Lionel Messi lo hizo otra vez. El mundo no se cansa de admirarle y él tampoco de sorprender. Su actuación de este miércoles, llegando a 100 goles en Champions contra el Chelsea lo colocó en la beatitud de las alturas.
El hombre andante sacó de su hábitat a los dos minutos al Chelsea, le dio tranquilidad al Barcelona, desequilibró la ajustada defensa de Conte, asistió en el segundo gol con un pase bien elaborado a Dembelé y sentenció la goleada (3-0) volviéndole a pasar la bola entre las piernas a Courtois. Nada de casualidades, Messi ha convertido la genialidad en una rutina.
Nadie vaticinaba un encuentro cómodo tras lo visto en Londres. El Chelsea era un perro con rabia que había infectado con su juego a los culés en el primer duelo, pero Messi pudo vacunarse y hacer el 1-1. Salir con vida de Stamford Bridge fue clave para tomar confianza en casa.
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Eso obligaba al Chelsea a ser menos conservador y más atrevido ofensivamente. No obstante, el rey defendió su casa en el primer suspiro del encuentro, empezando una jugada en el área, un defensor tocó y Suárez se la regresó a Messi que también pega con la derecha, sin ángulo la única opción era entre las piernas de Courtois.
El mago Lio nuevamente frotó la lámpara robando una pelota en media cancha, se llevó a dos defensores y brindó un pase magistral a Dembelé, el joven de 20 años que aún no convencía, apareció con un derechazo impresionante. El aficionado tiene memoria corta y ese tanto del francés cambió el panorama de su estadía en Barcelona.
Y cuando parecía que el duelo se había sellado por completo, Messi al 63 concluyó la goleada. Le envió el mensaje a Curtois que en su reinado no existe la diosa chiripa, y la pelota pasó como un puente sobre las piernas del arquero para entrarse en las redes.
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El rey en su parque levantó sus brazos, su obra ya estaba realizada, su llegada a los 100 goles en 123 juegos en Champions era una realidad, mientras el Barsa espera mañana a quien elegirá la suerte en los cuartos de final.
Gran defensa
Para que el conjunto del Chelsea quedara sin goles fue necesaria una defensa cierraespacios y muy anticipada como la del Barcelona.
Piqué y Umtiti fueron verdaderos guerreros que no dejaron ninguna tarea pendiente. El trabajo de ambos se puede calificar de casi perfecto.
Marco Alonso fue el mejor jugador de un Chelsea sin suerte.