14
días
han pasado desde el robo de nuestras instalaciones. No nos rendimos, seguimos comprometidos con informarte.
SUSCRIBITE PARA QUE PODAMOS SEGUIR INFORMANDO.
BBC News Mundo

Justo antes de la Navidad pasada, Karrie-Ann Hoppe fue diagnosticada con cáncer de mamas. En ese momento, ya estaba embarazada de su hijo menor pero no lo sabía. PHIL COOMES

“Primero supe que tenía cáncer, luego me dijeron que estaba embarazada”: el testimonio de una mujer que recibió quimioterapia con su hijo en el vientre

Los doctores le hablaron a Karrie-Ann Hoppe de su embarazo cuando ella estaba a punto de someterse a una anestesia general

Los doctores le hablaron a Karrie-Ann Hoppe de su embarazo cuando ella estaba a punto de someterse a una anestesia general. Le iban a sacar dos ganglios linfáticos para realizar una biopsia.

“Entonces me dijeron que mi examen de orina había dado positivo y respondí: ‘¿Positivo para qué?’, pensando que tenía otra enfermedad”, recuerda Hoppe.

“Y fue asíque me enteré que estaba embarazada“, cuenta.

El cáncer de mamas es poco frecuente entre mujeres en edad fértil. Por ejemplo, en Reino Unido, donde vive Hoppe, afecta solamente a una entre 3.000mujeres embarazadas.

“Mi cáncer de mamas era de tipo hormonal por lo tanto me había aconsejado que no quedara embarazada, pero resultó que ya lo estaba”, explica Hoppe.

Karrie-Ann tiene actualmente 36 años. Ella y su esposo Luke habían intentado tener otro bebé después del nacimiento de su hijo mayor Wyatt, de 3 años. Sin embargo, cuando fue diagnosticada con cáncer tuvieron que poner estos planes en pausa. KARRIE-ANN HOPPE

Cuando le dieron la noticia, ya Karrie-Ann estaba preparada para la cirugía y se tuvo que enfrentar a una difícil decisión: los doctores le preguntaron si ella quería saber cuáles eran los riesgos de que la operación causara la pérdida de su embarazo.

“Yo dije: ‘No’. Nosotros no sabíamos que el bebé existía. Si no sobrevivía, nos iba a doler, pero algo así no estaba en los planes”.

En los dos ganglios linfáticos que se extrajeron debajo del brazo de Karrie-Ann había presencia de células cancerígenas.

“La peor parte de toda la experiencia fue cuando me informaron que el cáncer se había extendido”, confiesa.

“Pensé que mi esposo podría dejarme porque yo no me sentía como una mujer completa”, comenta Karrie Ann. PHIL COOMES

“Hasta ese momento yo había lidiado con los hechos según iban ocurriendo. Pero mi madrastra había muerto de cáncer de mamas luego de que la enfermedad llegara a sus huesos. Eso era lo que más me asustaba”.

Por suerte, el feto había sobrevivido a la operación y a inicios de febrero un ultrasonido reveló que su embarazo era de casi 12 semanas.

En este punto, la pareja comenzó a preocuparse por la posibilidad de que tuvieran que interrumpir ese embarazo.

“Estábamos sorprendidos y emocionados. Mi esposo tuvo cuatro hijas en una relación anterior pero nosotros queríamos otro hijo juntos“, relata.

“Creo que si nos hubieran dicho que era necesario interrumpir este embarazo, de todos modos lo hubiéramos aceptado porque lo másIMPORTANTE era que yo estuviera viva para criar a Wyatt”.

En realidad, la interrupción del embarazo es poco recomendable en los casos de mujeres diagnosticadas con cáncer de mamas. La mayoría puede recibir tratamiento mientras continúan con su embarazo.

Karrie-Ann decidió no usar pelucas ni sombreros. Tampoco quiso realizar una reconstrucción de seno. PHIL COOMES

Finalmente, la familia logró mudarse a un lugar más grande.

“Vivíamos en un apartamento de un cuarto y estábamos realmente apretados”, relata Karrie-Ann.

“Estaba preocupada por cómo nos acomodaríamos con dos niños. Entonces el gobierno local nos ofreció una casa de dos cuartos en abril”.

No habían acabado de acomodarse en la nueva casa cuando Karrie-Ann comenzó a preocuparse por el bebé y corrió al hospital.

“Llamé a mi mamá con pánico y le dije: ‘Kaiden está muerto’. Para entonces sabíamos que íbamos a tener otro varón. No se había movido en toda la noche y yo había hecho todo lo que tenía que hacer. Me había acostado del lado izquierdo y había tratado de estimularlo empujando un poco con mis dedos sobre la piel. Nada funcionó”.

