CONFESION DE PARTE
Ayer doña Rosario Murillo hizo esta confesión de delito en un memorando interno enviado a ministros y a sus colaboradores: “A partir de la medianoche de hoy, todas las Instituciones del Estado nicaragüense, debemos cumplir con la Ley Electoral de nuestro país, limpiando de propaganda de campaña todos nuestros espacios”. O sea, por un lado doña Rosario quiere cumplir el artículo 97 de la Ley Electoral que establece 72 horas de silencio electoral en la víspera de las votaciones, pero por el otro reconoce que han violado el artículo 107 de la misma ley que prohíbe “el uso de bienes propiedad del Estado para fines de propaganda política”. Bueno, a confesión de parte, relevo de pruebas, dicen los abogados.
DICTADORES
Alguien me decía que por qué nos extrañamos que Daniel Ortega y Rosario Murillo actúen así, si cada uno de nosotros haríamos algo parecido si tuviéramos el poder de hacerlo como lo tienen ellos. La vieja tesis del dictador que todos llevamos dentro. Si, tal vez así sea, unos más que otros. Pero es que un gobierno no debe depender de la buena o mala voluntad de sus gobernantes, sino de las reglas que lo regulan. Los malo de este gobierno no es que sea de origen sandinista, ni que sea Ortega o Murillo quien lo dirija, sino que no hay ley, autoridad o contrapoder que lo regule. ¿A alguien se le ocurre que en estos momentos se podría enjuiciar a Daniel Ortega por cualquier delito que haya cometido? Eso es lo que debería hacernos poner la barba en remojo a todos.
JUICIOS
Que un gobernante no responda durante su gobierno no quiere decir que no va a responder nunca. En estos tiempos es difícil quedarse impune por tanto tiempo. Desde Argentina hasta Guatemala hay ahora mismo una decena de expresidentes que están presos o siendo enjuiciados por delitos que cometieron en su gobierno, cuando igualmente creían que estaban sobre la ley y nadie podía tocarlos nunca. Por eso es que a los dictadores les cuesta dejar tanto el poder.
ENCUESTAS
Nicaragua es el país donde las encuestas no fallan. El siete de noviembre estaremos confirmando en los números oficiales, puntos más, puntos menos, los que dijeron las encuestas. No, aquí no puede ocurrir como en Gran Bretaña donde inesperadamente ganó el Brexit, o como en Colombia donde el No dio la gran sorpresa en el plebiscito sobre los acuerdos de paz. Ni siquiera puede suceder como en la Nicaragua de 1990 cuando doña Violeta se alzó con un triunfo que pocos podíamos imaginar. Aquí, en la Nicaragua de ahora, no hay posibilidades de sorpresas porque los resultados oficiales se adaptaran graciosamente a los generosos resultados de las encuestas.
REEMBOLSOS
Sería mucho descaro que los partidos políticos que participaron en estos juegos electorales salieran ahora pidiendo reembolsos como si desarrollaron una campaña “de primera” cuando todos hemos visto que ni a “quinta” llegaron. Y la factura más flaca de todas debería ser la del Frente Sandinista, quien no solo hacía más campaña cuando no había campaña electoral, sino que la poca que ha hecho la hizo con los recursos del Estado, de tal forma que si saliera cobrando reembolsos estaría cobrándonos dos veces la propaganda que ni siquiera hizo.
PROMESAS DE CAMPAÑA
Esta ha sido la campaña más pobre de las siete en la que Daniel Ortega ha sido el candidato del Frente sandinista. ¡Siete! Siete campañas siendo el candidato del Frente Sandinista. Dios mío. Esta vez ni se le vio la cara en la calle, y si se fijan bien ahora se cuidó de solo repartir lo que no le costaba dinero dar: promesas, títulos y más promesas, para el 2017 en adelante ¿oyeron?
EL CANAL
A propósito de promesas para nunca sin falta, el gran ausente de esta campaña electoral fue el Gran Canal Interoceánico de Nicaragua, la mayor obra de ingeniería de todos los tiempos, la megaobra emblemática por la que el gobierno de Daniel Ortega será recordado cinco mil años más tarde como se recuerdan a los faraones que construyeron la pirámides, la obra que generaría un millón de empleo en los primeros años y que multiplicaría por diez los ingresos de la economía nacional. ¿Qué se hizo? ¿Dónde está? Ni el partido de gobierno lo mencionó nunca en su campaña para presumir de ella como le correspondía, ni los partidos dizque opositores la denunciaron como el hazmerreír mundial que parece ser en esta campaña de mentira para unas elecciones de mentira. Ni una palabra.