El mexicano Gregorio Torres mudó de piel en el Real Estelí. El rol que ocupa dentro del plantel cambió, pero el fin es el mismo: marcar goles. El volante retrasó su posición en el sistema de juego del equipo, pero siga marcando tantos decisivos y diferencia en la ofensiva del Norte del Norte.
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El Goyo, como se le conoce en la Liga Primera, terminó líder goleador del equipo en el Torneo de Clausura con ocho en la etapa regular, uno más que Carlos Chavarría y el español Pablo Gállego, jugando como volante o siempre entrando desde la segunda línea de ataque, a diferencia de su primera temporada en la cual actuaba de punta.
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Los goles del mexicano son 10 sumando los de la semifinal y la Final el pasado sábado. El último refleja su nueva función dentro del esquema: Gállego remató a la portería, el balón se estrelló en el paral y el portero Brandon Mayorga lo rechazó al punto de penalti donde llegó el mexicano a rematar, tras correr desde la banda izquierda del medio campo al punto de penalti.
Siempre oportuno
Torres puede sorprender en cualquier parte del ataque. A veces aparece de sorpresa en el punto de penalti sin ser percibido, otras ocasiones se ofrece desde el borde del área para marcar, o bien hace daño a balón parado, una de sus especialidades.
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Los 10 tantos del Goyo se resumen de la siguiente forma: dos de penalti, uno de tiro libre y el resto en jugadas. Con la pierna izquierda, su fuerte, ha anotado nueve dianas. La otra la hizo de cabeza en la semifinal. El instinto goleador del Goyo retornó en el Clausura, se pensó que había desaparecido por ahí está ayudando con sus goles al Estelí.