La cantidad de veraneantes en las playas y balnearios del país fue visiblemente menor este año que en los anteriores. Sin embargo, para los ambientalistas, esto no impidió que hubiera basura en las costas y centros de recreación.
“El fenómeno que se dio en los primeros días, que no se miraba mucha basura, fue que no llegaron muchos visitantes, pero desde el sábado y domingo ya había mucha basura. Pochomil, por ejemplo, fue el más sucio y San Juan del Sur el más limpio”, dice la gerente de Reciclanica, Nora Marín. Esta organización repartió bolsas y sacos para que los turistas depositaran la basura. Sin embargo, Marín explica que aún así estos seguían botándola en las costas.
En el caso de San Juan del Sur, que históricamente ha sido la playa que queda más sucia, este año no fue así porque hubo menos turistas y se designaron personas para que recogieran los desechos que los veraneantes tiraban en la costa. Además, los dueños de restaurantes ubicaron barriles para que estos depositaran la basura.
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El ambientalista Kamilo Lara concuerda con Marín y afirma que hubo una disminución en el impacto ambiental, pero que como “los datos los tiene la municipalidad, es posible que se halla recolectado más basura de lo que se recolectó el año pasado y que fue arrastrada por los ríos”.
Asimismo, Lara explica que, aunque una gran parte de la población de Managua se quedó en sus casas, se redujo la cantidad de basura habitual de la capital. Además que en su mayoría las personas que se quedaron en casa usando piscinas recibieron las recomendaciones sobre el reuso del agua que las brigadas ambientalistas brindaron en Semana Santa.
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Bolsas y botellas reinaron
En comparación con el año 2017, la cantidad de botellas y bolsas de plástico que se encontraron en las playas y balnearios del Pacífico de Nicaragua fue mayor, explica el representante de la organización Asociación Club de Jóvenes Ambientalistas, Raomir Manzanares.
“Hay un aumento en las botellas y bolsas plásticas. Esto nos ha dejado preocupados porque hay una baja en el valor para reciclar ese material. Sí se están moviendo otros residuos como el aluminio y el vidrio, pero hay un aumento increíble en esta ocasión del plástico”, concluye Manzanares.
Venta de especies en peligro
Aunque las tortugas, iguanas y garrobos son de las especies que están en veda, la venta de estos no se detuvo en Semana Santa. “Visitamos los mercados y encontramos que en algunos de ellos, como el Israel Lewites, hay venta de huevos de tortuga. También vimos que en Carretera Nueva a León estaban las ventas clandestinas de garrobos, iguanas, cusucos y todas esas especies están vedadas”, lamenta Raomir Manzanares, representante de la organización Asociación Club de Jóvenes Ambientalistas.
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Por su parte, el ambientalista Kamilo Lara afirma que en un recorrido que hicieron por los mercados Oriental, el Mayoreo, Iván Montenegro y Huembes no encontraron ventas de estas especies en peligro de extinción.