El cardenal venezolano Baltazar Porras, el arzobispo de la Arquidiócesis de Mérida, Venezuela, dijo que la crisis humanitaria que vive Venezuela no es una prioridad a resolver para el gobierno del presidente Nicolás Maduro.
“Cuando predomina lo ideológico, se pierde el sentido de la razón, de lo humano, y aquí no hay otro dios que el poder, y el poder hay que mantenerlo como sea, sin importarme la persona humana”, expuso el cardenal venezolano en una entrevista telefónica con el diario LA PRENSA.
Se trata del segundo religioso de ese país que ofrece su visión sobre lo que ocurre bajo el chavismo. El primero de ellos fue Oswaldo Azuaje, de la Diócesis de Trujillo, quien el pasado 12 de marzo pidió públicamente a Maduro que renunciara.
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Porras no ve ninguna solución en la actualidad. “Con las actuales reglas (del sistema chavista) es imposible una solución. Hemos hablado tantas veces de la necesidad de un diálogo y reconocer que hay errores de rumbo”, señaló el religioso.
Porras es recordado porque en vida el presidente de Venezuela, Hugo Chávez, lo acusó de cargar el “diablo bajo la sotana”, mientras el religioso fue presidente de la Conferencia Episcopal hace años.
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Entre los males que afectan a Venezuela en la actualidad, según el religioso, está la falta de empleo, el hambre, desabastecimiento de medicinas, pero lo más lamentable es que el gobierno de Maduro niegue que exista el problema.
“La inflación es cada vez mayor y lo que se consigue (para alimento) es a precios astronómicos, pero hay una negación de que aquí no falta algo, de que aquí es un paraíso. Venezuela vive un drama inédito”, destacó Porras, quien también es presidente de Cáritas de su país.
Pide más presión
Para el cardenal Porras, la crisis que el país vive ya no es solamente una crisis de Venezuela, sino que debe involucrar a toda la comunidad internacional, que “debe ejercer más presión”.
“Es una crisis dramática, terrible, inédita y, que por otro lado, pone en evidencia que, cuando el primer valor no es el de la vida humana, no es el de la calidad de vida, del respeto y la vida mutua, indudablemente se tergiversa y se aplica una ética de odio, de violencia y destrucción que conduce a situaciones como la que estamos viviendo. Es la ideología y el poder por el derecho a la vida”, denunció.
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