El presidente de la Asamblea Nacional, Gustavo Porras, se quedó en total silencio este miércoles cuando se le preguntó por las presiones de Estados Unidos al gobierno de Daniel Ortega en el caso de Venezuela, las violaciones a la democracia y los derechos humanos, la corrupción y los señalamientos de lavado de dinero a través de la empresa Alba de Nicaragua (Albanisa).
Porras, un líder sindical conocido por su discurso incendiario cuando el FSLN estuvo en la oposición, participó en el homenaje que el Parlamento le rindió al general Augusto C. Sandino, asesinado el 21 de febrero de 1934.
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Acompañado de la mayoría de diputados sandinistas, con música de protesta de fondo, colocó una ofrenda floral en honor a Sandino en el Paseo de los Generales.
Lo hizo antes de empezar un intercambio con los periodistas. Entonces le sorprendió la primera pregunta.
—¿Por qué mantener a Roberto Rivas como presidente del Consejo Supremo Electoral (CSE) sin funciones? Porras quedó mudo.
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Rivas, aliado del Ejecutivo, fue sancionado por Estados Unidos bajo señalamientos de corrupción, en diciembre pasado. Recientemente el FSLN le quitó funciones de su cargo, pero lo mantuvo con inmunidad y ganando un salario de cinco mil dólares mensuales.
Con la segunda pregunta se tuvo el mismo resultado.
—Doctor Porras, ¿qué opina sobre las investigaciones estadounidenses que relacionan a Albanisa con lavado de dinero de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia?
El legislador miró fijamente, pero no respondió. Fue cuando los periodistas oficialistas lo rescataron, preguntándole sobre Sandino. Del rostro pétreo, el político respondió ahora efusivo y locuaz.
“Sandino dedicó su vida, con esa voluntad firme de luchar contra el imperio, fue una acción realmente majestuosa y estamos cumpliendo con eso”, dijo Porras.