Las reformas fiscales y al Seguro Social, que son calificadas como recaudatorias por los críticos del régimen de Daniel Ortega, son también “crueles”, “clasistas”, “insensibles” y contradicen también el discurso de “arriba los pobres” con el que el oficialismo ha proyectado su cercanía con los más pobres, desde que regresó al poder en 2007.
Juan Sebastián Chamorro, director de la Fundación Nicaragüense para el Desarrollo Económico y Social (Funides), escribió el sábado en su cuenta de Twitter que “las medidas recaudatorias, no reformas, son además crueles”.
Hasta ahora el Gobierno ha retrocedido con la aplicación de impuestos a las remesas familiares, enviadas desde el exterior, y también con la carne de res y pollo, los cuales había gravado.
Sin embargo, no se han pronunciado con claridad sobre el caso de la canasta básica, de la que el 70 por ciento de los productos podría subir de precio una vez sea aprobado el paquete fiscal.
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Chamorro advirtió que “la subida de precio de los artículos que tendrán IVA (Impuesto al Valor Agregado) la pagarán pensionados a quienes no les ajustarán la pensión”.
Así se refirió también a la reforma a la seguridad social, que fue impuesta por el Instituto Nicaragüense de Seguridad Social la misma semana en que el paquete fiscal del Gobierno entró a la Asamblea. “Como saben que habrá despidos, gravan las indemnizaciones mayores. Les vale poco la gente”, lamentó Chamorro.
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En medio de la crisis, provocada por la represión del Estado, que ha dejado un hueco financiero cercano a los 1,300 millones de dólares en el presupuesto, el orteguismo busca con urgencia 317 millones de dólares con la reforma fiscal.
Para obtenerlos, según la propuesta de reforma, reducirá las exoneraciones a las grandes empresas y les cambiará el tratamiento del pago mínimo definitivo del IR (Impuesto sobre la Renta), con lo que golpeará el bolsillo de los consumidores.
La burla del Ministro
El viernes pasado, cuando el ministro de Hacienda y Crédito Público, Iván Acosta, anunció que no gravarían la carne de res ni el pollo, hizo un comentario que fue tomado como una burla a la ciudadanía por los críticos de Ortega.
“A comer pollo frito y en caldillo, porque seguirá barato”, dijo Acosta al hacer el anuncio.
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El exdiputado opositor Eliseo Núñez Morales manifestó que no se puede esperar sensibilidad de los funcionarios de un régimen que mató a más de quinientas personas y tiene presas a más de 760 por participar en las protestas que demandan la salida de Ortega del poder.
“Iván sonó grosero y sonó falto de sensibilidad total, cuando dijo en son de burla que la gente podría comer pollo barato, y la verdad de las cosas es que él pareciera que ni siquiera se da cuenta de cuáles son las dificultades que pasa la gente pobre en este país”, cuestionó Núñez.
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Para Núñez, la crisis que vive el país y la ausencia de la cooperación venezolana han puesto en evidencia, más que nunca, el “cinismo y la hipocresía” del orteguismo y han demostrado que “son capaces de cualquier cosa”.
El exdiputado aseguró que el gobierno de Ortega nunca tuvo la intención de mejorar la calidad de vida de los pobres, porque en tres períodos de gobierno consecutivos, los ricos no pagaban impuestos hasta ahora que se lo están imponiendo, con un claro objetivo de venganza, por su oposición y rechazo a la represión.
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“Han pasado once años diciendo que es un gobierno para combatir la pobreza, pero hasta ahora se acuerdan que tenían que ponerles impuestos a los ricos. Lo que pasa es que aprobar esto ahorita simplemente va a colapsar la economía y lo que están haciendo es una venganza política. O sea, ellos (el régimen) no entienden que la relación del Gobierno con el gobernado es una relación que no es con base a favores”, manifestó.
“Gobierno clasista”
Luisa Molina, la enlace de la coordinadora civil, dijo que el régimen de Daniel Ortega ha demostrado ser “un gobierno clasista, que odia a los pobres”.
“Sus propuestas, desde las primeras reformas que se hicieron hasta estas últimas, han beneficiado al gran capital, por eso digo que son clasistas, este gobierno no es de los pobres. Es un gobierno clasista en contra de los pobres”, aseveró.
Molina agregó que el orteguismo “quiere a los pobres para vivir de ellos”. Los últimos once años Ortega mantuvo una alianza con el sector privado, denominada “modelo de consenso público-privado”, sin embargo, esta se fracturó en abril de 2018 tras la represión brutal del Estado.