El cabello rojizo no es precisamente un tono habitual, pero de un tiempo a esta parte bien por la relevancia del trabajo de estas y otras intérpretes o por los designios de las modas destaca con una relevancia especial.
Esta ardiente tonalidad arrasa en las pasarelas y en las alfombras rojas. La mutación de un cromosoma hace que el pelo tome ese color de fuego, tan denostado como atrayente, que en sí mismo tiene varias tonalidades; un atractivo que hay que cuidar y hacer brillar.
Jessica Chastain, Emma Stone, Amy Adams o Julianne Moore lucen melenas ardientes orgullosas y bien cuidadas.
Desde que la melena roja de Rita Hayworth deslumbrara en “Gilda”, las mujeres pelirrojas han resultado atrayentes para el cine, mujeres de carácter, difíciles de doblegar.
El estilista Eduardo Sánchez afirma divertido, pero con rotundidad que “las rubias ya no son mayoría”, y añade que es una razón más para lucir una melena impecable, “máxime cuando la coloración es la que te ayuda a obtener ese tono”.
Cómo resaltar el tono
Esa proliferación de cabellos naturales rojizos hace que la moda nos lleve hipnotizadas a la peluquería en busca de ese tono.
Un peinado suelto, con ondas y un poco texturizado “es la mejor forma de resaltar este color”, asegura.
Sin embargo, Sánchez explica que el rojo es uno de los tonos que “se pierde con mayor facilidad, por ello requiere visitas a la peluquería más frecuentes. Lo ideal es cada cuatro semanas”, explica el especialista en belleza.
Para mantener el tono, recomienda, aplicar un champú de pigmentos después del champú habitual, para reponer los pigmentos cálidos y los más rojos.
Con este cambio de clima, el cabello rojo tiende a aclararse y se degradan con gran rapidez “más que con el resto de tonos”, por ello recomienda aplicar productos con protección solar y cubrirse la melena con sombreros o pañuelos durante las horas de mayor exposición.
El estilista asegura que el “rojo queda fenomenal también en cabellos cortos”, ya que marca mucho el corte y desaconseja los tratamientos con calor porque retiran los pigmentos y aceleran la pérdida de color.
desde un rubio claro con pequeños
matices anaranjados que crean un rubio fresa hasta el cobrizo más vivo e intenso.
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