FANFARRIA
Un día como hoy, hace dos años se inauguró la construcción del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua. Fanfarria, pitos y cohetes. De él la propaganda oficial ha dicho que será la obra de ingeniería más grande de todos los tiempos en el mundo. ¡Qué pirámides de Egipto ni que ocho cuartos! ¡Qué presa de las Tres Gargantas, qué canal de Panamá! Este canal de Nicaragua será la obra de la que se hablará por los próximos mil años.
OLOR A ESTAFA
Desde el principio, si se revisa en mi columnas anteriores, he pensado que ese canal es una gran farsa. Tal vez la más grande de todos los tiempos. No soy ingeniero ni experto en nada, pero el sentido común me dice que un canal no se construye así. Una ley aprobada sin consulta, sin revisión y a toda carrera, un empresario chino que no se sabe de dónde salió y que en ningún momento ha mostrado el dinero, y por el ultimo, el show del 22 de diciembre de 2014, cuando juntaron camiones de varias alcaldías para simular que la maquinaria del gran canal ya comenzaba a llegar a Nicaragua. Desde el comienzo olió a estafa.
HIPÓTESIS
Si quienes inflaron el globo del canal sabían desde el comienzo que no se iba a construir, ¿por qué lo hicieron y por qué persisten en el engaño? La primera hipótesis es que pretendía ser un show político, como tantos otros, con miras electorales. No lo creo. El proyecto del canal hasta ahora le ha generado más perjuicios que beneficios políticos a Ortega, quien por demás no necesita convencer a ningún electorado de nada para ganar unas elecciones cuando se las puede robar completitas en el momento que quiera. Segunda hipótesis: buscaba mantener al pueblo embobado con la promesa de un loteríazo que nunca se iba a ganar. Tal vez. Pero desconfío de este propósito porque los tiempos que prometieron fueron muy cortos a sabiendas que pronto estarían con las nalgas al aire, descubiertos. Si el objetivo hubiese sido prometer el reino de los cielos para nunca sin falta, la lógica me dice que hubiesen puesto la zanahoria más largo.
PATENTE DE CORSO
A mi criterio nunca hubo un móvil político en el primer plano. Tras el proyecto del canal, en cambio, está uno de los negociados más grandes de la historia. Una patente de corso. Expropiar a quien quisieran. Privatizar a su favor todas las tierras y propiedades del Estado que les interesen. Construir puertos privados, hoteles y demás con todas las exoneraciones y apoyos que el Estado pueda darles. Eso es la ley 840. Una patente de corso. Que no haya comenzado la rapiña aún, eso es otra cosa.
CAMPESINOS ANTI CANAL
Si hasta ahora no hay tierra expropiada, ni conocemos de propiedades estatales transferidas ni se han comenzado a construir algunos de los subproyectos que se harán en nombre del canal aunque luego sirvan para otra cosa, es porque alguien ha detenido la rapiña. Ese alguien tiene nombre: campesinos anticanal. Nunca esperaron una resistencia tan decidida. Y si la calcularon, pensaron que podrían controlarla. No ha sido así. 82 marchas anticanal y una movilización permanente para defender sus tierras, han contenido, más no eliminado, la intención de apropiarse de Nicaragua. A estos campesinos de botas de hule y machete tenemos que agradecerles todos porque cuando le roben a Nicaragua nos estarán robando a todos, incluyendo a quienes hoy los denigran y atacan.
ESCALERA
Estos mismos campesinos podrían ser la escalera para que Ortega se baje de una forma decente del globo que infló. Podría decir que al final la construcción del canal se cancela, no por la farsa que era, sino por la resistencia que encontró. Y como él oye a su pueblo ¿saben? Sin embargo, resulta sospechoso que hasta ahora no se haya derogado la ley 840 que tantos dolores de cabeza causa. Mmm mala tos le siento al gato. Cada vez queda más claro que la ley 840 no era el medio para llegar al canal sino el canal el pretexto para llegar a la ley 840. El dilema es ¿cómo desmontarse del canal sin renunciar a los derechos conseguidos con esa ley?
CHISTE
La verdad yo dudo mucho que se esté hablando del canal en mil años. Si a dos años del “inicio” de las obras ya ni el mismo Ortega lo menciona y tampoco lo hace Telémaco Talavera, el vocero que andaba de medio en medio ofreciendo el cielo y la tierra, imagínense cómo estarán hablando en diez años, si la cosa sigue así: con vacas paseándose por las tierras donde pasarían los buques más grandes del mundo. Si algo se hablará de este canal en los libros de historia, no será de sus obras, sino de la burda obra de teatro que montaron para estafar a un país. Un chiste.
