EL PAPA DEFIENDE LO INDEFENDIBLE
Muchos pensamos que este papa es algo extraño, pues cae demasiado bien a los enemigos típicos de la Iglesia: los liberales, los abortistas, los gays, los masones, los ateos… Bastantes son ya las afirmaciones papales que chocan con el magisterio bimilenario católico. En la web DenzingerBergoglio.com creada por varios sacerdotes alertados por la falta de ortodoxia papal, que salpica de vez en cuando sus discursos, se pueden encontrar más de cien de ellas contrastadas convenientemente con las directrices de muchos papas, santos, doctores de la Iglesia, Sagradas Escrituras y
Magisterio. Solo me referiré a tres de ellas.
La 1ª es su afirmación: “Pensar en el cielo. Todos nosotros nos encontraremos allí. Todos, todos, allí, todos”. Pregunto entonces para qué Jesús se molestó en fundar su Iglesia y creó el sacramento del Perdón si todos nos salvamos igualmente, o por qué Jesús adelanta las palabras condenatorias en el Juicio Final: “Id, malditos al fuego eterno”, o habla repetidas veces del infierno como destino real para los réprobos.
La 2º es aquella por la que ha prohibido a las escuelas que hicieran proselitismo, (en sus palabras incluyó un “nunca” contundente), cuando Jesús dijo explícitamente: Id, pues, y haced discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado”.
La 3ª es la negación de que Jesús hiciera el milagro de la multiplicación de los panes. “Respecto a los panes y los peces quisiera agregar un matiz: no se multiplicaron, no, no es verdad”. Cuando los milagros de Cristo prueban su divinidad.
Además con su Motu Propio sobre las nulidades matrimoniales, Francisco ha dado un golpe de muerte a la indisolubilidad matrimonial, es decir a las palabras del mismo Jesucristo: “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre”.
Isabel Planas.
RECORDANDO A “TOÑO” LACAYO
Antonio “Toño” Lacayo fue un joven excepcional que tuve el privilegio de conocer durante el bachillerato del Colegio Centro América de Granada al comienzo de los sesenta.
Me impresionó entre el estudiantado por ser especial, él no buscaba protagonismo pero si tenía dotes de compañerismo, respeto y cortesía que eran muy apreciados, además, poseía atributos indiscutibles de liderazgo y carisma que eran notorios en su actuar; su predisposición para ayudar a los pobres de Nicaragua y su preocupación por un país con justicia social, democracia, y crecimiento económico estuvo siempre en su agenda. Esta visión, de tomar conciencia y preocupación por una Nicaragua mejor, comenzó muy temprano durante el bachillerato y lo acompañó a través de toda su vida personal, profesional, empresarial y política hasta su último día.
Recuerdo cuando jugábamos football, no era el mejor, pero hacía un esfuerzo espectacular por destacar; su dedicación, sacrificio y ahínco eran sobresalientes… no cedía un ápice, dada su mejor batalla, era un gran luchador y guerrero, característica importante y esencial que la llevaría consigo a través de toda su existencia, y que convertiría como elemento básico para ser exitoso en muchas de las actividades en las que estuvo involucrado y para aguantar con estoicismo y tenacidad los embates con los que tuvo que lidiar durante su vida.
Como muestra de ser un buen cristiano orgullosamente portaba en ocasiones especiales su cordón de Congregante Mariano como evidencia de ser un creyente consecuente con su apostolado, en gracia de Dios, haciendo el bien a su prójimo y actuando dentro de los valores y principios que aprendíamos de nuestros profesores.
Toño no podía pasar desapercibido aun en actividades mundanas, tocó el redoble en la banda de guerra con una ejecución impecable, y el año siguiente tocó la lira en el desfile patrio con maestría inigualable. Siempre marchaba con una seriedad absoluta compenetrándose en su tarea para lograr la excelencia que él invariablemente perseguía. Ni las miradas sugerentes de las bellas señoritas granadinas de la época lo hacían perder su concentración.
