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Mauricio Danilo Mendieta Herdocia, candidato a alcalde de Managua por ciudadanos por la libertad. Managua 14 de Julio 2017 / Fotos LAPRENSA/ Luis Gutierrez.

Sí hay por qué y por quién votar

La participación de candidatos honestos procedentes de la sociedad civil como nosotros, la presencia de la OEA y el comienzo de una crisis generalizada del orteguismo, nos ha llevado a la conclusión de que, a diferencia de las elecciones pasadas, “sí hay por qué y por quién votar”

La apatía en la mayoría de los casos y los intereses personales o políticos de grupos pequeños, constituyen las dos fuentes principales de abstención en Nicaragua. Las últimas elecciones de 2016 con más del 70 por ciento de abstención de los ciudadanos, reflejan un índice que tiene que llamarnos a la reflexión.

¿Significa que el método de lucha política queda descartado por los continuos fraudes, a los que ya está acostumbrada la población? ¿Significa que hay otros métodos más eficaces que la vía electoral? Si descartamos la guerra civil, que nadie quiere, ¿cuál es la estrategia de los abstencionistas y con qué cuentan para luchar por la democracia?

Muchos de nosotros nos opusimos a votar en las elecciones pasadas porque no había candidatos que generaran confianza, luego que el gobierno orteguista, a través de su Consejo Supremo Electoral, despojara arbitrariamente de su personería jurídica al PLI porque llevaba candidatos con posibilidades de triunfar.

En consecuencia, en las elecciones de 2016 para elegir presidente y diputados, no pudieron competir los candidatos independientes y los ciudadanos con derecho a voto, y tampoco pudimos tener garantías de observación electoral nacional e internacional confiables. En esas condiciones votar era un ejercicio inútil, cuyo resultado era evidente: la imposición de la dictadura orteguista con un ejercicio electoral previamente fraudulento, con solo un poco más del 20 por ciento de electores. Por eso cobró fuerza la consigna de “no hay por quién votar”.

Luego de la farsa electoral, la población se sintió frustrada, no solo por el robo descarado, sino, fundamentalmente porque nadie hizo nada contra el fraude y todos lo aceptamos como un hecho consumado, no pasó nada, ni se ejerció ninguna presión en contra del Gobierno. Esa situación se ha convertido en el pretexto perfecto para que aquellos que apelan a la abstención por diversos motivos, promuevan el rechazo al voto cuyo resultado final es un llamamiento a no hacer nada y ser pasivos ante la dictadura.

Llamar a la abstención es erróneo en la actual coyuntura política, porque es pedirle a los nicaragüenses que le endosemos el país al régimen orteguista, y  sigue siendo desacertado, porque hay dos elementos que no estaban presentes en las elecciones pasadas, como son la presencia de candidatos independientes que proceden de la sociedad civil, y la presencia de la OEA como observadora confiable.

A esos dos elementos habría que agregarle la crisis interna del orteguismo que se manifiesta abiertamente entre sus propias filas y la crisis internacional, especialmente con la Nica Act, que de aprobarse puede asestar un golpe muy duro no solo a la economía del país, sino a toda la estructura que sostiene al régimen de los Ortega Murillo. En consecuencia tenemos elementos nuevos cuya valoración objetiva indica que podemos arrebatar a la dictadura muchas alcaldías a lo largo y ancho de Nicaragua.

¿Existe, a pesar de eso, el peligro del fraude? Desde luego que sí. La maquinaria electoral gubernamental es la más experimentada en realizar fraudes desde el mismo centro de votación hasta el final de la cadena que cuenta y acredita los votos. Pero también hay mecanismos de defensa, como es formar un ejército de fiscales electorales bien entrenados y apoyados en sus necesidades básicas durante el tiempo que permanecen en los recintos, hasta que se disponga de una copia de las actas en cada Junta Receptora de Votos.

Por eso es importante hacer un llamado a los que por inercia, costumbre o falta de información, malgastan la oportunidad de usar su voto para lograr el cambio que todos queremos en nuestra querida Nicaragua. Vamos todos a votar y hagámoslo temprano, no es un día feriado, es una oportunidad que tenemos para mejorar nuestro país. En su editorial del día 13 de julio muy acertadamente dijo LA PRENSA, “la lucha política no solo se da cuando las condiciones son óptimas”.

La participación de candidatos honestos procedentes de la sociedad civil como nosotros, la presencia de la OEA y el comienzo de una crisis generalizada del orteguismo, nos ha llevado a la conclusión de que, a diferencia de las elecciones pasadas,  “sí hay por qué y por quién votar”.

El autor es candidato a alcalde de Managua por  CxL.

Columna del día Elecciones municipales

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COMENTARIOS

  1. Edmund Dantes
    Hace 7 años

    Aunque debemos aplaudir a cualquier persona honesta – como el Dr Mendieta – que quiera participar en la vida política del país, la realidad que aquí vivimos, indica que podremos votar pero que tenemos la certeza que no podremos elegir. Sería pues una mejor inversión del tiempo y esfuerzo, organizarse y sembrar un movimiento nacional de empoderación ciudadana que en las próximas elecciones presidenciales puedan darnos mejores probabilidades de que no hayan fraudes.

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