Sin agua en los pozos y el saqueo por productores hondureños de la poca corriente del río El Guasaule, pobladores de las comarcas Palo Grande, Santa Paula y Las Mesas, sur del municipio de Somotillo, alzaron el grito al cielo el domingo en la búsqueda de una solución por parte del Estado.
Hermicenda López, habitante de la comarca Santa Paula, dijo que la poca agua que consiguen es “pésima, escasa y sucia” y temen que los niños que van a la escuela se deshidraten. El ganado empieza a desvanecerse por la falta de agua.
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“Toda la vida no hay agua y este tiempo es peor, el río está seco, no tenemos agua para tomar desde hace quince días. En el río El Guasaule ya no nos mojamos ni el ojo del pie y los hondureños instalaron una presa arriba para llevarse todo el agua del río”, protestó López.
Reina Elena Dávila, de la comarca Palo Grande, señaló que esas comunidades están “olvidadas” por el Gobierno y en las últimas horas no hayan ni donde lavar la ropa.
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“Los hondureños tienen años de explotar el recurso, estamos olvidados, por eso que venga una comisión del Gobierno y miren el problema con los catrachos, ni soldados ni la Alcaldía vienen”, criticó la señora.
Pequeños productores, cooperados en esa localidad, también denunciaron el saqueo de la fauna: loras, chocoyos, cusucos y garrobos, que salen para ser comercializados en los mercados de Somotillo y Chinandega.