La decisión del papa Francisco de autorizar a los sacerdotes católicos la absolución del “pecado del aborto a quienes lo han practicado y que estén arrepentidos de corazón”, generó aplausos y elogios en Nicaragua, un país conservador que aún pena con cárcel la interrupción inducida del embarazo.
El pontífice anunció ayer que concedió a los sacerdotes la facultad de absolver el pecado, durante el Jubileo de la Misericordia, que iniciará el próximo 8 de diciembre y que se celebrará hasta el 20 de noviembre de 2016.
Antes esta facultad de perdón era un privilegio de los obispos y el mismo pontífice.
El Jubileo es un “Año Santo” decretado por el papa para destacar la importancia de la misericordia en el mundo y en la Iglesia católica.
MONSEÑOR FONSECA APLAUDE DECISIÓN DEL PAPA
En Nicaragua, monseñor Silvio Fonseca, vicario de Familia de la Arquidiócesis de Managua, aplaudió la decisión del papa y la calificó como “buenas nuevas para el pueblo de Dios”.
“Era necesario desde hacía tiempo que los sacerdotes tuviesen esa facultad de perdonar los pecados, que estaban reservados a los obispos porque eso se volvía un calvario más para estas pobres personas que, arrepentidas por sus pecados, tenían muchas dificultades a veces para llegar a la autoridad competente y ser absueltas de sus pecados; de manera que eso es una buena nueva para el pueblo de Dios, porque así los sacerdotes van a ser ejemplo de misericordia y al pueblo de Dios su salvación, al ser perdonado el pecado del aborto”, expresó.
En Nicaragua la postura de la Iglesia católica, a través de la Conferencia Episcopal, ha sido de respaldo a la política estatal de rechazo al aborto en todas sus formas.
Así quedó demostrado en el documento En busca de nuevos horizontes para una Nicaragua mejor , que los obispos entregaron al Gobierno el 21 de mayo de 2014: “Reconocemos los esfuerzos hechos por el Gobierno por manifestar en los foros internacionales el respeto a la vida del no nacido”.
ORGANIZACIÓN DE MUJERES CELEBRA
La noticia también se la tomó con júbilo Martha María Blandón, líder del Grupo Estratégico por la Despenalización del Aborto Terapéutico. “El papa ha demostrado con esta decisión que piensa más en las personas, en las mujeres en este caso, que en los dogmas inflexibles que han acompañado a la Iglesia católica en su historia”, expresó Blandón.
“Cientos de miles de mujeres de Nicaragua son católicas y miles de ellas se han visto obligadas en algún momento, en determinadas circunstancias a interrumpir sus embarazos y han cargado por ello quizás no solo con el dolor de perder a un hijo, una hija, sino también con el peso moral y el conflicto espiritual de sentirse pecadoras ante una religión que ellas profesan”, analizó Blandón.
La organización que ella lidera lleva casi diez años abogando por que el aborto con fines médicos no sea considerado un delito penal. Centenares de recursos de rechazo a esa norma ante la Corte Suprema de Justicia no han sido respondidos.
“Es una decisión acertada (del papa), que debe llevar a reflexionar no solo a los líderes religiosos de la Iglesia, sino a los líderes políticos que aún sancionan y condenan con cárcel a las mujeres que sufren un aborto por razones médicas”, criticó Blandón.
TEÓLOGA ELOGIA AL PAPA
Para la teóloga María López Vigil, el papa ha dado ya muchas señales de dar más importancia a las personas que a las tradiciones y a los dogmas: “El papa dice en su carta que piensa ‘en todas las mujeres que han recurrido al aborto’. En ese caso actúa como Jesús, que sanaba a la gente y no la condenaba o la apartaba”, analizó López Vigil.
Ella piensa que la decisión del papa podría enfrentar resistencia entre el clero nacional. “Creo que el clero nacional, los sacerdotes, que es a quienes el papa llama a que perdonen a las mujeres que se les acerquen, preparándose para esta tarea con palabras de genuina acogida, van a hacer resistencia. Todo dependerá del sacerdote. Y pienso que algunas mujeres no perderán el temor de acercarse a determinados sacerdotes, por su severidad, tan lejana al evangelio de Jesús”.
SIGUE SIENDO PECADO
La decisión del papa Francisco de autorizar a los sacerdotes para absolver del pecado a quienes hayan cometido tal falta, según el dogma de la Iglesia católica, no abolió, no modificó el Código Canónico que establece que tal práctica sigue siendo pecado y motivo de excomunión inmediata de esa religión. Sigue vigente en el título VI, el Canon 1398, que establece que “quien procura el aborto, si este se produce, incurre en excomunión latae sententiae”.
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