Motos
A estas alturas deberíamos reconocer la proliferación de motos como una epidemia nacional. Es cierto que resuelven en parte el grave problema de movilización de los ciudadanos, es cierto que son un medio más barato que un carro y relativamente más cómodo que el transporte público, pero también es cierto que han derivado en un problema nacional al que hay que buscarle una solución integral y no solamente dejarlo crecer como si fuese una plaga que nos cayó del cielo sin que podamos hacer nada por detener la matanza que provoca.
Matanza
Solo en Managua circulan unas 120 mil motocicletas. Y según datos de la Policía son responsables del 40 por ciento de las muertes que se producen por accidentes de tránsito. Los accidentes, en general, vienen creciendo todos los años desde 1998 y este año que recién pasó provocaron la muerte de 800 personas. El asunto es grave.
Atentado
Mire como están las cosas. Según las estadísticas, en todo Centroamérica, una persona en moto tiene 15 veces más posibilidades de sufrir un accidente que una persona en carro de cuatro ruedas. Esas posibilidades crecen a 23 en Nicaragua y a ¡32 veces! en Managua. Andar en moto en Managua es un atentado.
Boom “chino”
La población de motos comenzó a dispararse en 2005 con el boom de las motos “chinas” que empezaron a venderse mucho más baratas que las motocicletas japonesas que hasta entonces eran las reinas de las carreteras. Si para los años 90 necesitaba de cuatro mil o cinco mil dólares para comprar una moto, para ese 2005 con 650 dólares podía hacerse de una. Ese año se importaron cinco mil motos. Era el comienzo de la invasión. Y ya para 2013 se importaron 46 mil motos. Si para 1970 en Managua circulaban 2500 motos, actualmente circulan, dijimos , unas 120 mil, y en toda Nicaragua unas 240 mil.
Derechos y obligaciones
Ni tenemos la infraestructura para tanta moto ni la mentalidad para circular con alguna disciplina en lo poco que tenemos. El problema central para mi es que el conductor de motos reclama derechos de vehículo motorizado (lo cual considero justo) pero siente que tiene obligaciones de bicicleta. Usted ve que las motos se suben a los andenes, adelantan por la derecha, forman carriles que no existen entre carro y carro, se dejan venir contra la vía o inesperadamente se colocan delante de su carro en el momento que va a arrancar. Hay unas que van como bólidos por las calles o, al revés, avanzan a paso fúnebre sin avanzar ni dejar que el resto lo haga.
Asaltos
Pero las motos no solo trajeron más accidentes y muertes, sino también son una herramienta para el delito. Como en muchos países de Latinoamérica, pronto en Nicaragua las motocicletas se convirtieron en aliadas de los delincuentes que asaltan en las calles con las dos ventajas que les proporciona: el anonimato que consiguen al ocultar su rostro con el casco y la facilidad de escape en un vehículo que se escabulle en el tráfico.
Soluciones
Tampoco quiero ser injusto con las motos y sus dueños. Resuelven el problema de movilización de miles de familia, generalmente pobres. Muchos carrotenientes se pasaron a las motos en tiempos de la gasolina cara y, lógicamente, hay muchos motorizados (nunca me gustó esta palabreja) que la usan responsablemente. Tampoco quiero exonerar de su responsabilidad en la matanza de los accidentes de tránsito a los vehículos de cuatro ruedas, a quienes no pocas veces los vemos envueltos en accidentes que nos paran los pelos. Lo que pasa es que si, según las estadísticas, las motocicletas son las principales protagonistas de los accidentes y muertes, pues por ahí deberíamos comenzar a buscar la solución la problema.
Alternativas
Ojo, no estoy proponiendo que se prohíban las motos ni mucho menos. El Estado y las alcaldías están obligados a dar respuestas integrales a esta epidemia, respuestan que vayan más allá de las multas. Sí, es necesario regular este sector que crece como hiedra, desordenadamente. Sí, es necesario educar a los motorizados y sancionarlos cuando no cumplan las reglas a las que están obligados. Pero también es necesario desarrollar proyectos que desestimulen la compra de motos. Proyectos como el “Bus way” que alguna vez se soñó durante la alcaldía de Nicho Marenco, o la ciclovía que hasta dinero recibió para construirse en Managua y al final no quedó en nada. O el ferrocarril que alguna vez se ha mencionado en este gobierno. Es que si los ciudadanos encontramos otras formas de movilizarnos posiblemente dependeríamos menos de carros y motos que tanta sangre están provocando. Y en vez de estar remando en seco con canales interoceánicos, satélites artificiales y otros proyectos faraónicos que no tienen pies ni cabeza, deberíamos concentrarnos en esos que además de posibles son necesarios y evitarían ese penoso recuento de muertos que se hace cada año.