Habla el Güegüense
Según la última encuesta de la prestigiada M&R, los nicaragüenses estamos contentos con el Gobierno del presidente Daniel Ortega, de su esposa Rosario y del vicepresidente Hallesleven, “aprobando su gestión en un 70.2 por ciento”.
Incluso la gente dice que ellos “son de su mayor agrado”, un 72.8 por ciento que el Gobierno “le genera esperanzas” y 67.7 por ciento que “la dirección en que conduce al país es la correcta”. Igualmente un 73.9 por ciento considera que “el comandante busca la unidad y la reconciliación entre los nicaragüenses”.
Pero… el 75.4 por ciento está “preocupado por el manejo de la economía”, el 62.9 por ciento dice que “a la democracia nica le falta algo”, el 59.4 por ciento que “el gobierno no ha hecho nada por él” y más del 52.3 por ciento manifiestan categóricamente que: “Se quieren ir del país”.
¿Y entonces? Pues, claramente habló el Güegüense. Al que no le guste, que se autoengañe y …
Agustín Jarquín Anaya
Pensión reducida y pensión mínima
Estas son dos tipos de pensiones, que suelen confundir a muchos ciudadanos y que trataré de explicar lo más claro y breve posible.
La pensión reducida está contemplada en el Art. 49, Decreto No. 974 que crea la Ley del INSS y aplica para los asegurados no activos, los que no pudieron alcanzar las 750 cotizaciones y que acreditaron como mínimo 250.
En su oportunidad esta pensión reducida era de 1,240 córdobas, que equivalían al cuarenta por ciento del salario mínimo vigente de 3,101 córdobas mensuales. Posteriormente, el Decreto No. 28-2013 vino a favorecer al grupo afiliado a la Unidad Nacional del Adulto Mayor (UNAM), al crear tres parámetros, donde la “Pensión Reducida Proporcional” (así denominada ahora en dicho decreto) alcanzó la cantidad de 2,800 córdobas. Recientemente, el Decreto No. 12-2015 ha favorecido aún más a este grupo, estableciendo una nueva pensión que llega a la cantidad de 3,656 córdobas.
Pensión mínima es la que aplica a los asegurados no activos, que “sí” alcanzaron las 750 cotizaciones y que está definida muy clara en el Arto. 2 de la Ley 160, la cual dice que no podrá ser inferior al ciento por ciento del salario mínimo industrial vigente el cual es de 4,062.79 córdobas y que a partir del 01 de septiembre será de 4,285.84 según resolución del Mitrab, una mayoría de estos pensionistas se encuentran afiliados a la Asociación de Jubilados y Pensionados de Nicaragua (Ajupin).
La UNAM pretende tener cincuenta mil afiliados para el cuarto trimestre del 2016 y su dirigente está apostando por una pensión para los que no alcanzaron ni siquiera las 250 cotizaciones. Al haberse establecido los parámetros mencionados, se omitió el procedimiento riguroso para el cálculo de una pensión y han quedado miles que fueron sometidos a dicho procedimiento y su pensión es menor a los que no alcanzaron las 750 cotizaciones.
Ajupin ha reaccionado tardíamente ante setenta mil afiliados, en lo referente al ajuste de la pensión mínima conforme a los aumentos del salario mínimo que el INSS, de manera injusta e ingrata, no ha pagado desde 2014 y que según sus cálculos, el reajuste a la fecha es de 1,559.83 córdobas y por la asignación familiar (beneficiaria) deben recibir en el próximo pago la suma de 4,672.21 córdobas y un reajuste de 1,793.30 córdobas.
Si en algo esta asociación debe emular a la otra, es en el sentido de la tenacidad y el valor para reclamar el dinero que se les está dejando de pagar injustamente.
Miguel Altamirano
Un pueblo abandonado
El 4 de julio leía un artículo periodístico de una entrevista al cardenal Leopoldo Brenes, exonerando al Consejo Supremo Electoral de Nicaragua y complaciente con las políticas de Estado. Al llegar al final de la lectura, me sentí abandonado y huérfano de guía y orientación no tan solo espiritual, por el hecho de ser católico, sino por el referente que por su cultura él representa también una guía cívica para muchos o pocos. Está claro que el cardenal Brenes nunca será un Monseñor Romero de El Salvador, sino más bien un discípulo del cardenal Obando y Bravo de rimbombante nombre para un triste final.
¿Qué tan equívocas fueron las enseñanzas que recibí en el colegio Loyola, del padre Iriarte, o del colegio Calasanz del padre Bruno o Sor Emilia del María Auxiliadora? O quizás, para satisfacción de algunos letrados modernos que se dicen doctores, ¿cuál es la parte del bien de este régimen sandinista que yo no entiendo por mis enseñanzas?
Me tengo una confusión tremenda; en una buena praxis siempre será bien visto cobijarse a la buena sombra de un buen árbol, regalo de la naturaleza para saciar nuestro cansancio y hacer crecer nuestra humildad que en la práctica dícese del beneficio de una buena relación social por la buena educación y sanas costumbres.
La madre naturaleza bella, cruel y caprichosa, planta, como su génesis lo indica; se impone ante lo minúsculo que somos. ¿Puede el hombre suplantarla? Por sus respuestas pareciera que sí bajo el alero “a mal de muchos, consuelo de tontos”; no importa que tantos Mercedes Benz, total, del ejemplo moral no vamos a vivir y bienvenido y agradecidos que nos devuelvan en beneficios estructurales y educativos parte aunque no todos los impuestos. Y sigamos pagando los honorarios a quienes se han hechos dueños de nuestro destino, y por el cardenal Brenes, ellos sí nos saben administrar y enseñar cómo debe vivir un pueblo, con la restricción por deudas por pagar al FMI, BM, PDVSA y la sumisión eterna.
Los pueblos crecen al superarse; superación que nace de la humildad de reconocerse que siempre habrá estamento superior a lograr. Cardenal Brenes: ¿ya logramos ese estamento o ya nos rendimos ante la sumisión? El hombre no es solo pan, también vive de ideas; la falta de lo primero nos lleva a la miseria, la falta de lo segundo a la privación de la libertad.
No pierda su norte, Cardenal Brenes, usted es guía y el pueblo necesita de ellos. La humildad dirá cuantos deban ser y por cuánto tiempo.
Manuel Saavedra Marcos
Chinos en Nicaragua
Felicito al señor Fabio Lau Sandino por su magistral obra Chinos en Nicaragua: 1884-2014, texto que recoge la historia de la inmigración china, a varios países de América.
Los primeros chinos llegaron a Nicaragua en 1884, al Atlántico a la ciudad de Bluefields, y al Pacífico en 1894, León, Chinandega y Managua, según narra en su libro Lau Sandino.
Esta obra es verdaderamente meritoria porque nos relata la historia de los paisanos chinos en nuestro país: sus vicisitudes, logros y asentamiento en esta tierra de lagos y volcanes.
Lau Sandino asevera que, la Comunidad China en Centroamérica es la más representativa de los inmigrantes, que están organizados en asociaciones y de esta han surgido la Federación de Asociación China de Centroamérica y Panamá.
Debo destacar que Fabio Lau es el único miembro de la Colonia China que se ha preocupado por investigar la historia de la llegada de nuestros antepasados chinos a Nicaragua.
Chinos en Nicaragua es una obra que todos los descendientes chinos debemos leer para conocer más acerca de nuestras raíces asiáticas.
Julio León Báez
Ver en la versión impresa las páginas: 11 A
