La sensación del desaliento quedó engavetado en la Liga, el sentimiento del fracaso en Copa del Rey ya se lo llevó el viento… Los grandes equipos prolongan su magisterio más allá de casa y el Real Madrid es especialista en hacerlo a nivel de Europa y el mundo. La historia que se vivirá este sábado ya el Madrid la ha vivido recientemente. En 2016 estaban con la soga al cuello, segundos en Liga y eliminados en Copa por el famoso caso de Cheryshev, pero el ADN de triunfar en finales salió a relucir contra un equipo con más colmillos que este Liverpool: el Atlético de Madrid.
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Solo un jugador de esa final no estará: Pepe, pero Varane lo ha hecho olvidar con facilidad. Prácticamente este es un conjunto fabricado a la medida de la gloria y buscan entrar en los campos de paraíso con tres Champions de forma consecutiva. “A mí me motiva la posibilidad de hacer historia”, indicó Cristiano Ronaldo. Zidane ha ganado experiencia al igual que la misma plantilla, y lo mejor, es que cada uno de los integrantes llegan en una forma excepcional, tan así que hasta Bale pelea por un puesto en el once.
Para analizar el partido de este sábado contra el Liverpool, con los blancos se debe ir más allá de las estadísticas. El PSG irrumpía en los cuartos con mejores números y quedó sumergido en crisis tras su eliminación, luego la Juventus se posicionaba mejor en Liga y Copa, mientras el Madrid pasaba por el torbellino de despedirse de las competiciones caseras, aún así la Champions fue el desahogo con todo lo sufrido que fue la vuelta, y si hablamos del Bayern que tenía todos los elementos numéricos y hasta humanos, tampoco pudo con la avalancha blanca, se quedó solo con las competiciones locales. El Madrid ha llegado fino en la búsqueda de la historia, pasando sobre los campeones de sus países.
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El Real Madrid debe ganar. Posee un conjunto sin fisuras, a pesar que la defensa está siendo cuestionada, es mejor que la del Liverpool, mientras que su brillantez está por los costados, pasando por un mediocampo de estrellas (Modric, Kroos y Casemiro) y una delantera (Ronaldo, Benzema, Isco o Bale) con la pólvora suficiente para arrollar cualquier muralla, incluyendo a la Juventus del año pasado que solamente permitía tres goles en toda la Champions, hasta que en la final el Madrid les clavó cuatro.