TIRO POR LA CULATA
Comandante, ¿que salió mal? Aquí estoy de nuevo escribiéndole. No le escribo para felicitarlo porque ni es mi estilo ni creo que su situación merezca felicitaciones. Yo soy de los que creen que el tiro le salió otra vez por la culata en esta mala racha que parece estar viviendo. Desde hace rato no pega una, comandante. Si quería aparecer como el gran campeón, dándole una paliza a esos “adversarios” de paja que se consiguió, le resultó lo contrario: el gran apaleado fue usted porque al menos el 60 por ciento de los votantes que no llegó a las urnas le demostró que no cree en esas farsas electorales. Prácticamente nadie celebró su “abrumadora” victoria y si pone atención oirá entre sus mismos simpatizantes incluso los cuchicheos de alarma, de que la cosa no está bien ya. ¿Qué salió mal comandante?
ESTAFADORES
Si algo quedo claro el domingo es que este Consejo Supremo Electoral ya no sirve para nada. Nadie toma en serio las cifras que Roberto Rivas lee, porque así como esta vez dijo 72 por ciento para usted, bien pudo haber dicho 100 por ciento o 170 por ciento y lo mismo daría. Vale más una cáscara de banano que la palabra de Roberto Rivas. Si el CSE perdió su calidad de árbitro hace varias elecciones, esta vez incluso demostró que ni para hacer fraudes sirve ya. Le pasa las del estafador que ha sido expuesto en público, cuya foto salió en el periódico, y tiene que buscar otra forma de ganarse la vida porque no puede seguir siendo estafador alguien a quien todo el mundo reconoce como estafador.
SEGUNDA FUERZA
¿Y ya vio que el PLC salió diciendo que ahora es la segunda fuerza política en Nicaragua? Es que dan risa. Eso está como cómo cuando en 1947 Somoza García le quitó lo votos a Enoc Aguado para hacer ganar a su títere, Leonardo Arguello. Este salió creyendo que de verdad había ganado y hasta quería destituir a Somoza de la jefatura de la Guardia. Somoza le recordó cómo había llegado ahí. Duró solo 26 días en la Presidencia. Para que no sigan haciendo el ridículo, tal vez también debería recordarles, comandante, que ellos solo son la segunda fuerza de los partidos que usted dejó participar en sus juegos electorales, y que así como eliminó el PLI de Montealegre en cualquier momento se le podría ocurrir que ya no juega el PLC, ni ALN, o el otro PLI. ¿Entonces va a decir el APRE con su uno por ciento que es la segunda fuerza política del país porque es el único que dejó para careadora? Que sean serios, por favor.
EMPATÍA
Para que entienda porque nadie le creyó a sus elecciones, le podré un ejemplo de empatía, o sea, ponerse en los zapatos del otro. Imagine comandante, que en el 2000, cuando el Frente Sandinista era la segunda fuerza, le hubiesen quitado los sellos en una triquiñuela legal de los liberales para entregárselos a otro grupo que los reclamara como propios y con los cuales “nunca aceptó negociar”. ¿Usted igualmente hubiese seguido considerando legítimas las elecciones y habría dicho que sí había por quién votar porque en la papeleta aparecían otros partidos, el MRS tal vez? No, estoy seguro que no, y no solo habría desconocido esas elecciones sino que habría quemado Nicaragua en protesta.
ROBO Y MIEDO
Tiene que entender, comandante, que no todos se comportan como usted y los suyos. Que no quemen Nicaragua no significa que aprueben los fraudes y sus fechorías. No puede seguir alegando que la gente está de acuerdo con usted solo porque no sale a las calles a protestar. Voy a ponerle otro ejemplo para que comprenda este punto: es como cuando un grupo de ladrones roba en un bus o una parada. Que nadie se meta probablemente dirá que tienen miedo pero no puede deducir de eso que la gente apruebe el robo. Pero recuerde a Somoza. Hay un momento en que la gente pierde el miedo.
SEÑALES
Comandante, espero esté leyendo las señales. Tiene que entender que ya no puede sostenerse en base a fraudes electorales. Aquí lo que vimos no fueron elecciones, sino una obscena repartición de cargos entre personas de los peores escrúpulos. A nivel internacional, se está quedando aislado, comandante. El lunes usted se levantó más débil de lo que se acostó el domingo. El tiro salió por la culata. Si está leyendo bien las señales debería darse cuenta que ya está en la curva de caída, que podemos estar asistiendo al principio del fin de su tiempo y que de lo que haga usted ahora depende cómo vaya a terminar la cosa. Para usted y para nosotros.