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En Letra Pequeña

La Nica Act nos dañará a todos. Pero el asunto no se arregla solo acusando de intervencionistas a unos y de vendepatrias a otros. Eso solo libera de responsabilidad a quien realmente tiene la posibilidad de detener esta ley ahora mismo si quisiera

Nica Act

Para los que decían que la Nica Act estaba muerta, ahí está pues. De nuevo la espada de Damocles pende sobre Nicaragua. No es algo que me alegre ni que celebre. Si en algo estoy de acuerdo con los voceros oficiosos del gobierno es en que estas sanciones, si se llegan a aprobar, nos terminarán afectando a todos los nicaragüenses. En lo que difiero radicalmente con estos voceros es en el origen de este mal: mientras ellos culpan de esta ley a los nicaragüenses opositores que han llegado a quejarse a Estados Unidos del mal gobierno que hay en Nicaragua, yo veo como principal responsable a quien creó las causas para estas represalias: el gobierno de Daniel Ortega.

Abusador

Cuando oigo a muchos culpar de la Nica Act a los nicaragüenses que se han quejado de las tropelías del gobierno, solo puedo comparar la situación con las historias de esas mujeres que un día se quejan del maltrato que les da su marido abusador, donde nunca falta el dedo acusador que las señala como culpables de destruir el hogar: “qué ingrata, es cierto que el hombre hace sus groserías, pero los trapos sucios se lavan a dentro. Y ya que no piensa en ella, al menos debería ver el mal que les va a  causar a sus hijos si echan preso al hombre, se van a morir de hambre”. Pero no se les ocurre pensar que la raíz del problema no es la mujer que se queja del maltrato, sino el maltrato mismo.

Sanciones

Veámoslo ahora desde otro ángulo. Imagine que usted fuese el dueño de la pulpería donde vive esta pareja en conflicto y de repente decide que ya no le va a fiar más a esa casa donde hay un hombre abusivo y una mujer e hijos que se dejan abusar. El hombre probablemente se pondrá furioso y le dirá a su mujer que eso pasa por andar de chismosa contado todo en el barrio y a usted le dirá que qué demonios tienen que andar metiéndose en lo que no le importa. A  usted solo le quedará contestarle: yo le fío a quien quiero, mis reglas son: si usted quiere que le fíe deje de abusar de su familia y si no, vaya a buscar quien le fíe a otro lado. ¿O no?

Culpable

Explico esto para que no perdamos el foco: hay una amenaza real contra Nicaragua. La Nica Act nos dañará a todos. Pero el asunto no se arregla solo acusando de intervencionistas a Estados Unidos ni de vendepatria a quienes se quejan de la tropelías de Ortega. Eso solo desvía el foco del culpable. El culpable está ahí, en El Carmen, lleva ya tres periodos gobernando y en el último puso a su mujer como vicepresidente del país, demolió el ejercicio electoral como método para que los ciudadanos escojan sus autoridades, se ha erigido como fuente de derecho, se coloca por encima de cualquier ley, ha amasado una inmensa fortuna a costas de la administración de Estado y ha violentado a su gusto los más esenciales derechos de los ciudadanos.

Cabildeadores

He contado algunas veces este mal chiste de unos payasos de carpa rota que un día llegaron a mi pueblo. –Paquito, ¿qué buscas?– le pregunta el presentador al payaso. –Busco cien pesos que se me perdieron– le contesta. Después de un rato de búsqueda infructuosa ambos están agotados y el presentador le pregunta: — ¿Y dónde se cayeron? –Por allá– contesta Paquito señalando un lugar lejano de la pista. –¡Paquito! ¿Por qué demonios si se te cayeron allá estás buscándolos acá? –Porque aquí hay luz y allá está oscuro– responde ingenuamente el payaso. Traigo este chiste a esta columna porque he oído que unos ciudadanos se han ofrecido para ir a Estados Unidos a cabildear para detener la Nica Act. ¡Hombre Paquito, si los cien pesos se perdieron por acá para qué vas a ir a buscarlos a Estados Unidos!

Almagro

¡Ay Almagro, salió orinándose fuera del guacal! Decir que el insulso acuerdo con la OEA está cambiando la naturaleza abusiva de este régimen, es por decir lo menos, desafortunado. Pero lo entiendo. Ortega se sentó con la OEA por la amenaza de la Nica Act. Si los acuerdos que consiguió no sirven para detenerla, pierde su protagonismo y la legitimidad que esperaba tener para jaquear a su pieza mayor: Nicolás Maduro. Entiendo su desconsuelo.

Soberanía

Este no es un problema de soberanía. Si Estados Unidos estuviese condicionando sus préstamos, como ya lo ha hecho en el pasado, a ceder espacios del territorio nacional, a establecer concesiones canaleras, a instalar bases militares o a intervenir con su ejército, ahí estaríamos todos cerrando filas y pidiendo respeto. Pero, por favor, no vengan a pedir que en nombre de la soberanía de Nicaragua defienda el derecho de Daniel Ortega de robarse las elecciones, demoler la democracia y gobernar este país como si fuese su finca. La Nica Act es un mal que ojalá no llegue a caer sobre Nicaragua. Espero que Daniel Ortega no deje que lleguemos hasta ahí. Basta que cumpla las reglas del juego democrático que establecen nuestras leyes. Basta que libere el país que ha secuestrado.

Columna del día En Letra Pequeña Fabián Medina Nica Act

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COMENTARIOS

  1. jesus lopez
    Hace 7 años

    excelente articulo,mas claro no canta el gallo, explicastes de una manera simple el meollo del problema de nicaragua, ese es Daniel Ortega

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