Venezuela estaba mejor antes del chavismo
A finales de los años cincuenta, seguidos de los sesenta y setenta del siglo pasado, Venezuela era próspera, la infraestructura que se construyó fue impresionante, había trabajo, se ganaba bien, no habían impuestos, el verdadero emprendedor lograba sus metas, la democracia funcionaba, la moneda era muy fuerte, la economía era pujante, la industria pesada crecía y entre la modernidad de su capital y la cantidad de europeos y extranjeros que emigraron a mitad de siglo, uno sentía a Caracas, una ciudad cosmopolita, alegre, en la que se vivía en libertad.
Lo mismo sucedía en muchas otras ciudades del país como Mérida, Maracaibo o Valencia, en síntesis, Venezuela era un lugar de oportunidades.
Hoy día las cosas son lo opuesto, Venezuela ha sido secuestrada por unos malandros que se autodefinen chavistas, el gobierno es autoritario, la libertad de los ciudadanos está cuestionada y amenazada, el crimen alcanzó números espeluznantes, la devaluación de la moneda ha llegado a cifras impensables, la inflación es la más grande del mundo, la gente es más pobre, aquellos que trabajaron durante muchos años han sido despojados de sus tierras, de sus industrias y empresas, el desabastecimiento ha llegado al límite de lo imposible, no hay papel higiénico, no hay medicinas, no hay carne, no hay pollo, en algunos momentos hasta la gasolina y el petróleo para mezclar se ha tenido que importar, las colas son interminables, las horas que gastan los venezolanos buscando los productos de primera necesidad son un desperdicio e irritan la población.
Estos gobiernos chavistas prometen y dicen que van a solucionar los problemas dos veces al año, pero no hacen nada al respecto. Prometieron por ejemplo reducir la inseguridad, pero esta sigue igual, prometieron producir más petróleo pero no se ven los proyectos por ningún lado. Gustavo Coronel, en uno de sus últimos artículos nos dice entre otras cosas que “La meta de los cuatro millones de barriles diarios para 2019 que publica PDVSA es ciencia ficción”. Explica además que “el ingeniero Nelson Hernández documentó, más allá de toda duda, que tal propósito es prácticamente imposible de cumplir. ¿Razones? No hay dinero, no hay gerencia, no hay logística, no hay planificación, no hay gas para la hidrogenación del petróleo pesado. No hay, no hay…”
En Venezuela no solo hay un gobierno incapaz y deshonesto, también es autoritario, no hay plenas libertades, no hay una democracia, no hay una asamblea que represente al pueblo, puesto que está al servicio solo del presidente, no hay un sistema judicial justo, no hay un sistema electoral confiable, no hay un ejército que defienda al pueblo, no hay seguridad, no hay alimentos, no hay espíritu para corregir las cosas, no hay esperanza de reducir la violencia, no hay interés por cambiar el modelo económico, no hay disposición de parte de la ciudadanía de paralizar el país, no hay vientos de cambio, no hay ganas de hacer nada y así, no hay ninguna posibilidad de mejorar y menos de prosperar.
Sin duda alguna la Venezuela de antes del chavismo era mil veces mejor. Los venezolanos lo saben y la añoran. El cambio vendrá, ¿cuándo? No lo sabemos, pero al igual que sucede en los partos, será a través del dolor.
Carlos Vilchez Navamuel
Luchar por elecciones limpias
Nuestro pueblo ya está cansado de que se violenten sus derechos, ahora son protestas para defender nuestros ideales políticos y justicia, mañana podrá ser una revolución cívica que cambie la vida de cada uno de los nicaragüenses.
Es una pena que Daniel Ortega tenga que esperar hasta que el pueblo se canse, que llegue al límite de lo permitido y nos unamos a levantar voces para exigir el respeto de nuestros derechos y cumplimiento de la justicia. A como dice una canción de Calle 13, cuando la tiranía es ley la revolución es orden. Ha llegado el momento de poner orden en nuestro país, y de hacer cumplir las leyes, nadie es más ni menos que otro, todos somos humanos con opiniones diferentes pero con los mismos derechos.
Nicaragua ya ha visto mucha impunidad en los hechos y demasiado descaro del Gobierno, por lo cual, es imposible no pensar que la Policía no está haciendo justicia y Ortega está siendo un tirano.
Tenemos que luchar por el cumplimiento de nuestras leyes, para poder gozar de justicia y de elecciones más justas y limpias, que no solo se beneficie una parte de nuestro pueblo sino todos los nicaragüenses.
Tenemos mucho por decir y poco para callar, basta de impunidad y basta de jugar con mi gente.
Mariana Jiménez
Nuevo estadio nacional
Ante la inminente construcción de un moderno estadio de beisbol en Nicaragua hay una interrogante que está en el aire: ¿Qué nombre le pondrán?
El partido de gobierno tiene miles de personas a quienes consideran héroes y cuyos nombres quisieran darle, pero personalmente creo que si es un edificio para practicar beisbol, debería llevar el nombre de un beisbolista que haya dado lo mejor de sí por nuestro país.
Hemos tenido grandes figuras en beisbol y les pido disculpas por no creer que se merecen dar su nombre al estadio, pero es que la persona que propongo es insuperable tanto en lo deportivo como en lo humano. Defensor de los derechos de los latinos en grandes ligas, varios juegos de estrellas, muchos guantes de oro, jugador más valioso en una serie mundial, miembro del salón de la fama del beisbol, un ser humano prácticamente incomparable y que además dio su vida por ayudar a nuestros necesitados.
Sí señores, yo pienso que el estadio debería llamarse Roberto Clemente, que le cambien el nombre al estadio de Masaya y le rindamos un homenaje perpetuo de la mejor manera posible a quien dejó a su esposa e hijos con una pérdida irreparable y un vacío permanente que recordar en la cenas de año nuevo cuando quiso cenar con las víctimas del terremoto de 1972 y terminó compartiendo la mesa de los elegidos del Señor.
Viva siempre Roberto Clemente, verdadero héroe y beisbolista incomparable.
Walter F. Pineda Úbeda, Jinotega
Queja a Correos de Nicaragua
El martes 28 de julio del año en curso, deposité en Masaya una carta dirigida a Managua. El 30 y 31 de ese mes, pregunté si había llegado la carta y me dijeron que no. Llamé entonces a la persona que trabaja en las oficinas del Correo en Masaya y me contestó que eso era en Managua, que ya ellos nada tenían que ver.
Esta es la enésima vez que tengo que quejarme de Correos, ya que existe una gran irresponsabilidad en todas sus oficinas, de la capital y municipios.
Cuando la presidenta de Correos de Masaya fue doña Ana Lazo, esta trabajaba muy bien. Yo ponía en la tarde una carta dirigida a Juigalpa y a a eso de las 10:00 de la mañana del siguiente día, me avisaban por teléfono que mi carta había sido recibida.
Otro problema que tenemos los usuarios es que casi todas las oficinas públicas ya no tienen teléfono convencional: la Alcaldía no tiene, servicios municipales y la Biblioteca Municipal, tampoco; las oficinas de Correos tanto en Managua, Masaya, Granada y supongo que los demás municipios, tampoco; lo que nos dificulta a los clientes comunicarnos con esas dependencias.
Espero que el servicio de Correos mejore y que los que trabajan en esas dependencias recuerden que la correspondencia es sagrada y la violación de esta, en países democráticos, es penada con la cárcel.
María Argentina Vega Bolaños
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