas en la placenta o partos prematuros podrían suscitarse. Si la mujer goza de buena salud, el embarazo podría llegar a feliz término.
La ventaja
* Tener hijos entre los 30 y los 40 años puede ser una ventaja desde el punto de vista económico y práctico. Es posible que tengas ingresos más altos y más ahorros que a los 20 y pico porque has tenido más tiempo de establecerte en el mundo laboral, además es posible que seas más paciente con tu hijo, porque habrás madurado mucho.
*Fuente: Babycenter.
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