El Gobierno de Estados Unidos ha seguido la pista a mil millones de dólares, vinculados a cinco altos directivos de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) que supuestamente recibieron sobornos de dos empresarios venezolanos, según documentos judiciales a los que accedió ayer la agencia Efe.
Esta es la primera vez que EE. UU. formula en documentos públicos acusaciones de este calibre desde que medios locales develaran en mayo la investigación que supuestamente las autoridades estadounidenses han emprendido contra altos mandos de Venezuela, incluido el presidente del parlamento, el oficialista Diosdado Cabello.
En un escrito judicial de una Corte de Texas, el gobierno estadounidense sostiene que, entre 2009 y 2014, los venezolanos Roberto Rincón y Abraham José Shiera, detenidos este mes en EE. UU., pagaron mil millones de dólares a altos mandos de PDVSA a cambio de contratos.
Comidas, viajes y whisky
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El escrito menciona a cinco ejecutivos de PDVSA a los que no identifica por su nombre y que supuestamente recibieron sobornos en forma de dinero y regalos, entre los que se incluían comidas, viajes, whisky y hasta una noche en un lujoso hotel de Miami Beach (Florida).
De los mil millones de dólares ligados a esta trama corrupta, 750 millones están vinculados solo a Rincón, que decidió desembolsar 2.5 millones en sobornos a un solo alto cargo, según figura en la orden que cursó la juez tejana Nancy K. Johnson para mantener en prisión provisional a Rincón.
La investigación de EE. UU. cubrió 730 cuentas bancarias, muchas de ellas en Suiza y al menos una en Panamá, según los documentos.
RELACIONES DE AMISTAD
De esas cuentas bancarias la justicia estadounidense vincula 108 a Rincón, que tenía una relación de “amistad” con Hugo Carvajal, exdirector de la Inteligencia militar venezolana, a quien EE. UU. reclama por delitos de narcotráfico relacionados con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y que fue detenido en 2014 en la isla de Aruba, territorio holandés.
Entonces, las autoridades holandesas pusieron en libertad a Carvajal, hombre de confianza del fallecido presidente Hugo Chávez y que pudo volver rápidamente a Venezuela, donde recibió el apoyo del gobierno de Nicolás Maduro, que calificó el incidente de “secuestro”.
Las acusaciones develadas confirman que PDVSA es uno de los objetivos de los fiscales estadounidenses, que tratan de averiguar si el Gobierno de Venezuela ha usado la petrolera estatal para lavar dinero procedente del narcotráfico, según informó en octubre The Wall Street Journal.