Además de estar sumamente preocupado por las cosas terrenales que nos asfixiaban: pobreza rampante, dictadura inclemente, corrupción, injusticia generalizada, desigual distribución de riquezas y un “triste” acomodamiento de gran parte de la sociedad a este estado deplorable de cosas, Toño estaba también muy interesado en las cosas de Dios, tanto así que tomo la trascendental decisión de irse al noviciado de los jesuitas en El Salvador una vez que se bachillerara en 1965, disposición fácilmente predecible conociendo su trayectoria.
Sus vivencias de buen cristiano, ciudadano comprometido, y liderazgo enmarcado en un código estricto de valores y principios desde los tiempos del colegio, resultaron en la combinación perfecta para luego desarrollarse y conjugarse en la persona extraordinaria que todos conocimos: buen hombre de familia, excelente cristiano, honrado e íntegro, amigo verdadero, profesional capaz y consiente, gran negociador, amante de la democracia, generoso, y sobre todas las cosas, con una preocupación innegable e incesante por lograr la Nicaragua ideal para todos sin excepción.
Con un puñado de hombres como Toño estaríamos considerablemente mejor, que lástima que nos dejastes, pero tu contribución es imperecedera y digna de emularse; te lo agradecemos y siempre estarás en nuestros pensamientos. ¡Que Dios te tenga a su lado, te lo mereces!
Ricardo Serrano Quant. Exalumno CCA Promoción de 1966.
“VIVIR CON MIEDO ES VIVIR SIN LIBERTAD”
Inicié mis estudios universitarios en la UCA, Veritas Liberabit Vos, “La Verdad os hará libres”. Viniendo de un colegio jesuita me pareció lo más lógico. En un momento de mi vida decidí que mi futuro era otro y por razones académicas me cambie a la UAM, pero sin antes llevarme de la UCA y de los jesuitas mi mayor aprendizaje, “La verdad me hará libre”.
Sentí orgullo de estudiar en la UAM y de la comunidad universitaria en general. Tuve oportunidades estupendas, representé a la Universidad, gané reconocimientos, fui miembro fundador de diferentes movimientos y organizaciones, promotor de un consejo estudiantil. El 1 de diciembre, todo el orgullo que sentía por mi universidad se esfumó. Las ganancias serán de los socios, pero la universidad es de todos.
La arbitrariedad en la educación, el autoritarismo, el miedo, la falta de procesos, la falta de transparencia y el silencio, son conceptos que nunca se promovieron en clase, mis profesores, los decanos y hasta el doctor Ernesto Medina siempre promovieron en los estudiantes todo lo contrario.
Nicaragua es un país que requiere de ciudadanos libres, con carácter y ética, académicos que promuevan el razonamiento lógico, el pensamiento crítico, el desarrollo de habilidades, la integración de procesos, de personas que razonen, que se informen, que no tengan miedo de hablar, que no tengan miedo de expresar lo que está mal. Pero hasta ahora, el doctor Medina como rector lo que ha hecho es tratar de “justificar” el mal proceder de los dueños, de manera que, aunque le sigo teniendo un gran aprecio personal, esperaba otra actitud del rector magnífico que conocí el primer día de clases.
Los egresados tenemos igual o mayor derecho y responsabilidad con la universidad, porque a diferencia de los estudiantes activos yo “no me puedo ir si no me gusta”, nadie me va cambiar mi título por el de otra universidad.
Me siento orgulloso de la actitud del exdecano Alejandro Aguilar (mi padre), de la máster Fuentes, del máster Porta y del máster Carrión, por enfrentar este atropello con valor, profesionalismo y la frente en alto. Los trabajos van y vienen pero la dignidad se mantiene.
Le debo mucho a la UAM, pero me debo más a mí y a mi libertad.
¡Vivir con miedo es vivir sin libertad!
Carlos Alejandro Aguilar.
