Pese al impacto que provocará a la ganadería el cierre de un nuevo mercado para la carne nicaragüense, el Ministerio de Fomento, Industria y Comercio (Mific) ha permanecido indolente ante las advertencias del sector sobre la decisión de Panamá de imponer barreras no arancelarias que obstaculizan el ingreso de la cuota de 2,340 toneladas de carne libre de arancel contemplada en el Tratado de Libre Comercio vigente entre ambos países.
Dicho convenio comercial contempla la liberación de dicha cuota a partir de 2019 y el ingreso libre de arancel de toda la carne nicaragüense. Pero esta medida se contrapone a esos planes.
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“Hasta ahora no hemos obtenido ninguna respuesta. Nosotros mandamos una carta al Mific anunciándoles la medida que se estaba gestando en Panamá y luego les mandamos La Gaceta donde se publicó la decisión. Posteriormente tuvimos una reunión (con autoridades del Mific) en la que solicitamos que nos informaran qué acciones o gestiones estaban haciendo para resolver el problema pero hasta ahora no se nos ha informado nada”, explica Onel Pérez, director ejecutivo de la Cámara Nicaragüense de Plantas Exportadoras de Carne Bovina (Canicarne).
El pasado 21 de septiembre al ser publicada en el diario oficial La Gaceta, entró en vigencia la decisión de Panamá de condicionar el uso del arancel preferencial a que el importador adquiera a la industria local un volumen similar al importado bajo el régimen preferencial.
Fuera de cuota deben pagar arancel de 30%
De no hacerlo, debe pagar un arancel del 30 por ciento para que el producto pueda ingresar a ese mercado, lo que quita competitividad a cualquier empresa.
La medida, según Canicarne es para garantizar que toda la cuota sea utilizada por el mayor importador de carne de Panamá, que además, compró un pequeño matadero en Nicaragua y está situado en Estelí.
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Aunque, según la publicación en La Gaceta de Panamá, esta medida es temporal y estará vigente hasta el 30 de junio del 2019, el sector teme que la ineficacia del Mific contribuya a que este cierre se vuelva permanente, como ocurrió con Honduras que hace casi nueve años también impuso barreras no arancelarias a la carne local y hasta ahora el Mific no ha hecho nada para hacer cumplir las normas del libre comercio regional que forzarían la reapertura de este mercado.
Este nuevo cierre, se sumaría al de Venezuela que tras años de compras superiores a las 35 mil toneladas anuales —cerca de la mitad de las exportaciones totales— las ha reducido a menos de tres mil toneladas anuales. “Nosotros estamos gestionado ante el Mific para evitar que se repita lo de Honduras que ya se dejó en el olvido”, señala Pérez.
Medidas tienen efecto dominó
Por su parte René Blandón, presidente de la Comisión Nacional Ganadera de Nicaragua (Conagan) dice que todas estas medidas tienen un efecto dominó sobre los ganaderos que muchas veces no tienen conciencia de cuánto afectan estas decisiones de comercio internacional.
“Así como antes lo hemos hecho con Honduras, nosotros hemos pedido medidas recíprocas, no para todos los productos, pero sí para el ganado en pie por ejemplo. Y con el mercado panameño tenemos un tratado de libre comercio que ahora la industria local amenaza con revisar y eso nos perjudica a todos los ganaderos, no solo a la industria”, lamenta Blandón.
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El presiente de Conagan recuerda que la aplicación de medidas recíprocas es muy efectiva. Eso quedó demostrado hace más de una década durante el gobierno de Arnoldo Alemán y más recientemente, hace dos años, durante el régimen de Daniel Ortega cuando Nicaragua cerró su frontera a productos lácteos costarricenses en reciprocidad al bloqueo de productos lácteos. Ante el cierre del mercado nicaragüense, Costa Rica abrió una negociación que en cuestión de días resolvió el conflicto.
Afectación generalizada
Según el presidente de la Comisión Nacional Ganadera (Conagan), René Blandón, muchas veces los ganaderos no tienen plena conciencia de los efectos que provocan los problemas de mercado.
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“El daño no es solo para los mataderos, para la industria, sino también para los ganaderos porque la carne que se obtiene del 80 por ciento de las reses que se sacrifican va al mercado internacional, solo el 20 por ciento se queda en Nicaragua. Entonces que vamos a hacer con toda esa carne, nosotros no nos la podemos comer, entonces no podemos permitir que se nos sigan cerrando los mercado el Mific (Ministerio de Fomento, Industria y Comercio) debe tomar las medidas necesarias para evitar el cierre de más mercados y evitar más afectaciones”, asegura Blandón.
Temen revisión del TLC
Indistintamente de lo que establezca la “letra menuda” del Tratado de Libre Comercio vigente entre Nicaragua y Panamá, la posibilidad de una revisión que obstaculice el ingreso de la carne local a ese mercado es una realidad. “La decisión de imponer barreras no arancelarias a la carne nicaragüense es avalada por la Federación panameña de ganaderos para proteger a sus socios. La organización también está dispuesta a revisar el Tratado de Libre Comercio para evitar que la carne nicaragüense compita con la de ellos. En noviembre vamos a viajar a Panamá para reunirnos con ellos y ver qué arreglamos”, señala René Blandón, presiente de Conagan.