¿Comerciar en rupias?
La medida recientemente anunciada por el presidente Maduro, encaminada a dejar de usar el dólar en las transacciones internacionales de Venezuela y pasar a utilizar otras monedas tales como el yuan, el rubro o la rupia, genera una serie de interrogantes.
En primer lugar, el elevado volumen de deuda externa que tiene el país, que suma alrededor de 130 mil millones de dólares —entre bonos soberanos, bonos de PDVSA y deuda con proveedores— es deuda nominada en dólares y tanto los intereses como el capital deben en algún momento ser pagados en dólares. Eso no puede modificarse a menos que Venezuela se ponga de acuerdo con todos y cada uno de los acreedores y lleguen a un acuerdo diferente, lo cual es muy difícil que suceda. Pero en principio esa deuda es en dólares y se necesitan dólares para pagarla. No se les puede pagar a los tenedores de esos bonos en yuanes ni en rupias. ¿Tiene el Gobierno alguna forma de modificar aquello?
La nueva deuda que el país emita, en cambio, puede estar nominada en la moneda que se quiera. Pero si emite bonos soberanos en rupias, por ejemplo —que pagarán intereses y amortizaciones en rupias— entonces es altamente posible que esos bonos solo sean adquiridos por agentes económicos ubicados en India, o que hagan habitualmente operaciones con India y mantengan, por lo tanto, una cantidad importante de sus activos financieros en esa moneda. Eso reduce el ámbito financiero en el cual se podrán colocar esos bonos y el gobierno venezolano tendrá que hacer muchos esfuerzos —es decir, ofrecer términos más convenientes para los eventuales compradores de los bonos— para poder colocarlos. Además, el sistema bancario y financiero de India —y también el de Rusia— no actúan con base en principios de solidaridad internacional —sino en fríos términos de búsqueda del mayor lucro posible—, y por lo tanto, cobrarán la misma tasa riesgo país que cobra el sistema bancario y financiero de Europa o de Estados Unidos (EE. UU.). Todos los sistemas bancarios están hoy en día altamente interconectados internacionalmente, y todos terminan por cobrar más o menos lo mismo.
India es el tercer comprador internacional de petróleo venezolano. Si Venezuela así lo quiere India puede pagar con rupias. Estaría feliz de hacerlo así, en vez de pagar en dólares. ¿Qué puede hacer Venezuela con las rupias que adquiera por la vía de la venta de petróleo o por la vía de la colocación de deuda en rupias? Pues comprar bienes y servicios en India o en países que comercien habitualmente con India, lo cual no está claro que sea un buen negocio para Venezuela. También puede cambiar las rupias por dólares, para comprar bienes en EE. UU. o en Europa, con lo cual volvemos a la situación actual, pero pagando para ello la comisión bancaria por las operaciones de cambio que se realicen. ¿Cuál es el beneficio de todo esto? ©FIRMAS PRESS
Sergio Arancibia.
Adolescentes embarazadas
Hay grupos que abogan por la legalización del aborto terapéutico, pero también hay grupos y medios de comunicación que discriminan a las mujeres, especialmente a las adolescentes. Es una ironía un medio de comunicación se preste a este juego.
Estas publicaciones son desagradables: en una radio local de cobertura nacional por ejemplo, organizaron en el mes de mayo un evento que causó revuelo y críticas para este medio de comunicación, sobre la publicación de unas fotografías de madres jóvenes. Me pregunto, si esta joven que concursó, cuando la embarazaron —tenía 15 años— ¿dónde está el hombre que la embarazó? ¿Está en la cárcel? Pues este delito se le llama estupro según el artículo 170 del Código Penal
No es que yo no esté de acuerdo, ni estoy en contra de que se hagan estos tipos de eventos. El problema es que se presenta en un espectáculo como si se tratase de la entrega del premio Óscar o de la versión hispana de Billboard.
Ningún medio de comunicación, sea radial o televisivo, debe prestarse a esos y no se debe hacer escarnio a estas jóvenes. Los compartimientos repetitivos y estereotipados en algunos medios ya son comunes en nuestro país.
Hace unos meses entrevisté a la licenciada Olga Moraga Amador, oficial de comunicación de Unicef. La Ley 779 no se aplica de protección a las mujeres no se aplica y en cuanto al índice de adolescentes embarazadas nuestro país es líder en Latinoamérica, a juzgar por lo que me dijo en la entrevista Moraga: “Es del dominio público que tanto los datos de la OPS y OMS, y las estadísticas mismas del Ministerio de Salud (Minsa), así como de otros organismos, dicen que la tasa de adolescentes embarazadas es muy alta, con el 25 por ciento de chavalas de edades entre 11, 12, 13 y hasta 14 años” .
Cuando le pregunté si cree que la virginidad de las niñas se comercializa, me dijo: “Sabemos que en una zona de Costa Caribe llamada Whitar, ante la inexistencia de instituciones y autoridades del Estado los hechores tienen que negociar con los padres de las menores embarazadas desde una vaca hasta un chanchito”.
Agregó que “sabemos que en el Código Penal muchos delitos sexuales contra la niñez están tipificados. El incesto es delito, pero ¿qué pasa en zonas montañosas donde hay un nivel de cultura muy bajo y estas cosas que suceden ahí la gente las ve como algo normal?”.
Es verdaderamente penoso que eso esté pasando en lugares recónditos de nuestro país. Tanto alboroto para burlarse o explotar a las mujeres fomentando espectáculos que son organizados por diferentes medios que los consideran como “eventos culturales”.
Las emisoras de radio juegan un rol muy importante por su penetración en la sociedad. No creo que los directores de medios de comunicación, que son padres de familias y tienen altos niveles de educación y cultura, quieran exponer a sus hijas para esos menesteres. Sería genial promover otros tipos de actividades de carácter cultural, pero exponer a mujeres y adolescentes ¡no!
Pedro David González.
Ortega supera a Somoza
En la historia política de Nicaragua y de Centroamérica, jamás se había visto a un presidente que tuviera a su esposa de vicepresidente. Ni el fundador de la dictadura somocista, Anastasio Somoza García tuvo a su esposa Salvadora Debayle; ni muchos menos, sus hijos Luis Somoza Debayle a Isabel Urcuyo, ni Anastasio Somoza Debayle a Hope Portocarrero.
Ahora Ortega ha impuesto a su esposa, doña Rosario Murillo, como vicepresidenta. Los nicaragüenses con principios democráticos nunca nos imaginamos que pudiera venir algo más dañino que el somocismo, pero lamentablemente se observa que Daniel Ortega está superando por amplio margen a Somoza García y sus hijos.
Es lamentable que naciera en nuestra patria alguien que nos esté haciendo tanto daño, que nos quiten ayuda, y ahuyentan a los inversionistas, ya que los capitales honestos no invierten en países gobernados por tiranos. Al caer el chavismo en Venezuela podemos tener problemas.
Ortega asegura que la economía de nuestro país se mejora, ¿será la economía de él y sus incondicionales la que está mejorando?
Luis Solórzano.