María de la Cruz Lorente Arias, de 34 años, parió a su quinto hijo a las 3:33 de la madrugada de este miércoles. El niño nació en el puesto médico del tranque frente al colegio San José de Jinotepe, en Carazo, donde semanas antes nacieron otras tres bebés, según sus madres, sanas y salvas.
Ninguna de las cuatro madres pudo llegar a tiempo al hospital regional Santiago de Jinotepe. Pero eso no fue inconveniente para que sus hijos nacieran con la ayuda de los médicos autoconvocados, que se mantienen en el tranque para auxiliar a los heridos tras los ataques de paramilitares.
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Los dolores de parto de la mujer, originaria del municipio de Nandasmo, en Masaya, alertaron a su esposo, quien como pudo, en medio de una ciudad asediada por paramilitares, encontró un microbus que lo llevara al hospital. Pero no hubo más tiempo. El niño debía nacer, aunque fuese en un tranque.
La historia los une
María, junto a su pareja y una hija que también la acompañó en medio de la oscuridad y los vidrios que están sobre el pavimento, caminaron unas diez cuadras para llegar hasta el puesto médico del tranque más cercano. Los autoconvocados, con machetes y morteros, los guiaron en medio de la madrugada.
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Ana Mojica, Ana Julia Osorio Padilla y Karen Isabel Vega Sánchez son las tres madres que en días anteriores parieron a tres niñas. María de la Cruz Lorente Arias se unió este miércoles a la lista, pero ella, a diferencia de las demás, tuvo a un niño. La historia ya une a estos cuatro bebés.
Muchas son las propuestas de nombres para estos menores, nacidos en uno de los centenares de tranques que hay en todo el país, que se encuentran en las redes sociales: Victoria, Abril, Concepción, Esperanza, Luz de Abril. Pero María de la Cruz aún no decide qué nombre le pondrá a su hijo.
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Los curiosos partos en este puesto médico han sido sobre un colchón que está sobre un escritorio, la camilla improvisada donde también se atienden heridos. Los nacimientos han contado con la asistencia de los médicos autoconvocados, quienes ven en estos una señal de esperanza.
Una de las asistentes del cuerpo médico que se mantiene en el tranque sostiene que “estos nacimientos no son de casualidad. Para nosotros significa protección o esperanza, para que en Nicaragua cese la represión y para que Daniel Ortega abandone el poder” que posee desde 2007.
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