Cristofer González ha cambiado drásticamente su vida. La madrugada del domingo se convirtió en el décimo tercer campeón mundial de boxeo en la historia de Nicaragua, al vencer por nocaut técnico en el noveno asalto al japonés Daigo Higa. un pequeño destructor que tenía 15 victorias y todas conseguidas por la vía del nocaut, pero el nicaragüense soportó la pegada y destrozó al nipón.
A Cristofer González lo conocen como el Látigo porque siempre mostró tener una pegada respetable. Quiso ser arquitecto, estudió inglés por unos meses, al igual que cocina, pero no tuvo otra opción tras bachillerarse que envolverse en el boxeo de forma profesional en 2013.
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Nacido en una familia de escasos recursos económicos, el Látigo nunca tuvo lujos. Julia González ha sido madre y padre para Cristofer, quien además tiene una hermana y un hermano. “No me gusta que me digan mi primer apellido, que es Rosales, porque todo lo que soy se lo debo a mi mamá, mi papá nos abandonó”, señaló el nuevo campeón del mundo años atrás.
Julia tuvo a Cristofer a los 19 años, vendió hot dogs, gaseosas y fresco de chicha en las afueras de un colegio, también en ocasiones salía a las calles para vender melcocha. “Por llevarle el alimento a mis hijos hacía de todo sin ninguna vergüenza, ahora trabajo en limpieza en el Aeropuerto”, indicó la mamá orgullosa.
Familia de Chocolatito
González comparte lazos sanguíneos con Román “Chocolatito” González. Su mamá es prima de Luis González, papá del tetracampeón mundial. No obstante, el nuevo monarca entró al pugilismo de pequeño por insistencia de su tío Rogelio González, quien estuvo en el boxeo amateur durante siete años con el Látigo, pero falleció antes de ver a su sobrino como campeón mundial.
“Sabés que este es el chavalo que te va a sacar de pobre”, le decía su tío a Julia González, la mamá del pugilista. No obstante, eso no era todo lo que comentaba el adiestrador de boxeo fallecido en 2016. “Cristofer, vos vas a tener una oportunidad titular, pero cuando suceda lamentablemente ya no estaré a tu lado para verlo”, vaticinaba Rogelio. “Usted está loco, claro que va a estar conmigo y juntos seremos campeones”, le respondía el muchacho.
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“Si no fuera por él yo no estaría en esto. Me enseñó todo lo que sé”, comenta el joven.
Rogelio solamente pudo estar en una pelea en el profesionalismo como esquina junto a Cristofer, debido a que Feniboxa le prohibía ser entrenador de boxeadores profesionales si era parte de la Selección Nacional. “Fue un 6 de febrero de 2016, eso no lo olvido. Peleé contra Ulises Martín”, dice González. Esa fue la primera y última vez que estuvieron juntos. Semanas más tarde Rogelio cayó enfermo y murió.
Una buena bolsa
Durante su etapa de boxeador amateur, González cosechó 108 triunfos y nueve derrotas, empezó con diez años y en la categoría de las 60 libras.
Desde siempre su objetivo era sacar de la pobreza a su familia. Tras su pelea en Japón, el nicaragüense ganó 35 mil dólares en bolsa más diez mil dólares por la “deshonra” de Higa al no marcar la categoría de las 112 libras el sábado.
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Los dos entrenadores detrás de González que lo llevaron al título fueron Wilmer Hernández y Róger González.
González nunca perdió la esperanza de consagrarse como boxeador, siempre recuerda cuando peleaba frecuentemente en su infancia por una canasta básica, eran sus primeros aportes para el hogar, luego en su primera pelea profesional ganó 1,500 córdobas y no olvida que 1,200 fueron para su mamá, quien ha sido su amuleto de la suerte, nunca su hijo ha perdido cuando ella asiste a sus peleas.
27 (18KOs) son los triunfos en la carrera como boxeador profesional de Cristofer González. Además posee tres derrotas, siendo estas ante Adrew Shelby y Kalid Yafai en el exterior y Keyvin Lara en el país.