“Llegamos al hospital y empezó a moverse. Pero entonces yo empecé a tener contracciones”.

Karrie-Ann tenía 27 semanas de embarazo. Le faltaban unas 10 semanas para llegar a término.

Kaiden nació seis semanas antes de que el embarazo llegara a término. PHIL COOMES

Le pusieron inyecciones con esteroides para acelerar el desarrollo de los pulmones del bebé pero las contracciones se detuvieron durante la noche. Poco después ella dejó de recibir la quimioterapia para permitir que su cuerpo se recuperara en caso de que tuviera un parto natural.

Al final, tuvo una cesárea porque a los doctores les preocupaba que Kaiden no estuviera creciendo como debería ser.

“Ellos decidieron que el parto fuera el 1ro de julio, a las 33 semanas. No teníamos las toallas o ropas correctas para un bebé prematuro, con lo cual tuvimos que organizarlo todo a última hora”, agrega Karrie-Ann.

Kaiden nació pesando menos de dos kilos, la mitad del peso que tendría un bebé a término. Luego pasó 12 días en el hospital alimentándose a través de un tubo.

Karrie-Ann recomenzó la quimioterapia en agosto, después de recuperarse de la cesárea. Esta vez perdió las cejas, las pestañas y el pelo que le había crecido desde mayo. Con un nuevo bebé que cuidar, necesitaba mucho apoyo de su familia.

Kaiden nació el 1ro. de julio y pesó menos de dos kilos. PHIL COOMES

“Mi esposo es chofer de autobús y solo se puede tomar algunos días libres. Mi madre, mi padrastro y mi madrastra me ayudaron a cuidar a mi hijo mayor, hacer las compras y asegurarse que la casa estuviera limpia. No lo hubiera logrado sin ellos”.

Justo después de terminar con la quimioterapia, Karrie-Ann comenzó un ciclo de radioterapia de quince días.

“Mi cicatriz es mi historia”

“Después de mi último día de tratamiento salí de allí saltando de alegría. Mi mamá me dijo que lucía diferente. Eso era porque ya no tendría que seguir sufriendo el estrés del tratamiento”.

Aunque a Karrie-Ann le ofrecieron realizar una reconstrucción de seno, ella decidió no hacerlo.

“Mi bebé y yo tenemos una competencia para ver a quién le crece el pelo más rápido”, cuenta Karrie-Ann. PHIL COOMES

 

“No quería otra cirugía. Había tenido bastante. Decidí que mi cicatriz era mi historia y la prueba de que había sobrevivido. Mi hijo mayor le llama ‘la carita feliz de mami’. Salgo mostrando felizmente que tengo un seno e incluso me he puesto un traje de baño”.

Karrie-Ann tomará Tamoxifen por los próximos 10 años. Es un tipo de terapia con hormonas que reduce el riesgo de que vuelva el cáncer, aunque tiene varios efectos secundarios desagradables.

“Los sofocos son terribles, especialmente cuando trato de dormir. Me canso con mucha facilidad pero, aparte de esas cosas, estoy mejorando”.

Karrie-Ann insiste en que se debería hacer más para que las mujeres jóvenes chequeen sus pechos. Ella solo pensó en hacerlo cuando una amiga fue diagnosticada con la enfermedad.

Karrie-Ann ha decidido no tener más hijos. PHIL COOMES

Al hacerlo, notó una abolladura en su seno izquierdo, particularmente visible cuando ella levantaba el brazo.

“Al parecer había tenido el tumor ahí por un año antes de que lo encontraran”, cuenta.

“Quería compartir mi historia para que otras mujeres supieran que si una está embarazada y tiene cáncer de mamas, tanto una como el bebé pueden estar bien“, agrega.

“Es curioso cómo hasta que tuve mi mastectomía, nunca me había sentido cómoda con mi cuerpo. Sin embargo, ahora, cuando mi esposo me dice que soy bella, le creo. Me siento mejor en mi cuerpo después de haber tenido cáncer”.

“Quería compartir mi historia para que otras mujeres supieran que si una está embarazada y tiene cáncer de mamas, tanto una como el bebé pueden estar bien”. PHIL COOMES

Le puede interesar: Cáncer matará 5,5 millones de mujeres al año para 2030, según informe

BBC News Mundo
BBC Mundo Salud BBC Mundo cáncer quimioterapia

Puede interesarte

×

El contenido de LA PRENSA es el resultado de mucho esfuerzo. Te invitamos a compartirlo y así contribuís a mantener vivo el periodismo independiente en Nicaragua.

Comparte nuestro enlace:

Si aún no sos suscriptor, te invitamos a suscribirte aquí