Salario presidencial
Si las cosas son así como dicen, Daniel Ortega debería estar dándonos la receta. Tal vez un seminario que se llame “Cómo vivir como rey con cuatro pesos”. Según un reciente artículo de la BBC, Daniel Ortega, con 3,700 dólares mensuales, se cuenta entre los presidentes con salarios más bajos de América Latina. A ver, 3,700 dólares mensuales para usted y para mi podrán parecernos una fortuna, pero no para el orgulloso propietario de dos camionetas blindadas Mercedes Benz, modelo G63 V8 AMG, cuyo precio se calcula en 278 mil dólares cada una.
Cuotas
Imagínese pues los apuros que debe pasar este pobre hombre para pagar las cuotas de sus camionetas con ese salario. Hagamos el cálculo: 10 por ciento de prima, cinco años de plazo, 9.75 por ciento de interés, más seguro, nos da una cuota nivelada… de ¡5,423.98 dólares mensuales! cada una. Aquí es donde no cuadran las matemáticas. ¿Cómo hace este señor para pagar esas dos camionetas con su salario de 3,700 dólares mensuales? O es un genio de las finanzas o aplica aquel dicho de “sacristán que vende cera y no tiene colmenar, o la saca de la oreja o la roba del altar”.
Bartola
Y como no solo de camionetas vive el hombre, resulta que de su salario todavía le queda para comprarse una casa de millones de dólares, varios canales de televisión, un hotel, una ganadería, fiestas de 50 mil dólares, rentas de aviones, viajes familiares y otros gustos como en aquella viejísima canción que decía: “¡Oye Bartola! Ahí te dejo estos dos pesos, pagas la renta, el teléfono y la luz. De lo que sobre, coge de ahí para tu gasto…”
Mesada
En cierta ocasión le pregunté al desaparecido comandante Tomás Borge en una entrevista: Cuándo usted tiene que llenar alguna ficha, ¿qué escribe en el espacio dónde dice “profesión”? “Escritor”, me contestó con aplomo. Cuando entrevisté a Ortega no le hice esa pregunta pero sí le pregunté de qué vivía porque para entonces estaba en la oposición y su escaño en la Asamblea Nacional lo ocupaba su suplente y no se le ha conocido oficio alguno. Me contestó no se veía manejando empresa o negocio y que vivía de una especie de mesada que le enviaba el dictador libio Muammar Kadafi.
Profesión: “presidente”
Trump podría decir que es empresario; Putin es abogado; Bolaños, ingeniero; Alemán, abogado; doña Violeta incluso diría que es “ama de casa”, pero ¿qué demonios pondrá Ortega en el espacio del formato que pide oficio o profesión? Bien podría ser “político”, “dictador” o “presidente”. No se me ocurren otros. Hasta hoy, Daniel Ortega comparte con los dictadores José Santos Zelaya y Anastasio Somoza García el récord de mayor permanencia en el poder en Nicaragua, con 16 años cada uno. Para enero del próximo año, Ortega los habrá superado a todos y avanza a imponer un nuevo record que espero nunca nadie más llegue a romper.
Dictadura
Cuando se discute si esta es o no una dictadura, y por lo tanto si Daniel Ortega es o no dictador, sus partidarios alegan que no puede serlo, pues en este país no hay presos políticos, no aparecen cadáveres de opositores tirados en algún predio cada día y todavía hay espacios donde se critica a Ortega sin que haya consecuencias por ello. Y puede que tengan razón. Pero se equivocan al pensar que eso es lo que define a una dictadura. Somoza Debayle mismo relataba que acostumbraba llegar a Estados Unidos con un ejemplar de LA PRENSA bajo el brazo para enrostrarles a los periodistas que lo esperaban en el aeropuerto: “Si la mía es una dictadura cómo es que este periódico puede decir estas barbaridades de mi”. La esencia de una dictadura es la concentración de poder en manos de una persona. Por lo tanto, para saber en qué estamos, esa es la pregunta que hay que hacerse.
Maquillaje
Yo prefiero un presidente que gane diez mil dólares al mes pero sometido a las leyes. Un presidente que pueda demostrar de dónde salen sus gastos. De qué sirve la falacia de colocarse un salario bajo en nómina cuando por otro lado se da vida de sultán, gastando a manos llenas el dinero que no es suyo, y donde ninguna institución ejerce la autonomía que le da la ley para pedirle cuentas sobre su inexplicable patrimonio. El salario de Daniel Ortega es, como pasa con casi todas las estadísticas ahora, una cifra para la exportación, maquillaje para presumir en los rankings mundiales. ¿O a alguien se le ocurre que Ortega vive de esos 3,700 dólares que deberían ser el único dinero al que tiene derecho mientras no demuestre sus “otros” ingresos?